No será noche para incautos. Ni para timoratos. Ni tampoco para aquellos que salgan creyendo que con el escudo del Real Madrid se empiezan ganando los partidos por un gol de margen, y dependiendo del rival incluso son dos. Las noches europeas son diferentes al resto para los aficionados merengues, como no podía ser de otra manera en los seguidores del club más laureado en la competición que tiene el laurel más grande de Europa.
La Champions League es el 'quitapenas' oficial de la casa blanca, y también de la afición. En 1998, 2000 o 2002 lo fue para los suyos, y aunque terminó siendo un 2014 glorioso para los intereses blancos, apuntaba maneras de serlo tras un nuevo traspiés en Liga. Y es que si en el ADN madridista va algo impreso, parece, y que es capaz de sobrevivir a generaciones enteras de directivos, mandatarios, cuerpos técnicos, seguidores y por supuesto jugadores, es la liviana sensación de pérdida respecto a la Liga cuando se hace contacto en Europa.
La misma piedra en el camino
Por eso, y con el campeonato doméstico virtualmente en el bolsillo del Barcelona aunque la victoria merengue en el Clásico lo haya minimizado parcialmente, los objetivos blancos se giran hacia el Viejo Continente. A vislumbrar de nuevo un título que les eleve al Olimpo europeo, y les establezca como el más grande entre los grandes. Reafirmar su condición de Zeus ante aquellos dioses que pretenden usurpar su trono a golpe de campeonatos.
Lisboa en 2014 presenció una nueva entrega de la Historia, y quieren convertir Milán el próximo mes de mayo en un nuevo bastión madridista, pero para ello, mucho antes, han de superar el muro germano. Nuevamente un equipo alemán se cruza en el camino de los blancos hacia la conquista de Europa, y la intención merengue de dejarle en el camino no será diferente a las que le precedieron. Hacia la Décima quedaron por el camino el Schalke primero, después Borussia Dortmund y el Bayern de Pep, y el histórico 0-4 de Múnich que retumba aún en la memoria merengue, se sucedieron tratando de dejarles fuera. Y no o consiguieron.
Las hordas bávaras caían a los pies de los blancos, sucumbiendo a su potencia de fuego, incapaces de dominarles. El Norte les esperaba de nuevo el pasado año, otra vez con el Schalke 04 tratando de prenderle fuego a las almenaras merengues, que a pesar de tambalearse lograron mantenerse erguidas hasta las semifinales, Atlético de Madrid mediante, hasta que la Juventus les sacó del camino.
De nuevo el Lobo
El Wolfsburgo es el elegido por las deidades germanas para establecerse como muro en el camino del Real Madrid, y Zidane el encargado de ponerse al frente de 21 fieles que servirán en la primera de las batallas para tratar de acercar un poco más la ansiada Undécima. Y lo harán en la casa del Lobo, tras deshacerse en la anterior ronda de la Loba. Las batallas contra los cánidos parecen el sino del conjunto blanco para esta temporada en la Champions.
La Roma sucumbió al poderío blanco por un doble 2-0 tanto en campo propio como en ajeno, y en busca de un pase ante un nuevo equipo de lobos, el Madrid afronta la eliminatoria pleno de moral. La victoria en el Clásico ha espoleado al cuadro merengue en el plano anímico, y buscarán extender la marcha sobre todo en Europa. Sobre ello hablaron en rueda de prensa Marcelo, o antes de viajar a Alemania el propio Toni Kroos, que señalaban la relevancia de mantener la atención en lo que suceda en el campo y no salir sin tensión al verde.
Julian Draxler será el principal argumento del Wolfsburgo para tratar de eliminar al Real Madrid
En el lado opuesto, el Wolfsburgo hará valer el factor ambiental para sacar adelante el resultado que les beneficie. Para conseguirlo, los germanos confiarán su potencial ofensivo en hombres como Schürrle o sobre todo Julian Draxler, los dos grandes puntales en vanguardia de los locales que tendrán que mantener bajo vigilancia los zagueros blancos. Especialmente el jugador alemán, que fue relacionado en su momento con el propio Real Madrid, y que cambió la cuenca del Ruhr por Wolfsburgo para suplir la baja de De Bruyne.
Schürrle, ex del Chelsea, Arnold y Kruse, habitual con la Mannschaft, conformarán el ataque que deberán sostener los Ramos, Pepe y Casemiro. El brasileño se ha hecho con un hueco definitivo en los planes de Zidane, y enlaza seis partidos como titular en los que el Madrid ha conseguido imponerse a todos sus oponentes, y aún con bajones en el juego, han creado un sistema que parece funcionar, pero que mantiene fuera del equipo a James e Isco, que parece tendrán que esperar un partido más en el banco.
Cristiano vuelve a volar
El que no estará siquiera en el banquillo será Raphaël Varane, único jugador que no está disponible para Zidane por lesión que tendrá que elegir aún otros dos descartes además de Yáñez como tercer portero para afrontar definitivamente el partido. La defensa del cuadro alemán, como contrapartida, es parte más endeble del cuadro teutón. Dante y Knoche forman una pareja que el dúo Guilavogui - Luiz Gustavo por delante intentando darle consistencia. Al costado izquierdo aparece Ricardo Rodríguez, viejo anhelo también de los blancos que intentará superar bien a Danilo, bien a Carvajal, única duda de Zidane en el equipo, que será similar al que saltó al Camp Nou.
Para la defensa germana, el gran dolor de cabeza será Cristiano Ronaldo. El portugués, pichichi destacado de la competición con 13 goles en los ocho partidos disputados hasta el momento es el jugador que más goles ha metido nunca en la máxima competición continental, y el que más tantos lleva en la presente edición y el que más ha conseguido a estas alturas de competición. Con los 17 goles logrados en la 14/15, su propia marca, como gran objetivo a derribar, el luso amenaza al cuadro germano.
Posibles onces
