El tren de la gloria en Lisboa pone rumbo a Cardiff

Allá por el mes de mayo, el Real Madrid alzaba al cielo de Portugal la copa de los campeones europeos; la forma perfecta de ponerle punto y final a una gran temporada. Ahora, a poco de arrancar la campaña 2014/15, los merengues tratarán de hacer lo propio en el firmamento de Cardiff. El destino final de un camino que rememora lo vivido en la conquista del viejo continente.

El tren de la gloria en Lisboa pone rumbo a Cardiff
El Real Madrid luchará por la Supercopa de Europa ante el Sevilla
jessicagalera
Por Jessica Galera

La particular telaraña que los participantes en la máxima competición europea tejen a lo largo y ancho del continente en la lucha por su conquista, daba inicio para el Real Madrid en Turquía, una tierra que históricamente no se le ha dado bien a los hombres de blanco y donde no habían ganado nunca. Sin embargo, la carta de presentación de los 'merengues' en la pasada Champions League fue toda una declaración de intenciones: los hombres de Carlo Ancelotti no se pararían ante nada y estarían dispuestos, además, a plantarle cara a esa historia que tantas veces ha convertido en su propia aliada para demostrarle a Europa y al mundo que su firme intencción de retomar el trono Europeo 12 años después iba en serio.

Arranque estratosférico

Con gol de Isco, doblete de Benzema y hat-trick de Cristiano, el Madrid arrancó endosando seis tanto al Galatasaray en Turquía

El Galatasaray sería la primera 'víctima' de los madridistas, que exhibieron un potencial goleador insaciable para romper con una de las múltiples maldiciones que se erigirían como escollos hacia la décima conquista. El 1-6 endosado a los turcos en su propio feudo, con gol de Isco, doblete de Benzema y hat-trick de Cristiano Ronaldo, espantó las dudas que algunos pudieran albergar aún -si es que las había- sobre el potencial de los 'merengues' en sus aspiraciones hacia el título. La goleada, sin embargo, buscaba una ratificación que encontró con el Copenhague en el Santiago Bernabéu. Allí, los blancos se impusieron de nuevo, regalándoles a los suyos el primer triunfo de la campaña europea en casa, por un contundente 4-0 (nuevo doblete de Cristiano Ronaldo y la puntilla de Ángel Di María).

Sin embargo eran muchos los que aguardarían al tercer choque para valorar aún más seriamente al Madrid, argumentando que ni Galatasaray ni Copenhague podían considerarse conjuntos potentes en Europa, de modo que para acabar con eso llegaba la Juventus de Turín. El conjunto transalpino complicó las cosas a los de Ancelotti, que sin emargo, lograron hacerse también con un ajustado triunfo, merced de una pena máxima anotada por Cristiano, que ya se presentaba como un firme candidato a máximo goleador del torneo. No obstante y más allá de que el triunfo había llegado en aquella ocasión desde los 11 metros, el posterior empate en Delle Alpi potenció las críticas hacia los rivales de enjundia para los vikingos. Allí, Bale y Cristiano sólo pudieran equilibrar el marcador y librar un empate a dos.

Plácida clasificación a octavos

Advertido sobre la capacidad de los blancos, el Galatasaray extremó precauciones en su visita al Santiago Bernabéu, de donde, de todos modos, se fue goleado. Bale, Arbeloa -gran partido del lateral-, Di María e Isco serían aquella vez los responsables del 4-1 endosado a los turcos, que en dos partidos habían encajado la friolera de 10 goles en contra por parte de los de Ancelotti. El úlitmo y postrero encuentro del grupo B, con el Madrid ya clasificado matemáticamente para la siguiente fase, se disputaría en Copenhague, donde los 'merengues' rubricaron una nueva victoria. 0-2 (tantos de Modric y Ronaldo) y a octavos.

Cristiano se convertía en el máximo goleador de una fase de grupos de la Champions

Para más esplendor en el pase madridista, Cristiano se convertía en el jugador que más goles había logrado marcar en la fase de grupos de la historia de la Champions, un guiño que ya apuntaba a un destino definitivo y grande. Pero el camino era aún muy largo y en absoluto exento de trabas.

La conquista de Germania

Con la llegada de las temibles eliminatorias, el Madrid regresaba a un territorio maldito, tal y como ya lo había hecho en el arranque de la competición, y es que si Turquía no regalaba precisamente sus victorias para el conjunto blanco, Alemania era un lugar de infausto recuerdo en contraposición a las míticas noches europeas vividas por los vikingos. El Schalke04 recibía a los blancos en tierras germanas para, contra todo pronóstico, vivir la segunda gran goleada de los 'merengues' a domicilio. Seis goles que recordaron a Europa las intenciones del Madrid, que no pasaban por otra cosa más que por conquistar la Décima, un trofeo que se había hecho esperar demasiado en las vitrinas de un club, acostumbrado a sumar. La denominada 'BBC' se lució en Gelsenkirchen con un doblete de cada uno de sus integrantes en volandas de un gran juego de equipo y un fútbol que imponía respeto más allá de las dudas generadas en la fase de grupos.

Lo que debía ser un partido-trámite derivó en la grave lesión de Jesé

Así las cosas, la vuelta se convertiría en un mero trámite para los blancos, con sabor amargo al final, por la lesión de Jesé Rodríguez, que había demostrado capacidad suficiente para formar parte de la primera plantilla blanca e incluso, de suplir a Cristiano Ronaldo cuando las ausencias del luso amenazaron con minar el rendimiento del equipo. El 3-1, obra de -quién si no- Cristiano Ronaldo con un doblete y Álvaro Morata dio un pase agridulce a los de Ancelotti, que no obstante, tenían otro motivo más para alzar al cielo de Lisboa la copa de los campeones: dedicarle el triunfo al joven jugador canario, una meta frente a la que Alemania seguía siendo amenaza latente.

La revancha

Y es que si el Schalke04 había quedado en el camino, además de forma contundente, el Borurssia Dortmund había hecho lo propio con los blancos un año atrás, un recuerdo muy fresco y latente en la memoria de un madridismo herido ante el recuerdo. A diferencia de la campaña anterior, los blancos abrían el fuego en su casa, donde esperaban sentenciar con un marcador favorable, como a priori podía ser el 3-0 establecido. Bale, Isco y otra vez Cristiano dejaron encarrilado el pase hacia las semifinales pero si en la campaña anterior, el sabor de la remontada alentó a los blancos, en esta ocasión las tornas estaban intercambiadas y los hombres de Jurgen Klöpp no daban nada por perdido.

El Madrid sufrió ante el Borussia a pesar del 3-0 del Bernabéu; primera y única derrota en Champions

El encuentro en Alemania fue, probablemente, el peor de los blancos en la Champions; allí capitularon por primera y única vez en la competición con un 2-0 que llegó, incluso, a amenazar el marcador logrado en el Bernabéu. No obstante, el susto serviría de acitate para los 'merengues' que extremaron cautela en las semifinales. No era para menos.

Sucesión con todas las de la ley

El Borussia Dortmund se había erigido en límite blanco un año atrás pero el Bayern de Múnich, vigente campeón en aquel momento, lo había hecho dos campañas antes, apeando a los 'merengues' en una igualada eliminatoria que de nuevo despidió a los madridistas a un paso de la finalísima. El resto era, pues, mayúsculo. El primer partido de la eliminatoria se disputó en Madrid. Los alemanes dominaron la posesión y buena parte del encuentro pero los eléctricos latigazos del Real en ataque fueron suficientes para abrir la lata con un 1-0 que aún podría haberse visto aumentado pero que dejaba una renta mínima para una vuelta que se disputaría, otra vez, en tierras... ¿malditas?

Los blancos dieron un recital en casa del por aquel entonces vigente campeón

El calificativo había planeado sobre el madridismo siempre en Alemania pero el recuerdo de la goleada endosada al Schalke04 allí mismo y el pase ante el Borussia se convertían en alicientes y aliados de cara al vital encuentro de los blancos en el Allianz Arena. Un partido a vida o muerte; un partido a todo o nada. El recital que el Madrid ofreció aquella noche el Alemania rubricó a fuego una de esas doradas páginas en la dilatada historia de los blancos en Europa; una honra a la más pura esencia del Real Madrid, a su leyenda. Los blancos fueron un huracán que arrasó al Bayern con los goles de Sergio Ramos -providenciales cabezazos del sevillano- y Cristiano Ronaldo -dos perlas más para cerrar la cuenta-. Al final, 0-4 y por fin, el pase a Lisboa, donde aguardaría la gloria continental.

La gloria, en el último suspiro

En las jornadas previas a la disputa de la final europea, el Madrid había visto volar el título de Liga, como consecuencia de tres malos partidos en los que el conjunto de Carlo Ancelotti no logró hacerse con el triunfo; la pugna sería sólo cosa del Barcelona y el Atlético de Madrid, contrincante en la gran final de Lisboa. Un tropiezo allí podía sentenciar al Madrid, para el que una Copa del Rey, lograda ante el eterno rival, no podía ser suficiente. Los del Cholo Simeone acabaron haciéndose con el torneo doméstico y, henchidos de moral, su empuje podía ser peligroso para el Real. Y con ello amenazó durante casi 90 minutos.

Las fuerzas del madridismo se concentraron en el cabezazo de Ramos; el gol de la vida en el minuto 93

El fallo en la salida de Iker Casillas no lo desaprovechría Godín para adelantar a los suyos en el camino hacia el sueño. Pero la fe inquebrantable del segundo capitán blanco tiró, una vez más, de las manos de todos sus compañeros, de toda su afición y el peso histórico del Madrid para aunar fuerzas en un cabezazo que "sólo" establecía el empate en el marcador pero que muchos percibieron como el gol de la victoria tres minutos después del tiempo reglamentario.

La prórroga supuso para los madridsitas la salvación en una travesía que había amenazado con la muerte, una oportunidad demasiado grande, generosa y única como para no aprovecharla. La extenuación de un Atlético que, literalmente, se había dejado el alma en el desarrollo de una recta final de infarto, fue determinante ante un Madrid superior que, uno a uno: Bale, Marcelo, Cristiano Ronaldo, apuntilló las esperanzas, ya endebles, de los colchoneros. La gloria europea regresaba a casa para los hombres de Carlo Ancelotti, que no podía ponerle punto y final de mejor manera a su primera temporada al frente del Real Madrid.

En busca de la ratificación

Cristiano Ronaldo vio coronada su gesta de máximo goelador histórico en una edición de la UEFA Champions League con la conquista del máximo entorchado continental en su casa, en Lisboa, la ciudad que le vio nacer en lo futbolístico y ahora será otro nombre propio de peso en el vestuario: Gareth Bale quien trate de hacer lo propio en su tierra, en Cardiff, donde la Supercopa de Europa dirimirá al campeón de campeones en el viejo continente.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Jessica Galera
Mis dos grandes pasiones son la literatura y el fútbol. Me encanta, especialmente, el género literario de la fantasia, todo aquello que no entiende de límites y que transmite la idea de que cualquier cosa es posible. Y esta idea la hago extrapolable al fútbol. Me encanta cualquier jugador que hace de este deporte fantasía. Soy autora del libro 'La Última Alianza' , Managing Editor en VAVEL.com y redactora de la sección del Real Madrid.