Último partido para el Real Madrid en esta gira americana y los hombres de Carlo Ancelotti buscaban despejar dudas de cara al primer partido oficial de la temporada, la Supercopa de Europa, que se disputará en Cardiff el próximo 12 de agosto. A pesar de que los blancos aún no contaban en filas con todos su titulares, el rival no hubiera exigido la alineación de menos; a pesar de no estar en su mejor momento el Manchester United es siempre un adversario a temer y así quedó patente en el encuentro de esta noche, que ambos utilizaban como su particular reivindicación.
No habiendo nada en juego, más allá de los intereses del Manchester United, que llegaba con vida aún en la competición y de la honra siempre existente en todo partido, el ambiente en las gradas extrapolaba un duelo mítico en las grandes noches europeas hasta el continente americano; ni un alma cabía en el coliseo estaodunidense para disfrutar de un choque de altura; para deisfrutar de un Real Madrid - Manchester United.
Cartas de presentación
En la línea de lo que había venido proponiendo el Real Madrid en los anteriores partidos de pretemporada, los blancos exhibieron cierta intencióin de dominar el encuentro y de manejar el balón, algo que logró hacer con algo más de comodidad hasta la zona de tres cuartos de campo. Allí, la presión del United obligaba a los hombres de Carlo Ancelotti a volver a empezar, ya fuese como consecuencia de un robo de balón o de la destrucción de la jugada ofensiva. Los ingleses tampoco renunciaban a llevar la manija del encuentro y adelantaron sus líneas en la tarea de dificultar la salida del esférico para los blancos.
Las primeras ocasiones de peligro las puso el Manchester United
Exhibición de intenciones por parte de uno y otro equipo y también de credenciales para llevarlas a cabo. El encuentro entró en una dinámica de idas y venidas en los minutos inciales, unos minutos en los que las primeras sensaciones de peligro trató de ponerlas el Manchester United, a la salida de un córner botado por Wayne Rooney, que finalmente acabaría en nada. Poco a poco, los ingleses empezaron a acentuar la posesión del cuero con una salida ordenada pero ante la fuerte presión de un Madrid en absluto por la labor de conceder facilidades. Nada en la intensidad del choque hablaba de un amistoso de pretemporada y sí de un clásico europeo.
El United se siente cómodo
Después de las idas y venidas que marcaron los minutos iniciales del choque, este entró en una fase donde la contención de ambos conjuntos se sobrepuso al juego de elaboración, que no lograba progresar ni para los intereses del Madrid ni para los del Manchester. La telaraña de jugadores tejida por ambos conjuntos, derivó en una mayor posesión para los 'red devils' que, sin embargo, tampoco daban con ese hueco que les llevase hasta la portería defendida por Iker Casillas, muy lejos el meta madrileño de la zona de posesión inglesa.
Juan Mata se erigía en el peligro de los ingleses
En medio de esta tesitura, Juan Mata se erigía en la voz del peligro para el United; su movilidad y sus gestos de gran técnica sobre el terreno de juego derivaron en las llegadas del equipo inglés y aunque tampoco este saque de esquina acarrearía mayores consecuencias para los españoles, a punto estaría de hacerlo el posterior disparo de Fletcher tras el rechace de la zaga blanca. El remate, raso y lejano, acabaría, no obstante, perdiéndose por poco. Los blancos, por contra, no lograban progresar y parecían adolecer de la ausencia de un referente en punta de ataque al que buscar para tratar de batir a la sólida defensa inglesa.
Ashley Young y Bale mueven el marcador
El peligro había llegado hasta la portería blanca por mediación de jugadas a balón parado y así se produciría de nuevo en el minuto 18 con una falta botada por Wayne Rooney, que estaría, eso sí, exenta de dificultades para los defensas madridistas. Poco a poco los ingleses iban asentándose sobre el terreno de juego, confirmando su dominio y sintiéndose más cómodos, algo que quedó plasmado antes de la media hora cuando una fantástica jugada de triangulación y rapidez en la circulación del cuero derivó en el primer gol de la noche, el que anotaba Ashley Young tras una extraordinaria culminaicón en el área grande.
Bale anotó tras un penalti cometido sobre él mismo
Los blancos trataban de contrarrestar sus carencias en el juego de construcción con una fuerte presión que ofuscase las ideas del United pero, lejos de ejercer de revulsivo, el tanto en contra parecía haber hecho lo propio en los blancos, que seguían sin dar con la tecla. Una tecla que se encontró con la pena máxima que el árbitro señalaba a Michael Keane por una falta cometida en el interior del área sobre Gareth Bale. Pocas dudas sobre la acción de Keane en la realización de un penalti que anotaría el propio Bale. Máxima tranquilidad del galés en la ejecución del lanzamiento desde los 11 metros para devolver la igualada al marcador.
Young, doblete provisional
Dudas en la autoría del segundo gol inglés
Bale había puesto el gol para los blancos y también puso el lustre en el fútbol de los hombres de Carlo Ancelotti; asistido por un Dani Carvajal en labores inéditas de delantero, el galés estuvo a punto de poner en pie al respestable del Michigan Stadium con una fantástica chilena que logró empalar pero que no encontró portería y sí dio en las manos de De Gea. No obstante, como en esto del fútbol, de goles vive el hombre, ahí apareció de nuevo Ashley Young para poner un centro envenenado desde la izquierda de la portería blanca al que llegó, por los pelos, Wayne Rooney. Tan justo llegó el futbolista inglés que la autoría del gol se la concedió el árbitro -aparentemente de forma acertada- al propio Young, cuyo centro parecía no modificar su trayectoria para alojarse, por segunda vez, en las redes de Iker Casillas. Más allá de la autoría del tanto, lo que era indudable es que el Manchester United, mejor que el Real Madrid en la primera parte, volvía a estar por delante en el marcador.
Los postreros minutos del primer tiempo mostraron a un Madrid con más intención que acierto en el campo del Manchester United, aunque de nuevo las ocasiones las seguiría poniendo el conjunto inglés en una dinámica ya habitual con un lanzamiento de libre directo que ejecutaría Rooney para que finalmente Modric, en labores de apoyo defensivo, acabase despejando. Y de nuevo la situación se repetiría prácticamente como colofón del primer tiempo, aunque en esta ocasión sería Xabi Alonso el que se anticipaba a Mata para desbaratar lo que iba a ser un remate a bocajarro. Pocos sobresaltos más y nula historia en los minutos que condujeron hasta el descanso.
El Madrid busca la reacción
Dando por entregada la primera parte, los blancos salieron enchufados en la segunda o al menos de eso quería convencer Bale a los ingleses con una extraordinaria jugada personal por la diestra, que culminaba en un centro que no supo rematar con calidad Isco. El malagueño envió el cuero a las manos de David De Gea, empañando la ocasión blanca de empatar.
El cuadro blanco empezó a acercarse y a generar peligro
El Madrid había sumado algo más de dinamismo y movilidad a la circulación de su balón, sin que esto lograse modificar el devenir del choque, habida cuenta de que continuaba faltando ese último toque arriba que lograse batir, por fin, a De Gea. A pesar de la intención madridista y de los movimientos en el banquillo, el Manchester continuaba a lo suyo.
Faltaba el último toque
No lograba dar el Madrid con ese camino hacia el gol, ni por mediación de las eléctricas jugadas de Gareth Bale ni tampoco de la potencia de su disparo. El galés lo intentaba mediante un libre directo en buena posición pero su trallazo lo desvió De Gea, intratable bajo palos.
Pepe y Carvajal, rematadores inusuales
La mejoría de los blancos era ostensible pero las ocasiones que se trenzaban como conscuencia de esa evolución, morían en las inmediaciones de la portería inglesa, sin ese remate letal de un delantero, muy alejado de las ideas que podían generar jugadores como Carvajal, quizás algo más desubicado en labores tan ofensivas. A pesar de todo, los madridistas seguían generando acercamientos, como el que se derivaba de un saque de esquina y que acabaría rematando Pepe, desviado.
Bale, hiperactivo en el segundo tiempo
Los blancos llegaron a contener el juego en el área del Manchester a base de córners infructuosos que reflejaban el mejor momento del Real Madrid en el partido. Un 'acoso' que a punto estaría de dar sus frutos con el buen remate de Raúl De Tomás tras un fantástico centro de Gareth Bale por la derecha -muy activo el galés-, que el canterano cabeceaba ligeramente alto, por encima del travesaño inglés.
El Manchester apenas había generado ocasiones en la segunda parte
El Manchester había cedido considerablemente, como consecuencia del empuje madridista, del cansancio y de los numerosos cambios realizados por su entrenador, Louis Van Gaal; y apenas pudieron visualizarse ocasiones de los jugadores ingleses, que observaban de reojo el calentamiento de Cristiano Ronaldo, 'amenazando' con vovler.
Y volvió Cristiano Ronaldo
Lo que nohabía podido conseguir Bale al no materializar la chilena, lo logró Cristiano Ronaldo al entrar al terreno de juego con 74 minutos de tiempo cumplido. El luso había expresado sus deseos de jugar algunos minutos ante el equipo que le vio eclosionar futoblísticamente y Carlo Ancelotti debió valorar la posibilidad como una forma de calibrar el estado de forma del luso sobre el terreno de juego.
Chicharito y Cleverley trataron de devoler al United a la dinámica inicial
La salida del portugués había coincidido con el paso al frente que el United trataba de dar para contrarrestar la mejoría madridista, que le había sometido desde el descanso. Los hombres de refresco de Van Gaal habían intentado agrandar distancias en el luminoso con sus primeras aproximaciones en el segundo tiempo, por mediación de Chicharito en primera instancia y Cleverley después. Sin suerte.
Chicharito sentenció
Lo habían intentado de forma más tímida los ingleses en el segundo tiempo y la recompensa no les exigió demasiado. Los hombres de Louis Van Gaal verían incrementada su ventaja gracias a una buena jugada de Kagawa que Javier Hernández, 'Chicharito' culminaba para establecer el 3-1 en el marcador.
No contentos con el 3-1, los 'red devils' buscaron el cuarto en la recta final del partido, con el aire renovado de los jugadores que habían entrado en el segundo tiempo y con la tranquilidad de los dos goles de ventaja. Los blancos, por su parte, relegaron de nuevo la rapidez en la circulación de balón y el avance se les hizo, de nuevo, cosotoso hacia la meta de David De Gea.
Y no hubo tiempo para más, el Real Madrid cosecha su tercera derrota consecutiva en esta pretemporada, adolece de la falta de gol y siembra algunas dudas sobre un juego que funcionó a ráfagas. Trabajo por hacer para Carlo Ancelotti de cara a la Supercopa de Europa.