El equipo de Paul Lambert afronta la recta final de la temporada con la única idea de mantener la categoría otro año más. Lambert, el técnico, que llegaba meses atrás tras la destitución de Mark Hughes, se encontró con un equipo en difícil situación, por lo que deben remar a contracorriente. Esta jornada reciben a los Toffees que con su segundo entrenador de la temporada, Sam Allardyce, intentarán llevarse los puntos de Stoke-On-Trent.

El entrenador de los Potters se mostraba confiado ante: "Nos espera un buen futuro y está en nuestras manos. El sábado si ganamos podemos salir de los tres puestos de abajo, lo que puede ser bueno psicológicamente para nosotros".

"Estamos solo a tres o cuatro puntos de mitad de tabla. Algo positivo para nosotros, que de conseguir la victoria este fin de semana nos pondrá en una posición mejor", añadía.

"Estoy confiado porque está en nuestras manos. Depende de nosotros. De lo contrario, puedes llegar a un punto donde se va fuera de control y dependes de otras cosas".

"Y eso a mí nunca me ha gustado. Nunca he estado pendiente de lo que tengan que hacer los demás, porque yo prefiero depender de ti mismo y controlar tu destino", terminaba.

El escocés ha insistido en la confianza que tiene en el equipo: "Llevamos semanas entres los tres últimos, con lo que sería un verdadero impulso poder salir de ahí".

"La confianza es muy importante, porque estamos en buena forma y los chicos tienen una actitud positiva. Nunca permito la negatividad en mis equipos", declaró.

"Estamos en una buena posición, aunque tuvimos una buena oportunidad para sacar algún punto del partido del lunes, pero ahora nos centramos en el del sábado. Debemos continuar firmes y no fallar". La confianza del técnico, por tanto, es y debe ser grande, y de ganar el partido ante el equipo de Liverpool, el Stoke viajará algo más tranquilo a la siempre difícil visita al Emirates Stadium.