La Arandina ya tiene entrenador. Puede parecer hasta utópico anunciar el fichaje de un preparador a mediados de mayo y con la liga recién finalizada, pero el club burgalés lleva tiempo movilizándose a la sombra y no ha querido esperar más para estampar la firma definitiva y comenzar a trabajar. El elegido ha sido Diego Rojas, hasta ahora adiestrador del Almazán, con el que ha completado una temporada memorable en el grupo octavo de Tercera División.

Quienes conocen a Rojas dicen que es un entrenador dinámico, con mucha hambre y con ganas de pegar el salto a un equipo puntero. Su deseo se ha cumplido al incorporarse a la Arandina, aunque a sabiendas de la dificultad que se prevé en un grupo complicado la próxima temporada y en el que se está a expensas de posibles ascensos y descensos. 

Después de dirigir al Vadillos en categoría juvenil y  lograr varios ascensos con el San Cristóbal o el CD Aguilar (este último a Tercera División), el adiestrador castellano posteriormente pasó a dirigir al Burgos Pormesas. Tras un tiempo sin encontrar banquillo, y en el que estuvo ligado al Real Betis como ojeador de jugadores sub-23 en el norte de España, recibió la llamada del GCE Villaralbo, del que fue despedido al caer de los puestos de playoff de ascenso.

Su último banquillo -el que ha ocupado y ocupaba hasta el día de hoy- es el de la SD Almazán, con el que ha cosechado una temporada magnífica (logrando 45 puntos en la segunda vuelta) y al que poco le ha faltado para entrar en puestos de playoff de ascenso a Segunda B. En el comunicado lanzado por el club ribereño anunciando su contratación, la entidad burgalesa ha notificado también que Rojas "desempeñará funciones tanto en el primer equipo como en las categorías inferiores".

En resumen, un entrenador joven -quizás inexperto- pero que con hambre y ganas de trabajar se pondrá al frente de un ambicioso proyecto con miras de regresar a la categoría de bronce del fútbol español.