San Mamés volvió a ser dominado por el Atlético de Madrid. La era Simeone ha sido satisfactoria en la “Catedral” y el equipo rojiblanco, de camuflaje esta vez, se llevó la victoria en otro buen partido. Un resumen individual claro con Griezmann como elaborador y Oblak de destructor parando un penalti, pero con un sinfín de actividad dentro del huracán colectivo que es el conjunto madrileño.

Un Atleti entre líneas y el Big Bang en Gaitán

Koke se lleva los focos pero Gaitán estuvo a su altura e inició de alguna manera el dominio rojiblanco

El equipo de Simeone no sufrió en ningún momento por el partido. Si bien es cierto que el duelo en San Mamés fue intenso y batallador en el primer tercio, el equipo madrileño acabó imponiendo su peso en la balanza que a la larga se transformaría en goles y victoria. El partido era directo, extremo. Intenso. El juego por el centro del campo no transcurría y las presiones eran irregulares pero inteligentes en el caso del Atleti. Saúl  y Thomas, eje del equipo de Simeone, sorprendieron con un partido mucho más “light” de lo que acostumbran en cuanto a intensidad pero que otorgó una presión intermedia inesperada en el Atleti en salida a media cancha.

Este factor defensivo supuso un cambio ofensivo en cuanto, al menos, de mentalidad. Un nombre propio que no ha dejado estela en este partido pero que merece su parte de culpa: Nico Gaitán. El argentino realizó el mismo  o mayor despliegue que Koke en el volante en cuanto a movilidad, creación de espacios y juego interior.  Pero además se implicó de igual manera en defensa, sorprendiendo con una importante labor en la presión. Protagonista en la anulación de salida rival, en una de sus buenas presiones creó la mejor ocasión del partido que acabó por dar la confianza necesaria al equipo para comenzar a dominar.

A partir de aquí,  y con la indudable y esencial ayuda de la parada de Oblak en el penalti, el Atleti dominaría (controlaría) el partido. No de una manera clásica, sino de una manera más novedosa. Los movimientos de Koke y Gaitán, incansables en la creación de espacios y los apoyos, no fueron esta vez para liberar los laterales como normalmente sucede. Esta vez el ataque o la meta ofensiva en la creación no era la banda, sino el centro.

Griezmann y Correa demuestran ser compatibles en la zona del "10"

Koke y Gaitán conectaron con el medio, donde esperaban Griezmann y Correa. El Atleti frenó al doble pivote, juntó a cuatro jugadores de buen juego en corto por el centro en segunda línea de ataque. Juego de enganches al modo argentino. Otra vez sin nueve, atrayendo todo a esa segunda línea.  Esta vez sin buscar espacio en el extremo lateral, esta vez para elaborar y crear en esa parte central. Esta vez el hueco estuvo en la ruptura de pocos metros de último pase interior.

Griezmann, como arquitecto patrón, fue la guía para elaborar los goles. El francés filtró el pase clave para ambos goles. Koke primero desde segunda línea, y Carrasco después en diagonal fueron los lanzadores y encargados de romper para ocupar un espacio que a la postre serían los goles. Incluso Correa finalizó el primero de los tantos en zona de 9, completando para Simeone un partido positivo. El argentino hizo de 10 con Griezmann, doblegando el talento en esa zona tan importante, y además asumió de ariete demostrando la buena alternancia con el francés. Importante cambio del Atleti en su elaboración.