No ha sido el año de la SD Zamudio. A pesar de lograr el ascenso el curso pasado quedando campeón del grupo cuarto, el sueño de jugar en el fútbol de bronce se ha convertido en pesadilla. El conjunto del Txorierri afrontaba con ilusión este curso, pero las cosas no han salido como se esperaban. El Zamudio no ha dado la talla a la hora de jugar lejos de casa y ha pasado la mayor parte de la temporada en la parte baja de la tabla. Tras un mal comienzo, los chicos de Gorka Rueda parecía que se aclimataban a la categoría y haciendo de Gazituaga un fortín lograban sumar puntos en su feudo. No obstante, éstos no eran suficientes para salir del pozo.

A pesar de haber perdido la categoría hace unas semanas, el Zamudio sigue teniendo claro cual es su idea de fútbol. El club vizcaíno siempre ha apostado por jóvenes talentos y por practicar un fútbol de toque, vistoso al fin y al cabo. Los tecnológicos siempre han sido fieles a esta idea, a pesar de que en ocasiones no ha terminado de funcionar, lo cual es digno de elogio. No obstante, esta filosofía es la que ha hecho que un club humilde llegara no solo a medirse a grandes equipos como Toledo o Fuenlabrada, sino que además, haya sido capaz de vencerles. Es por ello que el conjunto zamudiarra piensa ya en el próximo curso y siguiendo el camino de su idea futbolística, volver lo antes posible a la categoría.

"Despedida digna"

A pesar de estar ya descendidos, el Zamudio quiere disfrutar en las pocas jornadas que les quedan en Segunda División B. Es por ello que encara los tres choques que restan sin presión alguna, pero con ganas de hacer disfrutar a los suyos. El equipo no se encuentra en su mejor momento, ya que atesora nueve fechas sin conocer la victoria, pero tratará de volver a la senda del triunfo para despedirse de la categoría de la mejor manera posible. Para ello, la primera final será este mismo sábado. Los pupilos de Gorka Rueda reciben en su casa, con su gente, a un hueso duro de roer como el Rayo Majadahonda, equipo que lucha por colarse en el play-off de ascenso. La misión parece complicada, aunque los vizcaínos ya han demostrado que pueden hacer daño a más de uno.