Ni los  malaguistas más pesimistas  se podían haber imaginado el arranque del equipo de Martiricos. 0 de 12 puntos posibles y solo un gol a favor, por los 6 que se han encajado y que podían haber sido muchos más si no fuera por Roberto. Pese a esto los blanquiazules  no ocupan el farolillo rojo, ya que el Alavés no ha marcado aún.

El equipo está acostumbrado a empezar mal las temporadas, pero nunca ha sucedido algo como en esta campaña. Solo se habían quedado hasta en tres ocasiones con un punto en las tres primeras jornadas, temporadas 2003-2004 (Juande Ramos), 2007/2008 (Antonio Tapia) y 2013-2014 ( Bernd Schuster), pero nunca a cero. Sí en goles, pero no en puntos. En los años de Juande y Tapia también se acabó la cuarta jornada en penúltima posición.

En otras dos campañas sumó dos puntos de nueve, curiosamente las dos últimas, con Juande y Gracia, mientras que en otras cuatro campañas se sumaron cuatro puntos. En los mejores arranques destaca el de Muñiz en Segunda en la 07-08 (9 de 9), y los de Segunda División B (96-97 y 97-98) y las campañas en las que se jugó en Europa (02-03 y 12-13), estas cuatro últimas con 7 puntos sobre 9.

Volviendo al presente y a la cruda realidad, el equipo debe reaccionar inmediatamente ya que el descenso acecha y los resultados tienen que llegar. Sin embargo, la situación se vuelve más insostenible cuando se da un vistazo al calendario liguero del equipo malaguista. Y es que Valencia, Athletic Club de Bilbao, Sevilla, Leganés y Barcelona son los siguientes rivales. La gran mayoría asustan. Bien es cierto que el fútbol son 90 minutos y puede pasar de todo, pero a simple vista el calendario impone y a priori no ayuda a pensar que la situación del equipo se vaya a solventar en un corto espacio de tiempo.