El Real Madrid ha protagonizado esta temporada todo tipo de encuentros. Victorias abultadas o excesivamente abultadas, como el 2-8 al Deportivo en A Coruña; derrotas en el Bernabéu, como el 1-2 frente al Atlético de Madrid en la tercera jornada liguera, o derrotas fuera, como el 4-2 encajado en Anoeta nada más comenzar la temporada.
Pero hasta el día uno de marzo los blancos no habían empatado ningún partido en la competición liguera. Sí en Copa, donde en la vuelta de octavos empataron con el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu. Pero en el trofeo regular, loas madridistas no habían dejado todavía un partido a medias.
La Liga cobra así más emoción y permite al Atlético no distanciarse del todo. El Barcelona recorta dos puntos a los blancos y depende de sí mismo para ganar la Liga.