Amenazaba un día soleado. Un ambiente esperanzador y un rival de altura para un estadio de nivel. Así se presentó un choque que se preveía decisivo para las aspiraciones de uno y otro equipo a la hora de engancharse a objetivos bien diferenciados. Emoción y buen ambiente no faltaron para encuentro con tintes de orgullo y fe para los locales que lograron igualar en el minuto 88 tras ir cayendo por 0-2.

Julen Colinas asesta el primer golpe

Sorprendió Luisito con un sistema algo atípico: 5-2-3; algo poco habitual en el fútbol moderno, más si cabe con dos de los tres centrales que son mediocentros. Arriba, una presión asfixiante con Añón, Barco y Eizmendi. Por parte visitante lo habitual, un Toni liberado en tres cuartos de campo llevaba el fútbol de su equipo apoyado por un Gallar siempre peligroso.

El ingreso al campo tuvo un sólo color, el granate. Los de Luisito aprovecharon un inicio un tanto apagado de los visitantes para comenzar a generar. Eneko envió el cuero alto y Añón, tras un pase de Barco veía como Regalón sacaba el cuero bajo palos. Fue el momento de anotar. Los leoneses engrasaron la maquinaria y demostraron el porqué de su lucha por el primer puesto clasificatorio. Mario Ortiz y Antonio en la sala de máquinas generaban tranquilidad a los Gallar, Toni y Colinas que comenzaban a disfrutar del balón.

En el minuto 32 un centro medido del insular al corazón del área valió para que Colinas de cabeza silenciara un Pasarón que presentaba la mejor entrada del curso. Era la rabia contenida de los blancos que, sin excesivas llegadas se ponían por delante con oficio y calidad.

Con ventaja en el electrónico, jugaron más cómodos. El Pontevedra buscaba acercarse a la meta de Palatsi y, tras un centro rebotado en Bruno, el meta atajaba en la oportunidad más clara del primer acto.

Locura en el Lérez

La vuelta de vestuarios fue balsámica. Los de Luisito comenzaron nuevamente fuertes y con las ideas claras. Álex con un claro papel de revulsivo en buena parte de la temporada, ingresaba en detrimento de un Eizmendi apagado. Su entrada se notó. El conjunto granate buscó su banda y el extremo fue un quebradero de cabeza para Ángel Bastos.

A pesar de incidir, los de de la Barrera asestaron un golpe casi definitivo. Un pase medido a la llegada de Colinas, sirvió para que éste, con temple y calma, batiera a Edu por bajo y pusiera el segundo en el luminoso.

Luisito con todo perdido recurría a Mateu Ferrer. Se volcó el Pontevedra cara la meta de Palatsi dejando huecos atrás. Unos huecos que Iago Díaz no logró acertar con todo de cara para poner el tercero para los visitantes. Curiosamente, tras ello, un error en la medular derivó en una dejada de Mario Barco para que el propio Ferrer limpiara las telarañas de la meta culturalista e hiciera creer a la hinchada gallega.

Apelaban a la fe y al orgullo más que al fútbol los de Luisito. Tras un asedio casi sin respiro una internada de Trigo sirvió para que el colegiado madrileño señalara penalty. Bonilla no perdonó como a lo largo de la temporada y los granates se llevaron un punto que les beneficia en su lucha por el play off más qu a los leoneses en su cruzada por el primer puesto del grupo 1.

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Sobre el autor
Adrian Godar
Cubriendo el Coruxo experiencia en Galicia Confidencial y Galifútbol.