El italiano y ex futbolista, Giuseppe Signori, conocido como Beppe, brindó emotivas declaraciones a la prensa y en ellas recordó su paso por el conjunto de Lazio, así como también los grandes momentos que vivió gracias a la afición.

Beppe habló sobre Paul Gascoigne, quien también es ex jugador de Lazio y el cual recientemente cumplió 50 años de edad. "Espero que todavía viva por muchos años más. Tengo la esperanza de que el pueda resolver los problemas de los últimos años. Es un tipo que siempre ha tratado de dar lo mejor y ser positivo con los demás. Tal vez esta generosidad y que ha prestado asistencia a las personas le han llevado a cometer errores. Siempre lo mencionaban como alguien que bebía siempre pero no fue así. Hemos vivido años maravillosos cuando jugábamos. Él tenía un gran deseo y espíritu de sacrificio. Hizo cosas importantes y podría hacer más a pesar de la vida sin reglas que llevó, él mostró al gran campeón que era”.

"Al principio los fans fueron dudosos. Llegué de un pequeño club, Foggia, donde habíamos hecho grandes cosas, pero no era a nivel de Lazio. Aterricé en Roma con tan sólo 24 años y sabía que tenía que sustituir a un campeón como Ruben Sosa, que anotó más de 40 goles. Fue todo un reto", comentó Signori.

Al preguntarle sobre los entrenadores con los cuales convivió durante toda su estadía en la Lazio, el ex delantero mencionó: "Es difícil decir cuál de los tres es el mejor porque tienen tres estilos completamente diferentes. Zeman fue un retorno porque ya había sido mi entrenador en los tiempos de Foggia. Él es el que realmente me ha enseñado a marcar goles. Me hice todo un 'bombardero' gracias a él. Zoff, sin embargo, es cada vez más humano. Él jugó al fútbol durante años y conoce perfectamente este mundo. Desde un punto de vista humano me dio un consejo muy importante para mí y para la gestión de la misma. Y bien en el terreno de juego, me dejó una gran libertad de acción. Por el contrario, con Eriksson diré que no lo puedo juzgar porque nuestra relación nunca ha terminado. Él llegó en el verano de 1997 y rápidamente me hizo a un lado. Todo el mundo hace sus elecciones. Él era el entrenador, era normal que debía tomar decisiones, pero podía hacerlo con un poco más de respeto. Creo que he dado mucho a la Lazio en cinco temporadas, no digo que yo era intocable, pero podría ser entrenado de una manera diferente".

En el año 2000 Beppe ya se había ido del equipo y no logró levantar el Scudetto en ese entonces, por lo que recordando esos momentos dijo, "Yo vivía con un sentimiento compartido. Me sentí, por un lado con la alegría de ver el triunfo de Lazio, que en ese entonces tenía tipos como Favalli, Nesta, Gottardi y Marchegiani con el que yo había experimentado grandes momentos, y por otra parte, estaba triste por no poder estar allí. En mi carrera he ganado algunos títulos como mejor anotador, pero nunca he ganado trofeos tan importantes".

Para finalizar agradeció a los aficionados que durante toda su trayectoria estuvieron apoyándolo y alentándolo partido tras partido, "Fue muy especial. Como el amor a primera vista, todo va más allá de los límites del deporte y ese gesto me impresionó mucho. Ellos son los que han tenido la oportunidad de verme jugar con esa camiseta azul como el cielo, son ellos los que me llevan en sus corazones aún hoy en día. Doy gracias a la afición".