Dicen que los gallegos no saben si suben o bajan. Eso se podría pensar del equipo departamental que puede pasar de perder en casa en el descuento tras un partido muy gris, a plantar cara en el Toralín y tener el partido en el bote, y de nuevo pasar a perder los tres puntos en los últimos minutos, pero rescatar un empate de un campo dfícil como el de Ponferradina. Llegados a este punto una se pregunta, ¿qué versión ofrecerá el Racing ante el indiscutible líder, la Cultural? Y es que si, en estos momentos de incertidumbre y necesidad del equipo naval, llega a A Malata un tanque como es el equipo leonés cuyos números asustan. Asustan, no como los del Racing por sorprendentes y muy por debajo de las espectativas sino por apabullantes.
Los navales viajaban a Ponferrada con la mochila cargada con la mala dinámica del equipo y las críticas hasta de su propio entrenador. Esto más que un lastre supuso una motivación extra para un plantel que dio todo sobre el césped y que acabó agotado y de nuevo tocado tras el resultado final . Tocado pero con esperanza tras lo visto en el Toralín y es que varios jugadores como Maceira o Armental han asguradao tras el partido que se demostró que no son tan malos como se dice y que hacía tiempo que no se veía un Racing así. Cierto es, y habrá que ver si tiene continuidad.
El empate cosechado por el Racing en el complicado campo de El Toralín dejó un sabor agridulce entre los componentes de la expedición departamental, ya que tuvieron el triunfo muy cerca y se conformaron con solo un punto, que los deja en la misma situación en la que estaban. El entrenador del conjunto departamental, Miguel Ángel Tena, comentó sobre esa contienda que “éramos conscientes de que era un rival complicado, que va a por el ascenso sí o sí. Mirando a su banquillo tenía mejores jugadores que los que estaban jugando. Lo peor fue que no pudimos conseguir el triunfo y que perdemos a Pablo Rey para el próximo partido, porque vio la quinta tarjeta amarilla para un encuentro muy importante como es el de la Cultural Leonesa”.
El partido de la sorpresa
Sorpresa es la que quiere dar el Racing este sábado en A Malata. Hablábamos que de habrá que ver si el equipo departamental da continuidad a la buena imagen ofrecida en el Toralín pero la empresa es complicada teniendo en cuenta el rival. Llega a Ferrol la Cultural Leonesa. El conjunto de Rubén de la Barrera atesora 36 puntos gracias a 11 victorias y 3 empates. Ganó este domingo a otro candidato a fase de ascenso, el Pontevedra, por un contundente 3-0. Y es que en catorce partidos los leoneses llevan 38 goles.
En el cuadro verde esperan ser los primeros en derrotar a la escuadra que prepara el entrenador coruñés Rubén de la Barrera, pero son conscientes de que solo podrán frenar a su contrincante si son capaces de estar con las líneas muy juntas y defender con mucha intensidad, ya que su rival destaca por ser fuerte arriba y encontrar los huecos y aprovechar cualquier error rival para hacer un gol. Otro reto será superar una defensa en la que está el ex racinguista Iván González y batir una meta que solo ha encajado 7 goles en catorce jornadas.
Los números del rival contrastan con los de un Racing que sigue en el puesto 16, el de promoción por la permanencia. Tras su 1-1 de este domingo en Ponferrada, tiene 13 puntos. Son el fruto de únicamente 3 triunfos, 4 empates y 7 derrotas, con 12 tantos favorables y 16 adversos. Un punto por encima, el Guijuelo; uno por debajo, Burgos y Mutilvera, ya en descenso.
En cuanto al próximo compromiso ante el líder del grupo, el técnico dice que “está ganando con mucha autoridad y maneja todos los encuentros con suficiencia. Tendremos que preparar bien el partido para intentar ser los primeros en derrotarlos. Todo pasa por estar firmes atrás y no concederles espacios para que puedan correr, porque ahí son muy peligrosos. Tenemos mucho trabajo toda la semana para llegar en las mejores condiciones al encuentro”.
Duro trabajo que ya ha comenzado y es que el Racing no se rinde y espera que el partido del sábado sea el de la sorpresa y ser los primeros en derrotar a un intratable líder y, sobre todo, sumar tres puntos que les den aire.