Una lucha de impotencias

El vigente campeón de la Copa de España no podrá defender su título en Guadalajara. El empate frente al Peñíscola —que sí tiene opciones aún— lo condena como el equipo que más igualadas ha conseguido del campeonato. Tuvo que remontar otra vez. Los castellonenses se jugarán todas sus opciones tras el parón liguero.

Una lucha de impotencias
Una lucha de impotencias | Fotografías: Jaén FS
ninozurich
Por Antonio Pulido Casas

La meta de la Copa de España la divisaban unos y otros antes del encuentro que iban a disputar ambos en La Salobreja. Tras el desarrollo del mismo, sólo un equipo, Peñíscola RehabMedic, tiene opciones (complejas) de estar en Guadalajara. Por su parte, el Jaén Paraíso Interior será el quinto campeón del torneo que no podrá defender su título, después de Marsanz (1993 y 1995), Sego Zaragoza (1994) y Maspalomas Sol de Europa (1998). Los andaluces han dejado escapar en su feudo esta temporada 12 puntos en siete partidos, por lo que su pabellón ya no es tan temido como en la campaña anterior, cuando sólo cedieron 9 en toda la temporada (15 choques). Son otros tiempos para los jiennenses.

Sobre el parqué los primeros minutos correspondieron a los visitantes, más intentos sobre la pista en varias acciones. A los 61 segundos Míchel, oriundo del municipio jiennense de Mengíbar, iba a ser el primer autor de gol en contra de sus paisanos tras embocar en el segundo palo un pase de Verdejo. Empezar por debajo en el marcador es una tendencia habitual este año en los amarillos, puesto que así ha sido en 13 de los 18 partidos oficiales que el equipo ha disputado, es decir, el 72% de lo que juegan. Esta losa pareció hacerles reaccionar y fueron más agresivos en su juego. Solano disparó al palo, Eloy forzó a Gonzalo —que volvía a su antiguo parqué— y Boyis también dispuso de una ocasión para el empate. En contraposición, Verdejo pudo ampliar ventaja. Nada se movió hasta que Boyis robó una pelota en la frontal enemiga y ajustició al arquero. La rápida reacción amarilla encendió el ánimo de la grada.

Pero Míchel volvió a apagarlo. Un zigzag maravilloso entre dos rivales, que emuló la comba de un yoyó, permitió tomar ventaja en el contrataque y ceder el balón hacia Eric Martel, quien ya pisaba el área contraria en solitario y aprovechaba para adelantar a los suyos. El repliegue defensivo era una tortura para los jiennenses. Generaban peligro, pero no finalizaban y las segundas opciones eran el alimento castellonense, que presionaba y mordía a la más mínima, lo que enturbiaba la salida de balón de los de Dani Rodríguez y la carrera hacia atrás de estos. A pesar de ello, la actitud jiennense era de agarrar el problema desde el principio. Continuaron con su particular insistencia sobre la meta de Gonzalo, que nunca paró tanto sobre esa pista ante el murmullo irónico de La Salobreja. Un larguero de Emilio y otro disparo del pívot fueron la antesala al empate. Esta vez el guardameta sólo pudo mirar cómo el jiennense se dio la vuelta a 12 metros de la portería y, sin oposición, disparó con tal virulencia que el balón golpeó en el poste de arriba, de la derecha y de la izquierda. Pareció que Emilio quisó que el tanto que adquiriera sonoridad a modo de "¡Ya está bien!".

Aunque, nuevamente, Peñíscola consiguió ponerse por delante al poco tiempo. Josiko, de nuevo en el segundo palo —hospedado por la generosidad de Boyis— depositó el esférico en las redes tras un golpeo excelente con el exterior de Juanqui, cuya corpulencia no es más que una maniobra de despiste para sus marcas. No es tan torpe como uno pudiera presagiar. Y Yeray, con unas piernas de zancada kilométrica, galopaba cual gacela por la banda. El único vasco de la Primera División es un elitista. Otro jugador que engaña al ojo y hace disfrutar. 

El ambiente de resignación palpable en las gradas le resultaba comodísimo al Peñíscola, que parecía recostado sobre su sofá a la espera del error contrario. Se desahogaban los castellonenses con balones interiores al pívot o la cadencia de los alas al centro. Lo hacían repetidas veces sin que Jaén oliera el balón. Y en las tareas ofensivas, los locales no eran capaces de encontrar alternativas cuando Peñíscola cazaba sus intenciones. En alguna ocasión los atacantes se posicionaban en línea y eso facilitaba el arrope castellonense, quien pudo aumentar su ventaja si Álex Verdejo acertara con una de sus especialidades: la vaselina. Al descanso se llegó con el mismo marcador y algún que otro rifirrafe verbal entre los dos equipos por la dureza de ciertas entradas.

La vuelta de los vestuarios reactivó al Jaén Paraíso Interior, que encontró en Solano una mina bastante fructífera para crear peligro. El cordobés se las ingenió para generar daño a la zaga de su exequipo, ya fuera con el aguante de la bola para la entrada de un compañero, estrategia o propios disparos. Aunque también fue protagonista del cuarto gol visitante. Intentó regatear en el costado derecho como último hombre y Álex Verdejo le adivinó la intención. El catalán salió disparado y batió por bajo a Cabezón. El Peñíscola, hasta el momento, había mostrado una efectividad inmensa en todas sus acciones, de ataque y defensa, y merecidamente dominaba el resultado.

En esos momentos volvió a sobrevolar la ansiedad y el "no nos salen las cosas". Las pérdidas continuas y las individualidades predominaron en el juego del Jaén, un comportamiento poco común. El Peñíscola notó esta sensación y presionó de forma consistente. También encontró espacios, como en un pase raso de 20 metros de Eric Martel hacia Juanqui u otra volea del extremeño sin nadie alrededor tras un saque de banda, que daban a entender que podría hacer más sangre.

Era el peor momento de los locales, un equipo que parece no estar confeccionado para las remontadas, menos aun cuando la mala dinámica y las vibraciones negativas inundan de dudas los pensamientos de los jugadores. Y es algo que salta a la vista. Precisamente en esos instantes resurgieron las figuras amarillas. Una jugada de Dani Martin en banda izquierda posibilitó que Carlos Muñoz redujera distancias y, a los dos minutos, Campoy buscaría colaboración con la guarda visitante para crear una pared involuntaria y empatar el encuentro con maestría. Entre ambos tantos, Yeray se había encontrado con el palo. Cuestión de detalles. Empate a cuatro.

El ánimo subió y hasta La Salobreja animó. Pero volvió a agachar la cabeza cuando Eric Martel —el jugador más desequilibrante sobre la pista— encajó de nuevo el balón en la portería contraria en una acción de estrategia. El banquillo jiennense se quejó de que la falta no era merecedora de ser señalada. Les costó un gol. A falta de cuatro minutos para el final Murga se endosó la camiseta de portero-jugador y tras varias oportunidades de circulación Solano halló bingo en un disparo de Dani Martín que rechazó Gonzalo. Otra vez empate (esta vez a cinco). El minuto que restaba fueron intercambios de quintetos para buscar el juego de cinco. José López y Emilio tuvieron la posibilidad de alcanzar la victoria, pero el reparto de puntos fue el resultado final.

Con 16 puntos, el Peñíscola RehabMedic todavía tiene opciones de clasificarse para la Copa de España. Para ello debe ganar su partido ante Xota y esperar que Burela no puntúe en los dos partidos que le quedan (FC Barcelona Lassa y UMA Antequera), además de que D-Link Zaragoza caiga (muy) goleado en Murcia. Por otro lado, Jaén es el equipo que más empates acumula en la competición: siete. Sólo está por delante en la clasificación de los universitarios, Jumilla Bodegas Carchelo y Elche Vulcanizados Alberola.

Los entrenadores analizaron el partido

Carlos Sánchez fue el primero en acudir a la rueda de prensa para dar su versión del encuentro: "Ha sido un partido tremendamente bonito para el aficionado. Mucha tensión. Es la lectura más positiva. Una fiesta del fútbol sala que todos queremos y dos clubes que pelean por sus objetivos. Los dos equipos lo hemos intentado. Hemos planteado un partido muy serio y durante algunas fases hemos sido inteligentes y mejores que el rival. Tuvimos el partido ganado en la segunda parte porque teníamos dos goles de ventaja y a Jaén le costaba entrar. Nos hemos sentido cómodos. Dos errores nuestros nos han condenado. Estoy muy orgulloso de mi equipo y del fútbol sala".

El técnico aseguró que tuvo la impresión de que se le había escapado la victoria. "Podíamos haber ganado. Ellos estaban un poco ansiosos, con la necesidad de anotar. Nos ha partido un poco la ilusión perder la renta de dos goles porque sabíamos que quizá podríamos hacer el quinto con portero-jugador. Hemos sabido robar el balón y esperar, pero se ha dado de esta manera. Más o menos esta ha sido nuestra primera vuelta. No conseguimos matar el partido. Eso es experiencia", dijo.

Por último, aseveró que su equipo llevó el peso del partido en algunas fases: "Creo que hemos presionado bien, hemos sabido cuándo teníamos que ir atrás, a mitad de pista, pero pienso que no hemos dejado salir con fluidez al equipo contrario. Hemos demostrado cosas hoy. Lo que está claro es que tienen jugadores que en el uno para uno van bien y cuando cedes un poco de pista parece que el dominio lo tiene el rival, aunque solamente le estés dando distancia. Creo que muchas veces la iniciativa la hemos llevado nosotros, por tanto, no hemos jugado en función de Jaén, sino que hemos preparado un partido para que Jaén no jugara cómodo, y lo hemos conseguido. De hecho, se ha visto que no sabían romper nuestra defensa y el Jaén estaba atascado. Ha sido una partida de ajedrez".

Por su parte, Dani Rodríguez calificó el encuentro como "extraño". "Son los que se suelen dar en La Salobreja últimamente. La falta de continuidad y los errores propios nos han hecho sumar un punto cuando creo que podríamo llevarnos los tres si el equipo hubiera estado más fino. Hemos remado contra el marcador. Cuando te metes en esta dinámica se ve que todo lo que tiene que entrar no entra y lo que no tiene que entrar, sí", manifestó. Al ser preguntado sobre si esta "mala dinámica" es la respuesta a todo, el técnico asintió. "Se está trabajando bien, semana tras semana. No estamos siendo inferiores a ningún equipo y los partidos están dependiendo más de nosotros que del contrario. Cada error que se tiene se paga caro. Cuando las cosas no salen, no salen. Hoy se ha visto algo parecido: goles extraños y fallos que nos condenan", continuó.

La justicia del resultado fue otro de los interrogantes: "Peñíscola siempre ha ido a favor del marcador y todas las que ha tenido, por lo menos en la primera parte, las ha metido. Justo puede ser el resultado por lo que se ha visto, pero creo que nosotros, en otra dinámica, se hubiera quedado en casa. Incluso hoy ha habido fases del partido donde nuestro juego se ha resentido y eso me preocupa. Las cabezas no están donde tienen que estar y lo estamos pagando en exceso. A lo mejor nos planteamos lo de otros equipos, meternos en media pista y a verlas venir. Quizás tenemos que especular un poquito más, aunque esa no es nuestra actitud. Es difícil cambiar la mentalidad ganadora". Por último, las individualiades afloraron cuando se precisó recortar distancias: "Hubo un momento en el que el partido demandaba eso. No puedes gastar tanto tiempo con la elaboración y hay que ir más directo o con desborde o con balones al pívot, por ejemplo. Para rotar tanto íbamos tarde con el marcador. Hay que alabar que creemos en nuestras posibilidades hasta el último minuto. Tenemos que seguir trabajando porque no estamos contentos con la dinámica que llevamos. Estoy decepcionado porque hay mucho trabajo detrás y luego no salen las cosas. Eso me duele. No nos podemos despejar".

VAVEL Logo
Sobre el autor
Antonio Pulido Casas
Periodismo cuya máxima vocación es informar de lo que acontece en el plano deportivo. Hijo del año 92 e impulsado por los valores doctrinales del olimpismo. Tú escucha, que yo te cuento.