Chris Froome ha desvelado, por fin, los datos fisiológicos que tantas dudas han creado hacia él tras su segundo Tour de Francia. Lo ha hecho público en la revista Esquire, tras un análisis en el laboratorio Glaxo Smithe Klain de Londres en el pasado mes de agosto, nada más conseguir su victoria en la carrera francesa. Fue su mujer, Michelle, la que contactó con el propio laboratorio, según el artículo escrito en Esquire por Richard Moore, para desmentir todas las acusaciones de "dopado" y de "tramposo" que recibió el ciclista de Sky en la segunda y tercera semana del Tour. Los medios franceses fueron más allá. En Le Monde, el exentrenador y actual periodista Antoine Vayer aseguró que "Froome no ganará un tercer Tour de Francia si su equipamiento es comprobado en el momento preciso y en el lugar preciso".

Chris Froome: "Echas todo el trabajo duro y todos los entrenamientos por la ventana cuando alguien te insinúa que te estás dopando"Para Vayer, que ha admitido que en ascensiones muy concretas -Ax3 Domaines en 2013 o la Pierre-Saint-Martin en 2015 son algunas de ellas- y según sus estimaciones de potencia, que Froome es un "mutante", se defiende a la propia revista que ha publicado los resultados: "No soy científico, pero conozco a Chris [Froome] porque estoy dentro del pelotón. He trabajado con suficientes ciclistas para conocer cuáles son los límites". Antoine Vayer, que era entrenador en el conjunto Festina en 1998, cuando estalló el gran escándalo de dopaje, ha pedido al propio ciclista, en más de una ocasión, el VO2 (la máxima cantidad de oxígeno que puede aspirar), encontrando siempre una respuesta negativa del británico. Ahora ya la sabe: 84'6 ml/kg/min.

Jeroen Swart, fisiólogo y médico de deportistas conocido a nivel mundial, se encargó de evaluar a Chris Froome, como ya hizo con Jenson Button, piloto de Fórmula 1, con Jonathan y Alistair Brownlee, dos de los mejores triatletas del mundo, o con Rory McIlroy, jugador de la selección de rugby de Inglaterra. Froome ganó 2'9 kilogramos entre el final del Tour e inicio de este análisis -pasó de 67 a 69'9 kg- y su grasa corporal ocupa el 9'8% -6'7 kg- de su peso total. Para determinar el VO2 máximo, Froome realizó tres tests: dos por debajo del umbral máximo (algo más del 90%) y otro al máximo (al cien por cien) intercalado entre ambos.

Foto: Laboratorio GSK

Philipp Bell, científico que trabaja en el GSK, explica los resultados del VO2 al británico: "Para la población en general, el VO2 máximo está entre los valores de 35 y 40. Para un deportista activo, en torno a 50. Y una vez que sobrepasas los 50, ya estás altamente capacitado. Para un ganador del Tour de Francia, lo esperado es tener 70 y más". Froome llegó a ver en el ordenador números que sobrepasaban los 90 mililitros, pero el número final se calcula en base a una media de todos los valores en un periodo de 30 segundos. Greg Lemond, triple ganador del Tour, obtuvo, en un análisis, 92'5, por poner un ejemplo.

Tras el VO2 máximo, a Froome le tocó averiguar cuántos vatios produce en esfuerzos pequeños. Para ello, los científicos dividieron la prueba en ocho etapas de cuatro minutos cada una. El pico de vatios que obtuvo Froome fue de 525 vatios, es decir, 5'98 vatios por kilogramo -6'25 vatios por kilogramo si se midiese con el peso que tenía en el pasado Tour de Francia-. En la escala que suele usar Vayer, pasar de 410 vatios ya es sospechoso, pasar de 430 es "milagroso" y pasar de 450 vatios ya se considera algo "mutante" y claramente sospechoso para él. La media que obtuvo Froome es de 419 vatios.

Medida Resultados de 2015 Resultados de 2007
Masa muscular 69'9 kg 75'6 kg
Grasa muscular 6'7 kg 12'8 kg
% de grasa muscular 9'8% 16'9%
Máximo VO2 (l/min) 5'91 litros/minuto 6'07 litros/minuto
Máximo VO2 (ml/kg/min) 84'6 80'2
Máximos vatios 525'3 540

"No he roto las reglas ni he hecho trampas"

Chris Froome admite que es "difícil no enfadarse" ante tantas acusaciones de dopaje en el pasadoTourFroome admitió a su llegada al laboratorio que "estaba nervioso". "Al final del día, sean cuales sean los números, no voy a poder cambiarlo. Pero por lo menos va a satisfacer algunas de las preguntas que se han hecho", continuó el británico. Cuando Moore, quien escribe el artículo con sus resultados, le pregunta por cómo ha llevado que mucha gente le haya llamado dopado y tramposo, Froome admite que "es difícil no enfadarse". "Echas todo el trabajo duro y todos los entrenamientos por la ventana cuando alguien te insinúa que te estás dopando. Si la pregunta es justa, estaré encantado de responderla".

"Sé lo que he hecho hasta llegar aquí. Soy el único que puede decir al cien por cien que estoy limpio. No he roto las reglas y no he hecho trampas. Aún no he tomado ninguna sustancia secreta que no conozca", se sincera Froome antes de empezar el análisis en el centro británico. Y recuerda: "Me revisaron la bicicleta tres o cuatro veces durante el Tour. Me cuesta mucho creer que alguien haga algo así [usar el dopaje tecnológico], pero hay rumores y la tecnología existe, así que estoy seguro que la gente me preguntará. Pero siendo justos, creo que las bicis deberían estar siendo comprobadas".