Un 30 de enero del año 1995, en la capital, venía al mundo Marcos Llorente Moreno. Su cabello rubio, desde niño, le daba una imagen casi angelical. Con las botas puestas, esa imagen de buen chico se complementa con un talento innato para dominar un partido desde la medular, su zona de acción. Capaz de abarcar grandes franjas del campo sin que el rival se de cuenta, se le podría considerar uno de esos mediocentros con estrella, que junta lo mejor de un centrocampista táctico, un devorador de rivales, y un estilista del juego.

Clave en su equipo

El jugador que es Marcos le convierte en una de las piezas angulares de su actual equipo, el Juvenil A que con tanto éxito dirige Luis Miguel Ramis. Además, en el Real Madrid, le consideran una de las grandes promesas de futuro, por su innegable capacidad de mando en la zona ancha del campo, y sus múltiples maneras de ser capaz de ayudar al equipo. Bien sea con un balón robado, bien con un pase en largo para que los Agoney, Álvaro Jiménez y especialmente Juanjo Narváez pongan en aprietos al cancerbero rival, Llorente es clave en el devenir del filial madridista.

Llorente, en el encuentro de la Youth League ante la Juventus (Foto | Dani Mullor - VAVEL).

El paso del Juvenil en el Grupo V de la División de Honor es algo más que destacado. Invictos, sumando 22 goles y habiendo concedido tan solo dos. 7 victorias en 7 partidos avalan el buen trabajo de Ramis y sus chicos, que además, se encuentran inmersos en la novedosa UEFA Youth League, impulsada por el máximo organismo del fútbol a nivel europeo, que busca juntar a los combinados juveniles de los equipos que disputen la Champions League. Entre ellos, como no podía ser de otra forma, se encuentra Llorente y 'su' Madrid.

Madridista desde pequeño

Titular en los tres partidos que se han disputado hasta ahora en el citado nuevo torneo continental, se alza como baluarte del equipo. No en vano ha ido quemando etapas hasta llegar al Juvenil A, ahora que ha visto pasar 18 primaveras. Su periplo futbolístico empezó a cerca de su casa, en las filas del C.D. Las Rozas, allá por 2002, cuando apenas contaba con 7 años. De allí, y tras pasar 4 temporadas, salió en dirección al Roceña, para recalar un año más tarde en el Rayo Majadahonda. Fue entonces cuando el equipo de ojeadores del Real Madrid, en 2008, se dieron cuenta del potencial de éste chico que entonces contaba con 13 años, y se decidieron a abordar su fichaje para que en el verano de ése mismo año, Marcos se convirtiera por fin en jugador blanco.

Con todo merecimiento, Llorente es uno de los proyectos de futuro más interesantes de la cantera merengue

Desde entonces, desde el Infantil A, ha ido quemando etapas a un ritmo vertiginoso hasta alcanzar su actual estatus, como pieza angular del Juvenil A. Pasando por los cadetes y el resto de juveniles, la calidad de Marcos siempre se han impuesto, y lo han terminado convirtiendo en lo que es: uno de los proyectos de futuro más interesantes de La Fábrica. Buena prueba de ello es el espectacular año que firmó la campaña pasada, bajo el mando de Morientes en el Juvenil B, que le hicieron atraer las miradas de sus actuales técnicos.

Marcos Llorente, con 13 años, recién llegado a la Casa Blanca (Foto | Real Madrid).

Pero no solamente Ramis y sus hombres pusieron sus ojos en él, sino que Manolo Díaz, al frente del Madrid C e incluso el propio Alberto Toril, han marcado su nombre en rojo en sus respectivas agendas. Especial mención merece la del técnico cordobés, que reafirmó su interés en Marcos esta misma pretemporada, cuando le citó para jugar contra el Fuenlabrada el primer partido de preparación, llegando a concederle incluso 45 minutos de fútbol, en los que Llorente no decepcionó.

Sangre blanca

La trayectoria de Marcos en el filial madridista podría acabar llevándole incluso al primer equipo, sin duda uno de los sueños del jugador madrileño. Su habilidad personal, su calidad individual, indiscutible, tiene un componente extra que le hacen destacar aún más si cabe. Y es que la sangre de Llorente, a diferencia de la del resto, tiene un color blanquecino que le convierte en un jugador aún más especial. No fue el primero de su familia en vestir la elástica merengue, y como se suele decir, de casta le viene al galgo.

Uno de esos llamados ilustres

del madridismo, coetáneo con la Quinta del Buitre, es uno de los 'culpables' de que hoy Marcos corretee por Valdebebas. Paco Llorente, habilidoso extremo blanco a finales de los 80 y principios de los 90, es el padre del mediocentro del Juvenil madridista. El vallisoletano contrajo matrimonio con María Ángela, que a su vez era la hija de otro histórico jugador merengue: Ramón Moreno Grosso. Pero la extraordinaria genealogía de Marcos no termina ahí, puesto que además de su padre, sus tres tíos, Julio, Jose Luis y Toñín, fueron también profesionales. También futbolista el primero, los otros dos fueron grandes baloncestistas, en especial el mayor de los Llorente, Jose Luis.

Por si fuera poco, los cuatro hermanos Llorente tenían un antecesor aún con más pedigrí. El tío de Paco no es otro que el gran Francisco 'Paco' Gento, la legendaria 'Galerna del Cantábrico' blanca, y uno de los enormes mitos que ha dejado para la historia el cuadro madridista. El propio Marcos, cuando ingresó en La Fábrica, allá por el 2008, tuvo un tiempo en el que charló con RealMadrid TV, donde se refirió a sus orígenes y a la 'responsabilidad' que conlleva portar la sangre de grandes iconos del madridismo: "Son dos nombres grandes en el Real Madrid y para mí es un orgullo. Me motiva aún más para seguir y para llegar a ser como ellos".

Llorente, en el encuentro de la Youth League ante la Juventus (Foto | Dani Mullor - VAVEL).

Con motivo del I Memorial Ramón Moreno Grosso celebrado en Las Rozas, Marcos y sus compañeros (entonces del Infantil A) rindieron homenaje al abuelo del joven mediocentro. Grosso, que falleció en 2002, no pudo ver a su nieto vestido de blanco, y el propio Marcos recordaba así a su abuelo materno: "De él me han contado siempre que fue uno de los mejores jugadores del Real Madrid. Como persona era una buena persona que ayudaba a la gente y que cuando tenía que estar serio, lo estaba, y cuando había que estar de broma era el más bromista. Como futbolista era madridista hasta la muerte".

Como anécdota, el pequeño Marcos relataba lo que todo el mundo aseguraba; qué se asemejaba a Grosso: "Por lo que me han contado me parezco mucho a mi abuelo. Dicen que me parezco en que cuando juego lo doy todo de mí". A pesar de que en el carácter pudiera parecerse a él, ni su padre, ni su abuelo, ni siquiera su tío se desempeñaban en su puesto. Siempre volcados al ataque, incluso focalizado en la banda izquierda, Marcos ha preferido la zona ancha del campo para mostrar todo su potencial, y de momento, sin duda, está en el buen camino.