Un morboso duelo tenía lugar en Old Trafford allá por las 17:30, cuando ambos equipos se predispusieron a pisar el césped del coliseo de los red devils. Los locales, con una victoria y una derrota en dos partidos, buscaban mejorar las sensaciones y para ello, Solskajer optó por sacar su once de gala con la excepción de Eric Bailly, que ganaba la partida a Lindelöf en el eje de la zaga. El resto seguía la estela marcada por el noruego habitualmente, con De Gea, Wan-Bissaka, Maguire, Bailly, Shaw, Matic, Pogba, Greenwood, Fernandes, Rashford y Martial. Un 4-2-3-1 al que próximamente se unirá Edinson Cavani para aumentar los quilates de un plantel potente en tres cuartos, pero carente de solvencia en la retaguardia, como demostró Harry Kane y todo el Tottenham a lo largo del encuentro, desnudando permanente un equipo desdibujado. Por su parte, Mourinho en el regreso a la que fue su casa, optó por un 4-3-3 con tintes ofensivos compuesto por Lloris, Aurier, Dier, Sanchez, Reguilon, Hojbjerg, Sissoko, Ndombele, Lamela, Son y Kane. Hacía Reguilón su debut en la competición doméstica tras el gran partido que cuajó frente al Chelsea en la Carabao Cup.

El caos reinó en Old Trafford

El partido arrancó con un vendaval de emociones. A los 30 segundos Martial se adentró en el área tras una combinación con Bruno Fernandes, y cuando se predisponía a encarar la portería de Hugo Lloris, fue derribado por Davinson Sánchez. Anthony Taylor no dudó en llevarse el silbato a la boca para señalar la pena máxima. Sería el luso, quien ostenta los galones en esta faceta, el encargado de convertir el penalti y de colocar al United liderando el marcador. Inicio negro para los spurs, que rápidamente revirtieron la situación con el gol de Tanguy NDombele dos minutos después. Una catástrofe defensiva de los diablos rojos, donde el balón correteó por el área sin dueño alguno, sirvió para el medio francés le arrebatara el balón a Shaw y Maguire y disparara a bocajarro frente a De Gea. Intentó salvar los muebles el capitán, pero la falta de comunicación con el lateral británico y su posterior intromisión en la trayectoria del disparo, solo sirvieron para desviar el esférico dentro de su portería.

Un United perdido / FOTO: Premier League
Un United perdido / FOTO: Premier League

Prosiguió el Tottenham buscando hacer cosquillas a la zaga mancuriana. Un minuto después, sería Harry Kane, el chico más listo de la clase, que botó en cuestión de segundos una falta en medio campo, para convertirla en un balón al espacio a Heung Min Son. El coreano se plantó frente a De Gea y con una exuberante elegancia, la picó para poner el 1-2.

El galopante ritmo que propusieron ambos equipos se disipó con el transcurso de los minutos, aunque el desorden seguía reinando en el Teatro de los Sueños. Tuvo Rashford la igualada, pero el palo y su previo fuera de juego lo impidieron. Se fue afianzando el United en campo contrario, tratando de hacerse con el dominio de la posesión, aunque fue un mero espejismo. Harry Kane se agigantó en medio campo, nutriendo de balones a sus compañeros gracias a una movilidad demoníaca para la defensa, que permitió al Tottenham disponer de varias ocasiones de serio peligro.

Los dos genios de Mourinho, Kane y Son / FOTO: Premier League
Los dos genios de Mourinho, Kane y Son / FOTO: Premier League

Un córner trajo consigo la acción más polémica del encuentro. Lamela cayó al suelo, e inmediatamente Taylor sacó de su bolsillo la cartulina roja con destino a Anthony Martial por su bofetón al futbolista, previo codazo del argentino. Un único culpable salió del terreno de juego, a pesar de que Lamela fue castigado con tarjeta amarilla. El United veía como el partido se le ponía cuesta arriba, aunque el detonante definitivo fue el 1-3 que colocó sobre el electrónico Harry Kane. El ariete robó el balón tras la presión ejercida a la salida de Bailly, lo descargó al costado, y esperó en el área sigilosamente hasta que Son se la devolvió. Remató a placer el 10, que enterraba definitivamente al Manchester United. 

Sin piedad

No optó por bajar las revoluciones el Tottenham, siendo Son el encargado de colocar 1-4. Sissoko descargó el ataque hacia el flanco derecho, donde apareció Aurier con espacio para pensar y soltar un centro entre las piernas de Maguire hacia el coreano, que apareció en el primer palo como huracán para anotar su doblete particular. La autopista instaurada en el carril izquierdo de los red devils y su inexistente respuesta, auguraba una sangría histórica. Los últimos minutos de la primera mitad pudieron ser una pesadilla aún mayor, pero tanto Aurier como Kane erraron en sus intentos.

Aurier en el momento del 1-5 / FOTO: Premier League
Aurier en el momento del 1-5 / FOTO: Premier League

La vuelta de los equipos de vestuarios excitó dos cambios en los locales, con la entrada de Fred y McTominay por Matic y Bruno Fernandes, mientras que Mourinho dio descanso a un amonestado Erik Lamela por el brasileño Lucas Moura. Reforzó Solskajer el centro del campo, otorgando músculo y contención a los suyos, con el fin de evitar una goleada sonrojante. Sin embargo, las variaciones no cambiaron el esperpéntico posicionamiento defensivo del United, cuya banda izquierda seguía siendo un espacio de recreo para Aurier. El costamarfileño puso su sello en el encuentro pisando área contraria con un gol en el minuto 50 previa asistencia de Højbjerg.

El quinto gol de los londinenses mató definitivamente el partido. La sangre consumida por los hombres de Mourinho fue suficiente para que las revoluciones del encuentro cayeran en picado. Rashford era un peón arriba que tenía que hacer frente a todo un ejército. Sin fe alguna en sus entrañas, el United se conformó con lo que tenía. Por su parte, los spurs acapararon el balón, dejando que el tiempo se agotara sin perseguir el sexto. Sin embargo, el tanteo sobre la portería de David de Gea ocasionó que el recién entrado Ben Davies cayera derribado por Paul Pogba en los dominios del arquero español. Penalti para el experto en el arte de los once metros, Harry Kane, que colocó el histórico 1-6 sobre Old Trafford a falta de diez minutos para llegar al 90.

Reguilón cuajó un muy buen partido / FOTO: Premier League
Reguilón cuajó un muy buen partido / FOTO: Premier League

Los banquillos se movieron en ambos bandos. Son y Ndombelé dejaron su sitio a Ben Davies y Dele Alli. En el otro lado, Van de Beek fue quien entró por Mason Greenwood. Poco que objetar dejaron las incorporaciones, en un encuentro que murió con el gol de Aurier en los primeros compases del segundo tiempo. 

La tregua final se mantuvo hasta el minuto 93, momento en el que se consumió la histórica goleada que Mourinho acababa de endosar a su antiguo equipo. Será un marcador recordado mucho tiempo en Manchester, además, de cara a la conclusión del mercado de traspasos puede ser decisivo. Se vaticinan días agitados en las oficinas reds ante el preocupante nerviosismo que despierta un plantel tácticamente catastrófico y sin síntoma alguno de mejora. Ninguna participación que resaltar de los locales, que se vieron perdidos y sometidos desde el gol de Ndombelé. Mucho tendrá que trabajar Solskajer para dar la vuelta la situación.

El Tottenham se postula como aspirante a todo / FOTO: Spurs Oficial
El Tottenham se postula como aspirante a todo / FOTO: Spurs Oficial

El Tottenham se encontró con un rival sin respuesta y sin oposición en la enésima exhibición ofensiva de la pareja Kane-Son. Los dos estandartes londinenses capitalizaron el ataque y potencial armamentístico de un bloque excelente en su conjunto. Comienza a carburar el equipo, encarando una espiral de resultados y de sensaciones positivas en los últimos encuentros. Efectivos de garantías en todos los puestos y un entrenador dispuesto a redimirse. Siete puntos para el Tottenham de doce posibles, tres para el United de nueve. El día y la noche. Un futuro prometedor y un horizonte desolador. No obstante, no den por muertos a los de Manchester, porque esto, es la Premier League.