Gozando de menos descanso que entre dos jornadas ligueras, debido al partido de copa del martes, el Levante recibía al Peñíscola para disputar el derbi valenciano. Los de Braulio Correal venían de perder el pasado partido liguero por 4-2 frente al Jaén. Por su parte, el Peñíscola venía también de perder. 1-4 fue el resultado definitivo que decantó la balanza a favor de El Pozo en el Pabellón Municipal de Peñíscola.

Parte de la hinchada visitante se desplazó a la capital del Turia para alentar los suyos con el fin de volver a casa con los tres puntos debajo del brazo. Con buena entrada en el Pabellón de El Cabanyal, todos los preparativos estaban listos para que diera comienzo el encuentro.

Braulio Correal optó por salir con: Yeray, Kiko Berrocal, Márquez, Tripodi y Emilio Buendía. Por su parte, Cani apostó por: Iker, Iván Rumbo, Juan Carlos, Carlinhos y Michel.

Los primeros compases de partido fueron muy igualados e intensos: ambos equipos realizaban buenas posesiones y se mostró sobre la pista que ninguno de ellos quería cometer fallos. La primera ocasión de gol llegó de la mano de Márquez, quien remató un pase de Sena desde línea de tres cuartos de campo. El disparo salió ligeramente desviado. Aún así, el Peñíscola realizaba también ataques bien ordenados y peligrosos. Los granotas se vieron apurados en un acción en el minuto 6' de partido donde los pupilos de Cani interceptaron varios rechaces seguidos dentro del área que, entre Yeray y la defensa local consiguieron detener a duras penas.

Superando el ecuador de la primera mitad de partido, Márquez junto con Sena, desperdiciaron la ocasión perfecta para haber estrenado el luminoso: realizaron una contra perfecta entre ellos dos frente al portero rival, pero la defensa visitante llegó y detuvo el peligro. Poco después, llegó el primer gol, pero por parte del Peñíscola, Orzáez remató un balón muerto desde fuera el área y estableció, así pues, el 0-1 en el marcador. Inmediatamente, los granotas consiguieron la igualada gracias a un tanto de Emilio Buendía con un tiro franco. Encarando ya el descanso, Cecilio remató un centro raso de Sena y batió a Iker y puso el 2-1. En el último suspiro, de nuevo, Emilio Buendía anotó de tiro franco y llevó a los suyos con 3-1 al descanso.

El segundo tiempo fue un guión a seguir respecto al primero: igualdad sobre la pista y, ambos equipos con una marcha más. Conforme corría el cronómetro, el Peñíscola se fue agrandando y a su misma vez, el Levante se fue achicando. En la recta final, Cani lanzó la moneda al aire y apostó por el portero jugador. El Levante se encerró a defender en zona mientras el Peñíscola realizaba largas posesiones esperando encontrar la oportunidad para poder recortar distancias. Así lo hizo Juan Emilio cuando restaban tres minutos para el final del partido. Con menos de un minuto de partido, Carlinhos consiguió el tanto de la igualada y así terminó el partido. 

Un Levante cabizbajo vio como otros dos puntos valiosos se fueron y el Peñíscola, mostró la otra cara de la moneda: euforia por haber empatado un 3-1 en apenas 3 minutos.