Este 2014 que acaba de comenzar viene cargado de fútbol y a Valencia le regala un derbi entre los dos equipos de la ciudad para el disfrute de los aficionados. El próximo 4 de enero se disputa en Mestalla mucho más que un partido de fútbol, está en juego mucho más que los tres puntos, para cada afición supone ganarle al eterno rival y eso conlleva una motivación doble.

El Valencia CF y el Levante UD comienzan el nuevo año enfrentándose en un encuentro que se disputa está vez en casa del "grande". Mestalla recibe este sábado al conjunto azulgrana y a su afición granota, un equipo y una hinchada que no llegará al estadio vecino ni mucho menos como el equipo "pequeño" de la ciudad. Conforme han ido pasando los años, los encuentros entre 'xotos' y 'granotas' se han ido igualando y han estado marcados sobre todo por la rivalidad entre las aficiones.

El derbi de la 'germanor' imposible

La rivalidad en el fútbol es positiva y los "piques" entre aficiones son bonitos de ver, más si cabe cuando se puede contemplar un derbi en la máxima categoría del fútbol español. El enfrentamiento entre 'xotos' y 'granotas' comenzó desde sus orígenes y en los años sesenta se avivó. Cuando el Levante se encontraba en una depresión deportiva total fue considerado por los valencianistas como un equipo inferior y no admitían comparación posible, tan sólo se podía equiparar con el filial ché. Ahora los tiempos han cambiado, el equipo "pequeño" asume se lucha de tú a tú con el club "grande", etiquetas que solamente se pueden encontrar a nivel de presupuesto, historia y masa social.

'Xotos' - 'granotas'

¿Por qué los apelativos de xotos y granotas? Tanto el mote "xoto" como el apodo "granota" surgieron de modo despectivo hacia el equipo rival. Unos, porque cerca del Mestalla inaugurado en 1923 había un antiguo matadero de ganado al que acudían a diario decenas de cabras para ser sacrificadas. Otros, porque su campo Stadium del Turia se encontraba en el cauce del río donde se generaban grandes charcos y se oía el croar de las ranas. Estas terminologías no sentaron bien en una de las hichadas, mientras la afición levantinista se lo tomó con humor, la grada valencianista lo sigue considerando un insulto, más de ochenta años después.

El Levante, el gato y la palmera

En la temporada 1958/59, los levantinistas conquistaron el segundo lugar y disputarían la promoción de ascenso a Primera División contra la UD Las Palmas. En el encuentro disputado en el Insular el partido terminó con empate a uno, lo que era un resultado insuficiente puesto que en la ida los visitantes habían ganado en el campo de Vallejo y el Levante continuaría en Segunda División.

El sueño del ascenso se rompía para la afición granota aunque lo peor sería tener que aguantar las burlas y los chistes de los aficionados y 'enemigos' del Valencia. Una de ellas se convirtió en leyenda. Satisfechos por la desgracia del equipo vecino y ocultos entre la noche, unos seguidores ‘xotos’ idearon una broma macabra. Bajo una veterana palmera situaron el cadáver de un gato negro y un mensaje con tintes de maldición: "Quan el gat puje a la palmera, el Llevant estarà en Primera" (Cuando el gato suba a la palmera, el Levante estará en Primera, en valenciano).

Lejos de ofenderse, los seguidores del Levante adoptaron a ese gato como un símbolo de carácter luchador. Ni cuando todos les dan por muertos se rinden. De hecho, ese gato logró subir a la palmera cuatro años después. El 2 de agosto de 1963 el Levante venció al Deportivo de la Coruña en la promoción de ascenso con el resultado de 1-2 en Riazor, y 2-1 en Vallejo. Con la conquista del ascenso, el estadio granota amaneció con un gato hecho de cartón subido en lo más alto de aquella veterana palmera. La escena estaba acompañada por un nuevo pareado: "El gato subió a la palmera y el Levante está en Primera".

El entierro del Valencia CF

En la campaña 1964/65 el Levante bajo a Segunda División y unos aficionados blanquinegros publicaron una esquela en el periódico. Cuando en la temporada 1985/86 fue el Valencia el que descendió a Segunda División desde el Cabanyal lo celebraron como si de una victoria granota se tratase y se la devolvieron. Esta vez, los seguidores granotas construyeron un ataúd de cartón blanco y lo pasearon por el Cabanyal hasta la playa y allí lo quemaron. Esa clase de odio y rencor mutuo que se vivía en cursos pasados no lo encontramos en los últimos años como ocurre hoy en día en diferentes ciudades españolas como Sevilla, Madrid o Barcelona, entre otras.

Curiosidades de un clásico valenciano

El Levante vuelve este sábado a un estadio donde en épocas anteriores fue su casa. Mestalla acogió los partidos del conjunto azulgrana a finales de los años sesenta, justo cuando vendió el antiguo campo de Vallejo y mientras se construía el actual Ciutat de València.

La competencia deportiva es algo que hace mejorar a los equipos y cuanto más próxima sea, mejor. Por eso, este derbi tómenselo con deportividad y buen ánimo. Sonrían y disfruten, que estamos en Navidad, con una igualdad de veinte puntos en los dos bandos y persiguiendo los puestos europeos ambos cuadros valencianos.