Partidazo el que regalaron Racing de Santander y Cultural Leonesa a los seguidores del balompié. Ya lo aventuraba Ángel Viadero en la previa y no se equivocó. Un partido que tuvo de todo: elaboración, contragolpe, buenas jugadas, ocasiones, polémica arbitral y muchas, muchas conclusiones. Pese al empate a un gol -tantos de Caye Quintana y Julen Colinas- el Racing salió reforzado en cuanto a sensaciones. El conjunto leonés no es invencible, para nada, y eso lo demostró un Racing a quien la falta de puntería y los postes le privó del liderato.

El extraño intercambio de estilos

En la previa advertíamos los diferentes estilos que tenían Racing y Cultural. A ambos conjuntos, a ambos entrenadores les gusta el buen fútbol, el buen trato al balón, el dominio del partido, el ataque... Eso sí, cada uno con su estilo. Los locales son más verticales, buscan llegar a la zona de ataque con menos toques, menos elaboración y más verticalidad. Ello lo favorece la vertiginosidad de sus extremos y delanteros, rapidísimos. Por su parte, a la Cultu le gusta más sobar el balón, tocar, tocar, tocar y aburrir a su rival hasta que alguno de los hombres de tres cuartos de campo pueda crear peligro. Verticalidad - posesión se podría decir.

El Racing llevó la iniciativa con balón; la Cultural salió rápido a la contra

Pero en el verde de los Campos de Sport los estilos se intercambiaron. Inició el Racing con la idea de gestionar mejor su posesión, de tener el control total del partido. Bien es cierto que el tempranero tanto visitante, ejecutado con una contra de manual a la salida de un córner racinguista, cambió por completo el partido. Pero como decíamos, los estilos se intercambiaron y fue el Racing el que aglutinó mayor porcentaje de balón. Buscaba la salida en corto, iniciar la posesión con Samuel y Mikel y gestionar las mejores opciones con Sergio y Álvaro Peña.

Por su parte, el cuadro leonés, dejó de lado la búsqueda de ocasiones con posesiones más largas y buscó el contragolpe desde el inicio del partido. Así llegaron sus primeras ocasiones y el primer gol, en unos primeros 10-15 minutos que fueron 100% culturalistas. El Racing salió nervioso, fallón y dejó que su rival le matara con su misma medicina. Parecía que los Colinas, Gallar y Toni se iban a comer a la defensa verdiblanca, pero los racinguistas supieron crecerse pese a la inferioridad en el marcador. Fruto de ello llegó el empate y casi la remontada absoluta.

Dos aspectos anulados

El Racing supo venirse arriba pese al tempranero gol en contra

Uno de los aspectos que más trabaja Rubén de la Barrera es la salida de balón. Centrales y laterales abiertos, salida en corto, siempre o casi siempre. El Racing supo presionar con acierto e intensidad ese inicio de juego desde Guille Vallejo y, tras tres o cuatro intentos fallidos, el meta culturalista dejó de intentar esa salida en corto. La presión diseñada por Ángel Viadero anuló ese importante aspecto de su rival. Desde entonces, todos los saques de Vallejo buscaban al gigantón Benja. Ese fue el mejor foco de peligro leonés durante gran parte del partido, balón largo a Benja y a pelear. Eso sí, en cuanto Samuel Llorca le cogió la medida, poco más pudo hacer el ex del Girona.

En el lado opuesto, De la Barrera supo frenar un aspecto importante en el Racing: la gran profundidad por banda. Los laterales culturalistas, acostumbrados a subir una y otra vez por su carril, tuvieron que seleccionar más sus subidas por banda, conocedores del peligro que tiene el Racing, no solo por sus extremos, sino también por las subidas de Córcoles y Bontempo y las caídas de Aquino a los costados. Ello propició menor peligro verdiblanco por banda y centró la circulación de balón en la medular, tanto de un equipo como de otro. Los citados Peña y Sergio, junto con Javi Cobo cuando entró, unido a los centrocampistas visitantes Yeray y Mario Ortiz fueron los que más tocaron el balón.

La falta de acierto mata al Racing

Tres postes y falta de puntería

No se puede hablar de mala suerte, que también, sino de falta de puntería. El Racing volvió a crear una decena de ocasiones y esto tiene más mérito todavía, viendo la potencia y la solidez de su rival. Una decena de aproximaciones peligrosas de las cuales, cuatro o cinco fueron ocasiones clamorosas de gol. Tres postes incluídos, los Aquino, Peña, Laro o Pablo Goñi desaprovecharon sus ocasiones de adelantarse en el marcador.

La profundidad de banquillo la da la cantera

Ya hemos hablado de esas sensaciones que hacen salir reforzado al Racing de la visita de la Cultural pero otro de los 'trending topic' en los vomitorios de El Sardinero al finalizar el partido fue la gran actuación de los tres canteranos que salieron en la segunda mitad. De Sergio Ruiz ya no hablamos. El centrocampista es ya titularísimo en el Racing de Viadero, ha aprovechando a la perfección su oportunidad aportando brega, lucha y un exquisito trato al balón, tanto en la salida, circulación como en últimos pases de gran nivel. Pero ojo porque Javi Cobo, Laro Setién y Pablo Goñi respondieron de maravilla a las exigencias de un partido 'de otra categoría'.

Javi Cobo maravilló a El Sardinero con su solidez y calidad en la circulación

Sobre todo Javi Cobo, al que se le habían visto pinceladas en el primer equipo, dejó maravillado al público racinguista. No solo por su calidad y su recorrido a la hora de llevar el balón de una punta a otra del campo, sino también por su soltura y su solidez. Parecía que llevaba jugando toda la vida en el primer equipo. Salió por el propio Sergio para aportar más ofensiva y mayor calidad en campo rival. Fue un gran revulsivo que sirvió para lo que quería Viadero: mover la bola y llegar rápidamente al área rival. Su nivel queda en evidencia viendo la menor presencia de Peña con balón. El vasco se fue un poco más arriba y dejó el timón al canterano verdiblanco. Sombreros, cambios de orientación, buenos pases filtrados y algún que otro disparo. Espléndido Javi Cobo.

Los otros dos tampoco desaprovecharon sus minutos. Laro Setién ya había dejado muestras de calidad en otras oportunidades y los minutos ante la Cultural le daban una buena oportunidad para resarcirse tras su floja titularidad en Ponferrada. Fue eléctrico desde el costado diestro e incluso tuvo un remate al larguero que no fue gol por muy poco. Por su parte, Pablo Goñi, a sus 18 años, volvió a tener minutos tras un debut testimonial hace algunas jornadas. Tuvo el papel que dejó Caye Quintana -delantero correoso y de presencia-, presionando, trabajando, apretando e incluso pudo gozar de alguna que otra ocasión. No tuvo suerte en ese sentido pero se dejó el alma en los minutos que disputó. ¡Y eso que es juvenil de segundo año todavía!

Viadero alaba a "los chicos"

"Son el futuro del Racing, pero ya están demostrando que tienen capacidad para ser presente"

No hay duda, la cantera da profundidad y será muy importante para Viadero, como reconoció en sala de prensa. "Los chicos están contribuyendo a que el equipo compita lo estan haciendo francamente bien. Podemos presumir de ello", comentó el técnico racinguista al finalizar el encuentro. "Son el futuro del Racing, pero ya están demostrando que tienen capacidad para ser presente", prosiguió. Eso sí, también afirma que les queda mucho por progresar y que serán más importantes, si cabe, en el futuro. "Estoy convencido de que estos chicos, de marzo para alla, van a ser autenticos diamantes", finalizó.

VÍDEO | Resumen del Racing-Cultural