Doble objetivo conseguido: anotar y dejar la portería a cero. Una gesta que en el Tartiere aún no había sido lograda, si a domicilio ante el Tenerife. La victoria le da al Oviedo tres puntos de oro, todos los son en esta división, y sitúa a los azules octavos a un punto del playoff y a cuatro del ascenso directo. Un encuentro con dos partes claramente diferenciadas, donde el Oviedo supo rentabilizar sus virtudes y aprovechar la falta de efectividad de los catalanes.
En el primer periodo el Real Oviedo volvió a mostrar síntomas de anemia defensiva, las sombras del pasado cercano sobrevolaban el Carlos Tartiere. Los de Egea encerrados atrás no conseguían hacerse con la posesión del balón, debilidad que los tarraconenses aprovecharon para controlar el encuentro. Ya en el minuto 9, el Nástic pudo abrir el marcador cuando Emana dispara desde la frontal completamente solo obligando a Esteban a estirarse evitando el 0-1.
Pero en estos primeros 45 minutos no todo iban a ser sombras, también hubo luces. Una brilló por encima de las demás, Koné. El jugador costamarfileño, que aún no está al 100%, demostró calidad a raudales y no perdonó en la primera ocasión clara que tuvieron los carbayones. Transcurría el minuto 21 cuando Peña combina a la perfección con Susaeta y el eibarrés pone un magnífico centro que Koné remata de volea con la zurda. Un auténtico golazo con el que el delantero se estrenó como goleador azul.
A pesar del tanto, el Oviedo siguió concediendo oportunidades al Nástic. Hasta en tres ocasiones pudieron los de Vicente Moreno empatar el partido. De la Espada tuvo la ocasión más clara cuando a la salida de un córner mandó el esférico de un cabezazo al travesaño. El Tartiere contenía la respiración un segundo y se echaba la manos a la cabeza intentando espantar un Déjà vu. La luminiscencia azul llegaría de nuevo en el minuto 37 de las botas de Susaeta, el vasco transformaba un libre directo en el gol de la tranquilidad para los de Egea. Susaeta hacía gala una vez más de su elegancia y picaresca colando el esférico por el lado de Reina. El Nástic seguiría intentándolo sin premio. Antes de finalizar el primer tiempo, Esteban mandaba al traste las intenciones de Palanca en un mano a mano peligroso.Esta jugada supuso un punto y aparte en el Nástic, que si bien hasta este momento había seguido intentando el gol, se vino abajo y se desmenuzó por momentos.
Comenzó la segunda parte con un Oviedo dominador y un Nástic deshojado, 45 minutos bastaron para cambiar radicalmente los roles de estos dos conjuntos. Los azules aprovecharon el momento para disipar dudas mostrando solidez defensiva por mediación especialmente de un Carlos Peña venido a más y un gran David Fernández. También mejoró en este segundo tiempo el joven Johannesson que se mostró mucho más seguro defensivamente e incisivo en ataque. Los azules pudieron aumentar su renta, primero por mediación de un sublime y luchador Borja Valle y después con una intervención de Linares. Ninguno de los dos podría rentabilizar sus ocasiones. Para Esteban no hubo más trabajo, pues los tarraconenses perdían fuelle a medida que pasaban los minutos, los catalanes se deshinchaban física y anímicamente mientras que los azules disputaban unos de los minutos más cómodos en lo que va de temporada.
Con el resultado de 2-0 el Real Oviedo cerraba el encuentro y devolvía en parte la tranquilidad a la grada, no solo a base de goles, sino también a golpe de sensaciones.