Puede deberse a muchos motivos, como la presión añadida de hacerlo bien ante su público. Tal vez sea todo lo contrario y languidece por la falta de tensión al verse arropados por su gente. O a lo mejor es sencillamente una cuestión que tiene que ver con la fortuna y los astros. Quién sabe si el miedo escénico es el mal que aqueja a este Racing de Ferrol. La cuestión es que, sea como sea, el Racing no gana en su casa, A Malata. Su feudo, su fortín y su principal granero de puntos está siendo un territorio difícil de conquistar para el equipo de Miguel Ángel Tena que, tras cinco partidos en su coliseo, solo ha arañado cuatro paupérrimos puntos.

El engorro de jugar como local

Doce puntos y en décima posición. Y más de la mitad de esos puntos se consiguieron lejos de Ferrolterra. Un pobre bagaje que se ha puesto todavía más de manifiesto tras la desastrosa derrota sobre la bocina ante el Unión Adarve, lo que a su vez supuso el primer triunfo a domicilio en la división de bronce del futbol español en toda la historia del club madrileño. En un partido en el que el Racing seguramente mereció más, los errores defensivos y el poco atino ante el arco rival volvieron a condenar a un equipo que hace aguas en su casa. Las derrotas en el Unión, Pontevedra CF y Navalcarnero, junto al punto que se llevó el Deportivo Fabril en la tercera jornada, suponen una pérdida total de once puntos que han volado ya lejos de la Ría de Ferrol.   

Tras nueve jornadas, el Racing ha dejado ir once puntos de su estadio

Todavía más grave es pensar que el Racing ofrece su peor versión solo en casa, mientras que lejos de la ciudad departamental ha demostrado ser un equipo rocoso, férreo en defensa y feroz en las áreas. Una buena muestra de ello es la media hora de fútbol de salón que regaló a los espectadores de La Albuera ante la Gimnástica Segoviana hace dos jornadas. En Segovia, aunque el resultado final fue de empate, se vio una escuadra poderosa, con capacidad para crear futbol  y anular al adversario, aunque superados los treinta primeros minutos esa imagen se diluyó y dejó paso al equipo excesivamente fallón que hemos visto en estos primeros meses de competición. En El Toralín, en El Prado y en el Municipal de Guijuelo los ferrolanos también dejaron su impronta, sin perder un solo partido en cuatro enfrentamientos y encajando un único gol.

Ni el técnico ni los jugadores son ajenos a esto. Tras el partido, Maceira habló de la preocupante mala racha como locales. “De las tres derrotas en casa, esta es la que más duele”, lamentaba el carrilero por el partido del sábado, antes de señalar que la ruta marcada es la de “puntuar en casa, hacernos fuertes en A Malata” y advertir que es el momento de “buscar soluciones, no culpables”. Por su parte, para el técnico valenciano los guarismos que registra el equipo en casa son muy malos. “Perder tres partidos seguidos en casa son números malos, y no ganar en casa supone una carga mayor para los jugadores” declaraba el adiestrador verde, que, a pesar de señalarse como único culpable de la situación, se mostró confiado en que los jugadores pronto lucirán su mejor nivel para lograr mejores resultados.

La temporada pasada, los registros del Racing de Ferrol en su dominio no fueron excesivamente buenos, con siete derrotas, dos empates y nueve victorias. Los departamentales están todavía a tiempo de revertir el ritmo que llevan, empezando por encadenar un par de victorias seguidas, si bien el calendario no invita ello. Visitar al Atlético de Madrid B y recibir al Celta de Vigo B no es el mejor de los escenarios para enderezar el rumbo, pero quien algo quiere algo le cuesta. Las próximas citas prometen ser decisivas en el devenir del Racing. El objetivo es no convertirse en extraños en su propia casa.

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Sobre el autor
Rodrigo Brion Insua
Periodista y adicto al deporte. Football is my religion.