El partido venía precedido por el cambio de entrenador del Watford. Esta misma semana, Quique Sánchez Flores cogía de nuevo las riendas de los hornets, sustituyendo a su compatriota Javi Gracia y apenas tuvo cinco días para preparar el encuentro.

La primera mitad comenzó con el Watford creándole muchísimos problemas al Arsenal, tanto en la salida del balón como ofensivamente. El equipo de Unai Emery no se encontraba nada cómodo sobre el terreno de juego, e incluso Bernd Leno tuvo que hacer una atajada providencial a un disparo desde fuera de Cleverley para no encajar el primero. Pero tras un robo de balón en campo rival y una cabalgada de Kolasinac por la izquierda, el Arsenal logró adelantarse con un golazo de Aubameyang, que maniobró con calidad girándose y definiendo a la perfección en el minuto 21. Diez minutos después, una delicatessen de Mesut Özil habilitó a Maitland-Niles, que se encontró en la posición perfecta para ponerle el segundo en bandeja al gabonés.

El partido parecía estar controlado por los gunners hasta que en el minuto 53, un error grosero de Sokratis en la salida de balón desde su propia área, propició el gol de Cleverley, que debió ser anulado por la intromisión en el área de Gerard Deulofeu antes de que Leno pusiese el balón en juego, pero el VAR en la Premier League está interviniendo poco más que la temporada pasada. Desde entonces, acoso y derribo sobre la portería de Leno hasta que en el 81', Roberto Pereyra le sacaba un penalti infantil a David Luiz Marinho en un vertiginoso contragolpe, y el propio jugador argentino se encargó de convertir el 2-2 definitivo.

Primer punto de Quique en su vuelta al Watford que no le sirve al equipo para abandonar el farolillo rojo, pero que sí que le sirve para dejar un buen sabor de boca en su regreso. Por su parte, el Arsenal se queda con ocho puntos en la clasificación, igualado con todos sus rivales directos.

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