Lo que sería el partido más atractivo del viernes 7 de septiembre del 2018, el Italia vs Polonia de la Liga A/Grupo 3 correspondiente a la UEFA Nations League, dejó sin emociones a muchos de los presentes en el Stadio Renato Dell’Ara. Un partido poco entretenido, pausado, con muchas amonestaciones y faltas en la primera mitad y con poco “fútbol del bueno”, fue lo que nos ofrecieron ambas escuadras.

Italia, una selección que no asistió al Mundial de Rusia 2018 gracias a un pésimo juego y a una mala gestión, empezaría de la misma manera la UEFA Nations League, sin nada interesante que ofrecer. Un partido que significaba el debut del nuevo técnico “azzurro”, Roberto Mancini, en el mismo estadio que debutó como jugador, el Stadio Dell’Ara. Los simpatizantes de la selección italiana de fútbol fueron al estadio con la ilusión de la primera vez, ver a una Italia temible y respetada nuevamente pero, sin embargo, eso no fue lo que presenciaron en el primer tiempo.

Inicio arrollador de los polacos

Comenzaba el partido y las primeras dos ocasiones claras de gol las tendría la selección dirigida por Jerzy Brzęczek. Donnarumma, en una sublime actuación, logró detener ambos disparos y mantener así la portería de su equipo en cero. El primer tiempo seguiría en juego en la misma línea, un tímido ida y vuelta con muchas interrupciones y varias “llamadas de atención” por parte de los polacos. Sin embargo, nunca llegaron a concretar ninguna ocasión de gol debido a que no contaron, ni con la precisión para que el balón entrara en puertas italianas ni con la suerte de que el gran guardameta italiano fallara en uno de los disparos propinados por los atacantes polacos. Pero ahí apareció Zielinski para hacer el 0-1 en el minuto 40.

Acabaría un primer tiempo flojo, lento y con suerte para Italia de no haber encajado más goles. Balotelli volvió a la selección de la mano de Mancini pero no demostró el nivel esperado por el técnico. Al igual que Jorginho, quien tuvo muy poca participación en la primera mitad del compromiso y gracias a varios factores como este, la selección “azzurra” no contó con oportunidades de valor de cara al arco rival, la portería de Fabianski.

En el descanso seguramente hubo observaciones de carácter de parte de Roberto Mancini, quien por nada del mundo quería debutar dando una mala cara ante su afición. La selección italiana saldría “enchufada” en los segundos 45 minutos. Las sustituciones de Balotelli, Insigne y Pellegrini darían un refrescamiento a los italianos, quienes comenzarían a demostrar su mejor fútbol desde el minuto 60. La selección de Robert Lewandowski, a su vez, decaería en comparación a la primera parte del compromiso. Intentaban avanzar verticalmente pero la gran actuación de los centrocampistas italianos no lo permitirían.

El empate llegaría en el minuto 78 de partido, gracias a una falta cometida sobre Chiesa por parte de Blaszczykowski que el árbitro consideraría, sin dudarlo, como penal. Jorginho sería el encargado de convertirlo y darle así esperanzas concretas a todo el Stadio Dell’Ara. A partir del empate volvería la línea del primer tiempo por unos minutos, ambas selecciones jugaban con miedo de ser atacadas y gracias a eso el compromiso se tornaba lento y sin definición.

Desde el banquillo italiano se trabajaban todas las formas posibles para remontar el compromiso a partir de ese lanzamiento desde el punto penal. La selección campeona del Mundial de Alemania 2006 buscaría a todo dar el desempate en los últimos minutos pero, sin éxito alguno, debido a que los polacos supieron cómo encerrarse atrás y brindarle aún más seguridad a su portería, aquella que fue protegida con una actuación sobresaliente por el guardameta Fabianski, propiedad del West Ham United.

Italia y Polonia firmaron un aburrido empate ante los ojos de miles de italianos que fueron ilusionados por el debut de Roberto Mancini como director técnico y, por la vuelta de algunas de sus estrellas como Mario Balotelli.