El Tercer Tiempo: Marcelino barre a un Madrid sin ideas

El submarino amarillo salió a por todas, marcó e hizo gala de un sistema defensivo que no pudo ser perforado por el Madrid, a quien le faltó una idea de juego. Naufragio de los hombres de Benítez, tanto como colectivo como de manera individual. Marcelo, James y Bale intentaron tirar del carro, pero el Villarreal cerró muy bien. Marcelino le ganó, con claridad, el duelo a Benítez.

El Tercer Tiempo: Marcelino barre a un Madrid sin ideas
El Tercer Tiempo: Marcelino barre a un Madrid sin ideas
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Por Rafael Peinado

Salió dominante el Villarreal y con solo un cuarto de hora de excelso nivel futbolístico se bastó para doblegar a un Madrid que cogió uno de sus vicios pasados: desperdiciar 45 minutos de juego, y eso que no iba muy sobrado ni de puntos ni de fútbol. El submarino amarillo, liderado en el banquillo por Marcelino y en el campo por Bruno, buscó hacer su partido desde el pitido inicial. Presión alta intentado recuperar la bola muy arriba, tratando de ponerse por delante en el marcador durante ese arreón inicial para luego replegar y buscar las contras. Ese era el plan del Villarreal, y se saldara o no con gol al comienzo del partido no iba a variar mucho durante el desarrollo del partido, y le salió bien, muy bien.

Bruno mandó arriba a los suyos y con la ayuda de Trigueros empujaron a Soldado y Bakambu y a los dos interiores hacia la salida de balón del Madrid. Fue tal el torrente que mientras el Madrid buscaba a un Kroos que no estuvo en el campo el Villarreal ya le había disparado al palo y conseguido un gol. Dos ocasiones de gol creadas, un disparo al palo y otro al fondo de la red. El Villarreal se había salido con la suya por mérito propio y demérito del Madrid, quien pagó caro salir a medio gas. El conjunto local ya había dibujado el guión del partido bajo su puño y letra. El balón ahora estaba en el tejado el Madrid. El partido ahora estaba justo donde lo quería el Villarreal.

Bakambu y Soldado se casaron tras llevar media vida de novios

El conjunto amarillo ganó el partido a través de varias parejas. Empezando por arriba, lo de Bakambu y Soldado fue un espectáculo. “Morenito” y “blanquito” se compenetraron como la típica pareja de delanteros que lleva jugando juntos desde pequeños. Soldado daba apoyos por todos lados y le daba sentido a cada balón que tocaba disfrazado –porque nunca fue ese tipo de jugador- de Benzema o Ibrahimovic, mientras que Bakambu las corría todas. El ‘17’ amarillo fue un martillo pilón, un incordio constante ante un Pepe que no sabía cómo pararle. Soldado sacaba de sitio a Ramos y su compañero se lucía ante el ‘3’ merengue. El partido nació y pudo morir en las botas de Cédric, pero el francés no estuvo acertado en el remate.

Bruno y Trigueros gobernaron

La otra pareja sí una de las de toda la vida. Trigueros y Bruno se compenetraron como solo ellos saben, y además hicieron lo propio con Bakambu y Soldado. Estos no apretaban a Ramos ni a Pepe, pero sí tapaban el pase interior hacia Modric y James, los interiores del Madrid. Sin Kroos y con un Casemiro que flaqueó en la salida de balón, la recuperación de balón por parte local estaba asegurada. Se sucedería tarde o temprano, a una altura u otra, pero el final sería el mismo: balón en poder del Villarreal, que sí sabía qué hacer con él. Si los dos delanteros tapaban el pase hacia los interiores del Madrid, Bruno y Trigueros  los encimaban y les hacían llegar sus bufidos. Con Bale, Benzema y Ronaldo colocados de manera muy lineal y sin apoyar entre líneas, Manu y Soriano no tenían nada que proteger a sus espaldas, por lo que su trabajo se basó en incomodar a James y Modric, quienes para poder recibir cómodamente tenían que bajar o abrirse. Fue el croata quien tras su error lo intentó, dando las únicas pinceladas de fútbol durante la primera parte.

Por último, la tercera pareja que brilló en el partido fue la conformada por Musacchio y Víctor Ruiz. A ellos se unió Bailly para terminar de lograr la recuperación del balón. De esta manera, el buen planteamiento posicional del Villarreal y la mala disposición del Madrid propició que el submarino no sufriera y que el Madrid sí, pese a tener el balón. Resumiendo de principio a bien las jugadas se sucedían de la siguiente manera.

El Villarreal cortocircuitó la salida de balón del Madrid

Pepe y Ramos tuvieron mucho balón y pocos destinos

El Madrid intentaba sacar el balón jugado desde atrás, con Pepe y Ramos muy abiertos y muy solos y con Casemiro entre ellos (unas veces a su altura y otras incluso por detrás). Modric y James, los interiores, buscaban recibir el balón en la divisoria, pero Bakambu y Soldado solían tapar muy bien los pases hacia ellos además de que Bruno y Trigueros amenazaban con anticipar y robar arriba. De esta forma el peso inicial del juego del Madrid se basó en conducciones de los centrales hacia campo rival y balones largos hacia la tercera pareja del submarino (Musacchio-Ruíz). El Madrid, completamente desordenado y realizando una ocupación de espacios muy mala, sufría una y otra vez las contras del Villarreal. Soldado hacía de hombre objetivo, de conductor y lanzador, mientras que Denis y Jona se desplegaban por banda y Bakambu corría y corría. El Villarreal tuvo durante la primera parte una idea de juego y aplastó al Madrid, quien ni tuvo ideas ni supo colocarse sobre el césped.

El Madrid mejoró en la segunda parte

Marcelo tiró del carro

En la segunda parte el Madrid mejoró mucho, o al menos consiguió generar más peligro. Los blancos seguían sin una idea de juego, pero el Villarreal ayudó a que el cuadro blanco pudiera instalarse con algo más de facilidad en campo rival. Los castellonenses  dieron un paso hacia atrás, bajaron la altura de su presión y expusieron su impecable repliegue medio-bajo colocando sus piezas en torno a un 4-4-2. El Madrid mejoró porque Marcelo tiró del carro y comenzó a generar fútbol, bien apoyado y secundado por James. Los dos componentes de la banda izquierda merengue se echaron el equipo a la espalda, aunque no lo hicieron desde el costado, totalmente vacío con Ronaldo también por dentro. El portugués se desentendió del juego, y junto con el mal partido de Benzema propiciaron que el Madrid solo funcionara a arreones y llevando el balón a los costados. Por el derecho emergió la figura de Bale, algo más constante y mucho más peligroso que sus compañeros de delantera. Sin llegar a abrir el campo en demasía, el Madrid conseguía llegar a las inmediaciones del área local, y cuando no centró por centrar consiguió crear peligro con las llegadas de Modric y James al balcón del área. El Villarreal resistió y su plan para el encuentro salió a pedir de boca. Exhibición de presión alta y gol tempranero. Exhibición de defensa posicional y portería a cero. Tres puntos. Partido ganado.