El repóker de Simeone

Diego Pablo Simeone aterrizó en Madrid y se encontró un equipo apático, capaz de ser eliminado en Copa del Rey ante el Albacete y con jugadores que no daban la talla. Cinco de esos jugadores los transformó el técnico argentino y los ha convertido en estrellas. De no tener fichas para ir a poder hacer un all-in.

El repóker de Simeone
FOTO: Apo Caballero - VAVEL.com
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Por Alejandro Marín

Hay entrenadores que están tocados con una varita. Entrenadores que aunque se obcecasen en perder un partido acabarían ganándolo por goleada. Entrenadores que golpean suavemente a un árbitro y se van ovacionados del césped. Entrenadores que se encuentran con jugadores que no rinden y los acaban convirtiendo en futbolistas de primer nivel. Hay entrenadores buenos y, un par de escalones por encima, está Diego Pablo Simeone, el encargado de convertir una horrible mano en un fantástico repóker.

El fútbol se basa en confianza y actitud. Todo aquel que reúna esas dos cualidades y, además, sepa meterla por la escuadra, defender al mejor delantero o parar los disparos más potentes, tendrá éxito en el fútbol. Pero hay veces que uno no se siente cómodo y el entorno te hace empeorar, te convierten en un jugador vulgar que no es capaz de demostrar toda su valía.  El Atlético era el ejemplo perfecto de entorno enrarecido cuando a finales de 2011 en el banquillo se sentaba Gregorio Manzano. Godín, Miranda, Juanfran, Koke y, desde la distancia, Raúl García lo pueden confirmar. 

Pero llegó Simeone. El 23 de diciembre de 2011 pasará a la historia del Atlético de Madrid por ser el día en que el técnico argentino volvía a su casa, pero esta vez para dirigir los colores rojiblancos desde el banquillo. En ese momento, los jugadores citados anteriormente no eran ni una sombra de lo que son en la actualidad. Probablemente, ni se imaginaban que tres años después seguirían defendiendo la elástica colchonera y que, por el camino, ganarían alguna Liga BBVA, Copa del Rey o, incluso, se quedarían a las puertas de la gloria en la UEFA Champions League. Simeone los convirtió en estrellas.

Godín y Miranda, la pareja de moda

Una de las principales características del Atlético de Madrid de Simeone es la capacidad defensiva del equipo. Dicha cualidad no se recordaba por la Ribera del Manzanares desde aquellos maravillosos y efímeros años de Perea y Pablo Ibáñez. La llegada de Godín y, posteriormente, de Miranda no terminaban de convencer a la afición rojiblanca. El uruguayo destacaba más por sus continuos penaltis innecesarios que por sus marcajes y de Miranda se entendía que después de su salto a Europa con el Sochaux francés volviese rápidamente a Brasil.  

Simeone: "Nunca dejaría que se marchara Godín"

¿Quién se acuerda del mal rendimiento de esta pareja? Algún enemigo acérrimo del Atlético y poco más. Simeone otorgó su confianza a Godín y Miranda y estos se la devolvieron convirtiendo la defensa rojiblanca en una auténtica fortaleza infranqueable. De defensa vulgar a convertirse en una de las mejores parejas de centrales de Europa. Los equipos más poderosos del continente suspiran por hacerse con los servicios de estos dos futbolistas, mientras en el Atlético, los suspiros son más parecidos a los de una chica enamorada del hombre de su vida. En este caso, de los dos hombres de su vida. 

Juanfran y Raúl García, los rojillos no tenían sitio

El caso de estos dos futbolistas sería digno de protagonizar un capítulo de ‘Cuarto Milenio’. Iker Jiménez se volvería loco intentando analizar esta metamorfosis. Juanfran llegó para jugar un derbi copero ante el Real Madrid y lo hizo porque no había otro. Por su parte, Raúl García llegó como una de las promesas del fútbol español y jugó en todas las posiciones menos en la que más destacaba y acabó yéndose por donde había venido. Dos casos dramáticos que parecían no tener solución.

Simeone: "Raúl García es un ejemplo para el vestuario"​

Simeone, amante de la causas perdidas, se imaginó un día que Juanfran se podía situar entre los mejores laterales derechos de la élite futbolística. Eso estaría bien si el chico fuese lateral, pero era extremo por mucho que Manzano se lo negase. Lo que se imaginó el argentino se cumplió: Juanfran se asentó en el lateral y gracias a su entrega se ha convertido en ídolo de la afición y ha llegado a jugar un Mundial con España. Si lo hubiese sabido habría cambiado su posición mucho antes.

Cuando llegó Simeone al Atlético, Raúl García se encontraba en Osasuna haciendo una gran temporada. En la actualidad, Raúl ha sido partícipe de una nueva victoria de los rojiblancos en San Mamés. Llegó hace mucho y poco fue valorado por la afición, que le dedicó más pitos que aplausos. Poco podía hacer el chico, ese mismo que hoy mete goles ayer jugaba de mediocentro defensivo y bien pegado a la defensa. De locos. El cuerpo técnico colchonero –y Del Bosque- vieron sus cualidades y las convirtieron en una de las virtudes del Atlético. Si hay que irse a la guerra, uno se va con Raúl antes que con cualquier ‘pecho frío’. Ya no hay pitos y si ovaciones.

Koke, la estrella mundial

Simeone reconoció que no conocía a Koke cuando llegó al Atlético, pero no dudó en frenar su salida cuando parecía que Málaga sería su destino. Partiendo de las dudas que había respecto a su futuro es abismal la diferencia que existe con su actual situación en el equipo. Poco más de mil minutos en su primera temporada con el técnico argentino en el banquillo. Su evolución en los últimos tres años es digna de ser estudiada por todos aquellos niños que quieren llegar a ser algo en el mundo del fútbol. Koke se ha convertido con 22 años en, prácticamente, el único atlético que podría jugar en cualquier equipo del mundo.

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Su pierna derecha es magia. Su visión de juego es un don futbolístico otorgado por los dioses del fútbol. Su juventud, una virtud. Su amor por el Atlético de Madrid, lo más importante de este discurso. Koke podría estar en el FC Barcelona o en cualquier plantilla, pero su fútbol se disfruta en el Vicente Calderón y eso, en parte, es gracias a Diego Pablo Simeone. 

Godín, Miranda, Juanfran, Raúl García y Koke son los casos más destacables de la capacidad de Simeone para transformar el nivel de los jugadores, pero no son los únicos. Gente como Gabi, Arda o Tiago han dado un paso hacia delante y se han convertido en pilares rojiblancos. Uno no se puede olvidar tampoco de los que ya no están: Courtois, Filipe Luis o Diego Costa vivieron sus mejores momentos futbolísticos cuando el bueno de Simeone les alentaba desde la banda.

No lo nieguen, más de uno piensa en el técnico argentino para traer de vuelta a uno de los ídolos de la afición y convertirlo en el gran delantero que siempre fue. Fernando Torres podría ser el reto más importante de Diego. Solo falta esperar a que se haga realidad su utópico regreso. Mientras tanto, toca disfrutar del trabajo bien hecho de Simeone durante estos tres años.