El Racing ha vuelto a alterar el ritmo normal de los corazones en El Sardinero. Victoria sobre la bocina de los verdiblancos con un gran gol de Álvaro Peña tras encajar segundos antes en lo que hubiera supuesto un empate fulminante para sus aspiraciones de liderato. El Boiro, por su parte, se quedó a escasos instantes de puntuar tras igualar en dos ocasiones, quedándose a cuatro puntos de la salvación.

El Racing salió dominador

El partido empezó con un Racing dominador y un Boiro que se dejaba dominar. Uno tenía el balón, el otro se sentía cómodo defendiéndolo. Las ocasiones en la primera mitad brillaron por su ausencia, pero la sensación de peligro sobre la meta de Pato era una constante que acabaría por convertirse en un producto.

Aquino lo intentó por activa, por pasiva y por subjuntiva, pero no había manera. Una genial jugada de Héber por banda izquierda -hizo muchas a lo largo del partido- le permitió poner un pase atrás que el murciano a punto estuvo de convertir, sino hubiera sido porque la zaga gallega taponó en última instancia.

Abdón volvió a marcar y ya suma siete dianas en once partidos

Fredi Álvarez, entrenador del conjunto gallego, veía en la banda como su equipo obedecía al guion estipulado: aguantar las acometidas y esperar la ocasión a la contra, porque el Boiro sabe jugar al balón con una velocidad y dinamismo que no marca su puesto en la clasificación.

Pero apareció Abdón. Un gran centro de Santi "Caramelos" Jara -si se me permite la broma- precedió a un certero remate de cabeza picado del delantero mallorquín, al que Pato no llegó. El Racing se adelantó en ese momento clave del partido, anotó el llamado "gol psicológico". Con ello se llegó al descanso. El Boiro tendría que ofrecer otro fútbol en la segunda parte.

Y el Boiro, contestón

No es que el Boiro hablara mucho, pero sí muy alto. Al poco de salir de los vestuarios, Aquino -tras una gran jugada de Santi Jara- pudo sentenciar el partido con un remate desde la frontal que se fue fuera. Y acto seguido una jugada similar con los mismos protagonistas, que no entró porque Pato lo repelió.

Y ya se sabe, el que perdona lo paga o lo suele pagar. Un error en cadena de la defensa del Racing permitió que el Boiro llegara al área de Iván Crespo que, tras un paradón, poco pudo hacer ante la media vuelta de Cano, que enmudeció a El Sardinero con un disparo cruzado que terminó en gol.

El Boiro fue el primer equipo del Grupo 1 en marcar dos goles en El Sardinero

En esa tesitura el Racing no se vino abajo, todo lo contrario que el guardameta del Boiro, Pitu. Tras quejarse de dolores en la espalda se tiró al suelo y la Gradona de los Malditos lo interpretó como una pérdida de tiempo. Los enfrentamientos entre portero y grada con cada gol venidos serían constantes.

Pero volviendo al fútbol, el Racing siguió a lo suyo. Y tras múltiples aproximaciones, Héber Pena, el más listo de la clase, sacó rápido una falta lateral hacia Aquino que fusiló sin piedad la portería defendida por Pato. Quedaba mucha tela por cortar. 

El Boiro, lejos de amedrentarse, realizó su mejor jugada en el partido. Toque y toque con paciencia, de un lado hacia el otro, que terminó con un soberbio zapatazo de Juampa a la escuadra de Iván Crespo. El Sardinero enmudecido de nuevo. Pero solo durante cinco segundos, lo que tardaron los jugadores del Racing en pedir el apoyo a los suyos y otros veinte, lo que tardó Álvaro Peña en desplazar de su sitio los corazones de la parroquia.

Saque de centro hacia Peña, toca para Aquino que se la deja de cara, avanza el vasco con ella hasta que ve el desmarque en profundidad de Javi Cobo y, este, la pone  atrás para que el mediocentro del Racing remate a la red. Todo esto en el minuto 87. Ni al apuntador le daba tiempo a recopilar tanta información en tan poco tiempo.

Pese a los cinco minutos de añadido, el Racing mantuvo -esta vez sí- un resultado que le deja como colíder, aunque por detrás del Celta B para viajar a Aranda este domingo. El Boiro, por su parte, continuará una semana más en descenso con el próximo choque en Barraña marcado en rojo frente al Palencia.