“No es solo el gol”, así habla Jose María Bakero sobre ese tanto que valió una clasificación en la máxima competición europea. 6 de noviembre de 1991, Kaiserslautern. Es el gol, es la asistencia, es el entrenador, son los jugadores, es el estilo, es el punto de inflexión.  José Maria Bakero, entonces centrocampista, es el protagonista de esta magnífica historia. Pero con él, también el Club al cual representó 8 temporadas, así como sus compañeros.

El preludio de la historia

Hace 26 años, el FC Barcelona jugaba un partido decisivo de cara a sus aspiraciones en Europa. Tras ganar la Recopa, la Copa del Rey y la Liga, tocaba que el equipo dirigido por Johan Cruyff tocará el cielo en Europa. La eliminatoria contra Kaiserslautern estaba bien encarada con un 2-0 obtenido en el feudo azulgrana. Sin embargo, en la vuelta hubo intercambio de papeles y el FC Barcelona recibió tres goles en los primeros 76 minutos de partido en el Fritz Walter Stadion.

Punto de inflexión. Corría el minuto 90 cuando Ronald Koeman sacaba una falta desde más allá de tres cuartos de campo. El líder de la defensa y del equipo la ponía dentro del área y Bakero aparecía para poner su cabeza. Bombeada y con el portero haciendo la estatua. El balón terminó entrando. Un gol con valor doble por marcar fuera que supuso el principio de algo, ahora todo.

La primera piedra

Nunca se sabrá si ese gol fue decisivo para la historia del Barça. Nunca se sabrá si, si no se hubiera marcado ese gol, todo estaría igual. Lo único Una de las derrotas más dulces de la historia que se sabe es que fue una de las derrotas más dulces de la historia. Y es que ese gol permitió poner el 3-1 en el marcador y que el futuro Dream Team pasará a la fase de grupos de una Champions que se terminaría ganando.

Puede sonar fácil, rápido y sin importancia. Pero...la conquista final fue la primera piedra hacia un camino largo que aún perdura. Y es que media temporada después de ese decisivo gol de Bakero, y tras 6 partidos de máxima exigencia, el FC Barcelona no desaprovechó su oportunidad de oro para asentar un estilo de juego y una manera de pensar que se ha convertido en la base de todo.

La persecución de una idea

Bakero sería Andrés Iniesta. La Copa de Europa de Wembley 92, la Champions de Roma en 2009. Dos fechas históricas que sirvieron de punto de inflexión para terminar de asentar un modelo que perdura y triunfa. 45 títulos desde 1992, pero el más importante es la perseverancia de aquellos que han hecho que la idea no muriera en Wembley, que se desarrollara en La Masia y que se culminará en el primer equipo del FC Barcelona.

Kaiserslautern, 6 de noviembre de 1991. Bakero marca un gol que a la postre cambiaría la historia de un Club ahora histórico. Así relata el protagonista cómo se fraguó el gol:

"Este año he tenido el privilegio de visitar Kaiserslautern. Hoy se cumplen 26 años de ese gol que me cambió la vida incluso antes de nacer. pic.twitter.com/sHkO5JMKD5"