El Atleti pudo apurar el milagro hasta la última jornada de esta  Champions League que marchita para los de Simeone. Apura, con la victoria por 2-0 ante la  Roma, sus remotas opciones de seguir con vida. Un golazo mayúsculo de Griezmann  y una gran definición de Gameiro tumbaron a una Roma que se vio superada finalmente por la ofensiva rojiblanca.

Lo más sensato, lo más clásico

Augusto volvió a dar una figura más posicional en el centro del campo y Torres, notable, dio esa movilidad que se echaba en falta para crear espacios

Sorprendió Simeone con cambios significativos en el once. Dos de ellos, Augusto y Fernando Torres, totalmente inesperados si echamos la vista atrás a corto plazo.  En un partido de todo (más bien de “algo”) o nada, es curioso como jugadores con pocos minutos son avanzados hasta primera línea. Pero no dejó de ser un acierto para los intereses rojiblancos que disputaron un gran encuentro.

El argentino volvió a recobrar esa figura de mediocentro posicional que tan bien realizaba el portugués Tiago junto a Gabi no hace mucho. Un jugador que enlazara o parcheara al equipo para que no existieran roturas en las transiciones. Un partido previsto de ataques, de idas y venidas, de mucho en juego, era necesaria la presencia de un guardián en la zona media que aunque solo fuera en presencia o en número, ayudará la transición defensiva y fijara un punto de cobertura.

Por su parte, Torres, otorgó al equipo de algo que hace muchos partidos que el Atleti no encuentra y es esa  figura móvil en la punta de lanza. Griezmann y Correa, los más utilizados en esa posición en los últimos tiempos, ninguno responde a las características de un nueve ya que ambos bajan a recibir para estar en contacto con el balón. El de Fuenlabrada no se cansó de ganar balones aéreos, de mover a los centrales, dejar espacios y de liberar, muy importante, a un renacido Griezmann.

A.G. web oficial Atleti
A.G. web oficial Atleti

El Atleti recobró la mejor esencia con estos pequeños retoques y alargando su zona de presión. Una presión mucho más alta que en los últimos tiempos, una agresividad en el robo mayor  que recordó a la de los grandes partidos. Unos contragolpes y unas transiciones más rápidas y con mayor número. Un Atleti más reconocible y que acabó por ver puerta.

El número como clave en el ataque

El Atleti ataca bien cuando llega en bandada, ante la Roma fue un claro ejemplo

Ya hubo indicios en la recta final del derbi, pero ante la Roma, el Atleti acabó por comprobar que su mejor arma ofensiva es el ataque en número. Solitario Griezmann, solitario Correa, solitario ataque semanas atrás. El Atleti no tenía gol pero tampoco forma alguna de intentar crearlo. Ante el equipo italiano eso cambió y se vio a un equipo rojiblanco mucho más dinámico, fresco y compacto en ataque.

Los ataques eran masivos. Torres creaba espacio o movimiento, Griezmann producía, Koke y Carrasco se apuntaban. Por banda, existían varias opciones de remate. Por dentro, Griezmann podía elegir línea de pase por varios lados. Los de Simeone acompañaron  el ataque y el equipo lo agradeció. Pudo ser el posicionamiento más ofensivo y la presión más alta. Pudo ser la puesta de un 9. Pudo ser el ímpetu desde segunda línea o pudo ser la mera motivación, el caso es que el Atleti achuchó y achuchó en ataque.

Incluso un sufridor Thomas en defensa, comenzaba su posicionamiento en zona de medios a pesar de ser lateral. Su presencia no tanta en cuerpo  y espacio como Juanfran pero si como filtrador de pases desde costado, dio al equipo otro foco de inicio de esos ataques. Con la salida de Gameiro y Correa los ataques fueron masivos  y el Atleti pudo atacar incluso con mayor soltura. Ambos goles, provienen de ataques con mucho personal y con la duda en la marca del rival. Clave.