Año de muchos contrastes para los Oklahoma City Thunder. 365 días de cambios en un 2017 que finaliza con un Big-Three de ensueño y mucho margen de mejora por delante. Con Melo y George cubriendo las espaldas de Westbrook, en OKC tienen y deben tener derecho a soñar, pero si no mejoran sus prestaciones en los últimos 12 minutos sufrirán y mucho para acabar entre los mejores de la competición.

Los piques contra KD y los Warriors

El ambiente estuvo muy caldeado en los tres duelos que disputaron ambos conjuntos en el 2017. Además, con dos encuentros en el Chesapeake Energy Arena, Durant y gran parte de los que fueron sus compañeros de equipo se dijeron más que palabras cuando el choque se ponía apretado o con alguna decisión que podía generar polémica. Por desgracia para los Thunder, se fueron de vacío en todos los cara a cara con el equipo que a la postre sería campeón de la NBA por segunda vez en tres temporadas.

Un MVP histórico y merecido

Aunque James Harden también hizo méritos para alzarse con el MVP en una de las dos mejores temporadas a nivel individual de la historia, el de OKC arrasó en la votación. Entre estos dos ex-compañeros de equipo estuvo la disputa por el hombre más valioso de la temporada y, finalmente, fue Russell Westbrook quien logró el galardón en una gala en la que, especialmente, dedicó su discurso a su familia de manera muy emotiva.

Westbrook durante la entrega de premios | Foto: nba.com/thunder vía Getty Images
Westbrook durante la entrega de premios | Foto: nba.com/thunder vía Getty Images

Acabó con 42 triples-dobles para superar al mítico Oscar Robertson. Además, protagonizó varias canastas ganadoras, destacando el game-winner y una remontada de 13 puntos ante los Dallas Mavericks, enmudeciendo así el pabellón texano cuando en el American Airlines Arena ya cantaban victoria.

Westbrook no pudo contra los Rockets

En medio de la nada, así fue el final de temporada de OKC hasta llegar a playoffs. Con Utah a un nivel superior a los de Donovan y con Grizzlies y Blazers luchando por la séptima y octava plaza, los Thunder no tuvieron ningún problema en acabar en una sexta posición que no supo a mucho.

En postemporada, los Thunder se enfrentaron a Rockets en la primera ronda. El colectivo de Houston pudo con los hombres de Donovan. Lou Williams, Beverley e Hilario, que fue creciendo a lo largo de esta primera ronda, hicieron estéril el esfuerzo de Westbrook de ganar la eliminatoria o al menos algún que otro encuentro. Sin ir más lejos, el último choque entre ambos, antes del 4-1, los Thunder llegaron a estar gran parte del encuentro por delante e incluso se pusieron siete arriba antes de finalizar el tercer cuarto. Sin embargo, los texanos fueron quienes tomaron mejores decisiones en los momentos clave para alzarse con la victoria.

Con Kanter disfrutando de pocos minutos por su nula defensa, Adams, Abrines, Roberson y Oladipo, del que se esperaba un mayor impacto, fueron los segundos espadas. Todos ellos a años luz de un Westbrook que pedía a gritos un jugador que pudiese ayudarle a liderar el equipo para no sentirse tan solo en ataque en los momentos decisivos.

Con este 4-1 los Thunder pusieron fin a una temporada en la que la marcha de Durant fue un escollo insalvable. Al menos hasta este último verano, donde el movimiento en los despachos marcó un antes y un después en la breve historia de la franquicia.

Paul George, un bombazo inesperado

Entonces llegó el verano. Los despachos tomaron protagonismo y el de Sam Presti fue uno de los más exitosos. El GM de OKC pilló a todos por sorpresa consiguiendo a Paul George a cambio de Victor Oladipo y Domantas Sabonis. En Indiana querían sacar algo por su superestrella antes de la agencia libre de 2018, pero los destinados que parecían más viables eran Los Angeles, Boston o Cleveland.

Pero finalmente aterrizó en Oklahoma. Su llegada vino acompañada de mucha esperanza tras una temporada en la que Westbrook había estado muy solo. Los Thunder volvían a gozar de dos estrellas y, para dar solidez a la plantilla, Patrick Patterson y Raymond Felton llegaban como refuerzos muy necesarios para el fondo de armario. El tan ansiado anillo volvía a ser un objetivo factible. Sin embargo, todavía quedaba por añadir la guinda al pastel.

Paul George durante el día de su presentación | Foto: nba.com/thunder
Paul George durante el día de su presentación | Foto: nba.com/thunder

Otra vez Sam Presti…

Como si nada, sin hacer demasiado ruido, Presti volvió a colarse en uno de los culebrones del verano. Carmelo Anthony lo tuvo prácticamente hecho con los Rockets, e incluso con los Cavs, pero la reunión con Westbrook y George terminó por influir de manera decisiva para que Melo se decantara por los Thunder. Curiosamente, el equipo por el que su hijo quería que fichase antes de que estos fueran una posibilidad real.

Durante todo el verano los Knicks se habían mostrado muy duros a la hora de negociar. Con los Rockets no querían el contrato de Ryan Anderson y con los Thunder rechazaban el de Kanter. Pero los días fueron pasando y, con su superestrella harta de tanto menosprecio, en New York llegaron las prisas. Finalmente, Anthony tumbó su cláusula anti-traspaso para recalar en OKC a cambio de Enes Kanter, Doug McDermott y una segunda ronda de Draft.

Otro chollazo obrado por Sam Presti. En Oklahoma volvía a estar permitido soñar en grande. El MVP, PG13 y Melo juntos en un mismo equipo. Una apuesta arriesgada puesto que los dos últimos acaban contrato, un todo o nada con tal de darle a Westbrook un proyecto a su altura. Un gran esfuerzo al que, poco después, el base respondería con una renovación que reafirmaba su lealtad por la franquicia.

Melo, recibido a lo grande en el aeropuerto de OKC | Foto: nba.com/thunder
Melo, recibido a lo grande en el aeropuerto de OKC | Foto: nba.com/thunder

Comienzos difíciles

Pero con tanto cambio era necesario tiempo, y mucho. Una de las cosas que más dudas despertaba era la circulación de balón. Las tres superestrellas siempre habían estado acostumbradas a amasar mucha posesión, algo que podía dificultar el sistema de juego de todo el equipo. Esto se evidenció nada más comenzar la temporada, con los Thunder siendo el equipo que menos pases daba.

Los resultados no llegaban. Aunque creían firmemente en el proyecto, el discutido Billy Donovan no se cansaba de repetir que movieran más el balón. Tenían fases de buen juego en las que lograban escaparse fácilmente en el marcador, pero la inconsistencia acababa por derruir holgadas ventajas y, una vez llegados al final apretado, sucumbían ante la falta de ideas.

De hecho, en los primeros nueve partidos decididos en el clutch-time cayeron en ocho de ellos. Eran muy previsibles y, para colmo, los porcentajes de tiro del Big-Three rozaban el esperpento. No encontraban su juego y lo poco por lo que podían alegrarse eran los triunfos ante rivales directos como los Warriors, que sucumbieron en su visita a la OKC más hostil, y por el rendimiento de Felton, Grant y el mejor Steven Adams.

El pívot neozelandés ha entrado de lleno en una temporada crucial para su carrera. Con un salario de estrella (25 millones), sigue creciendo a pasos agigantados y asombrando a toda la liga, confirmándose así como uno de los robos del Draft 2013. Cada año ha ido añadiendo recursos a su juego, sobre todo en ataque, donde conecta a las mil maravillas con Westbrook. Aunque su impacto va mucho más allá de los meros números.

Gran final de año

Cerraron noviembre con un balance de 8-12 tras dos preocupantes derrotas en Dallas y Orlando, donde el equipo había dado una pésima imagen. Pero entonces llegó el mes de diciembre y algo cambió. Aunque sufriendo, empezaron a ganar haciéndose fuertes en los momentos más apretados y difíciles. Las victorias en el clutch-time empezaron a producirse y, de hecho, superaron tres prórrogas en Philadelphia.

Ahora el balón circula algo más. Carmelo ha encontrado su rol, el de ejecutor, a costa de sacrificar parte de su estilo. No toma tantos tiros, solo los necesarios, y está mostrando una de sus mejores versiones en el aspecto defensivo. Lejos de estar frustrado por el rumbo que llevaban y su crisis ofensiva, el alero se ha mostrado en todo momento muy comprometido con la franquicia.

Además, Paul George ha cogido confianza en las últimas fechas y está empezando a dejar atrás sus malas noches en el tiro. Mientras, su nivel en defensa se mantiene impecable y Westbrook se está reencontrando con su versión MVP, tomando mejores decisiones y asumiendo que debe jugar liberado, sin presiones, dejando de darle vueltas a cómo implicar a sus dos socios, algo que ellos mismos le pidieron tiempo atrás. Let Wesbrook be Westbrook.

En esta fase de bonanza también han emergido puntualmente las figuras de Patrick Patterson y Álex Abrines. Ambos se perdieron la pretemporada por lesión, empezando claramente a un ritmo más bajo que sus compañeros. Y como no, en uno de los mejores equipos en el apartado defensivo de toda la liga, destacan Andre Roberson y Steven Adams, que completan un quinteto muy amenazante junto al Big-Three.

Jugador del año: Russell Westbrook

Mr. Triple-Doble. Uno de los reyes del clutch-time en la temporada anterior y que, con la presente, ya ha superado la barrera de los 90 triples-dobles en su carrera. El MVP, el alma y el corazón de la franquicia. Un jugador con una mentalidad invencible, capacitado para conectar a afición y equipo como nadie. Mientras él esté, en Oklahoma creen. Why not?

2017 ha sido testigo del mejor Westbrook. Cuando muchos dudaban, dejó a los suyos en sexta posición en una campaña muy difícil. Fue elegido MVP de la temporada siendo elogiado por el propio Oscar Robertson, al que había superado como el jugador con más triples-dobles en una sola temporada: 42 por 41 de Big-O. Además, lo hizo en el último partido de la fase regular y, para más heroicidad, con un game-winner sobre la bocina para dejar a los Nuggets sin playoffs.

Ahora ya no está tan solo. Nunca lo estuvo realmente, puesto que él siempre ha valorado a sus compañeros (those cats) y ha dado la cara por ellos. Aunque ha costado un par de meses, ha vuelto a dejar claro que no tiene problemas en compartir cancha con otras superestrellas. Él es OKC, su lealtad es uno de sus sellos de identidad tras la espantada de KD y, con Melo y George, buscará venganza.

OK3 va a más

La conclusión de este 2017 es que el nuevo proyecto tiende a mejorar. Han sentado las bases de su estilo y, ahora que empiezan a carburar, el límite lo ponen ellos. Ya se han metido en la lucha por entrar en el TOP-4 del Oeste y ante otros candidatos al anillo se han mostrado muy serios. Si siguen en la misma línea que la del último mes tendrán su oportunidad.

Con los recientes resultados Billy Donovan ha dejado de estar discutido. El entrenador es la principal clave del espectacular nivel defensivo de sus pupilos. Sin embargo, las críticas han llegado por sus esquemas en ataque, algo que ha empezado a solucionar una vez ha habido algo más de circulación de balón.

Y es que los aclarados no son necesariamente malos, sobre todo con tres superestrellas especializadas en ese aspecto. En su justa medida es un recurso muy útil, pero deben escuchar a su técnico. Westbrook debe ser Westbrook y George y Anthony deben encontrar su hueco. Muchos se subieron al carro y otros tantos se bajaron tras un mal inicio, pero con el rumbo enderezado todo indica que el OK3 puede ser temible una vez llegue lo bueno.