El Bayer Leverkusen tiene una cita el próximo martes en Barcelona, para intentar sumar tres puntos importantes ante el actual campeón de Champions League, ante un rival complicado tras el empate que lograron Messi y cía en la capital italiana ante la AS Roma. Tras un gran primer partido de debut ante el BATE Borisov, el Bayer tiene el reto de conseguir su segunda victoria ante el FC Barcelona. Uno de los más destacados en Alemania ante los ucranianos, fue Hakan Çalhanoglu, estrella y baluarte del Leverkusen que pone ahora su tremenda calidad y su puntería en la portería del Barça, teórico claro rival en la pelea por el primer puesto del Grupo E.
Un futbolista de calidad contrastada
Técnico, rápido y con calidad para convertir todo tipo de jugadas a balón parado, Çalhanoglu se ha convertido en el francotirador perfecto para el conjunto de Roger Schmidt. Su despertar en la Bundesliga de mano del Hamburgo le sirvió para recalar en la plantilla de Schmidt y demostrar que su gran última temporada en el equipo norteño no era casualidad y que su fútbol apenas había comenzado a aparecer por el fútbol europeo.
Destaca por su velocidad a la hora de decidir y aportar soluciones en el pase, en forma de asistencias o contragolpes servidos a los delanteros, así como sus disparos de falta. Se está ante un auténtico especialista en el lanzamiento a balón parado, que se encarga de todos los posibles y que consigue convertir a menudo con aparente facilidad. Jugador con una habilidad innata para llevar el balón pegado al pie y armar jugadas de peligro contra los rivales, su capacidad para crear superioridades le hacen un tremendo activo contra todo tipo de equipos. Un activo ofensivo con regate en velocidad, disparo lejano y tremenda calidad en el pase, habilidades todas que consiguen desestabilizar las defensas con relativa facilidad.
Talento a raudales con apenas 21 años
El jugador, nacido en Mannheim en febrero de 1994 (21 años), ha conseguido despertar en la afición del Bayer Leverkusen una pasión por sus faltas y por su juego fuera de toda duda, después de recalar en el equipo de la farmaceútica germana en el verano de 2014. Sus primeros pasos profesionales llegaron en el Karlsruher, equipo en el que pudo jugar en dos épocas diferentes, la primera como jugador de la cantera y la segunda tras ser cedido por el Hamburgo, equipo del que fue vendido en 2014 al conjunto de Leverkusen, por una cifra cercana a los 15 millones de euros.
Sangre turca, sentimiento turco
El jugador del equipo de Leverkusen ha dejado clara su preferencia por los colores otomanos en favor de su ascendencia, a pesar de que su nacimiento en Mannheim en febrero del 94 le otrogaba la posibilidad de ser elegido por la selección nacional de Alemania. Calidad no le falta para poder haber disputado un puesto con cualquiera de los oponentes que en la Mannschaft le hubieran disputado su posición. Sin embargo, el reto de conducir a la selección turca a sus objetivos comandando el mejor talento nacional otomano le han servido para rechazar a su país de origen por el que siente suyo por familia y sangre.