Mermado por un colectivo que no supo acompañar su esplendor, Leo Messi volvió a protagonizar un 2017 para enmarcar. Al compás de la sinfonía que mejor le acompaña: el gol, el astro rosarino volvió a cerciorar su condición de líder. A sus 30 años, la segunda juventud pasa por los botines de Leo Messi, dispuesto a seguir escribiendo una historia forjada sobre los cimientos de la humildad.

El gol en las venas

Crea, asiste y no se olvida de marcar. Adornando con magia cada jugada, Leo sigue divisando con cautela y finura la mejor creación sobre el verde. Pese a claudicar en San Mamés en el primer encuentro del año bajo el amparo del partido de ida de octavos de final de la Copa del Rey, Leo abrió el nuevo año con un golazo de falta en La Catedral para avivar las opciones en una eliminatoria que acabaría saldando su figura tanto en la ida (2-1) como en la vuelta (3-0).

El primero, en enero. Al sinfín de records consumados por Leo Messi en este 2017, el primero sobre sus arcas cayó el 14 de enero ante la UD Las Palmas, saldando con un golazo ante los canarios un nuevo hito al marcar a todos los equipos de Primera División a los que se enfrentó: un total de 35 víctimas de sus goles. Desde entonces, el ‘10’ azulgrana devoró a cada rival sobre el tapiz, izando la bandera de capitán al mando de una tripulación demasiado pendiente de su sombra.

Messi esta temporada en el Camp Nou. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

El protagonista de la Copa

Ingenioso, habilidoso y raudo volvieron a elevarse como las premisas en el juego de Leo Messi. Pese al solitario título alzado sobre las vitrinas del Camp Nou, la Copa del Rey aupó al auténtico monarca del fútbol. Ausente en la eliminatoria de dieciseisavos de final contra el Hércules CF cediendo el protagonismo a los menos habituales, el ‘crack’ argentino dejó su sello en todas las rondas de la Copa del Rey, rubricando su brillante papel como el máximo goleador de la competición con cinco dianas (empatando con Ben Yedder del Sevilla CF). Sus dos goles ante el Athletic (1/8 de final), su diana frente a la Real Sociedad (1/4 de final), Atlético de Madrid (semifinal) y su gol en la final contra el Deportivo Alavés llevaron al FC Barcelona a cerciorar su etiqueta de auténtico ‘Rey de Copas’ con 29 títulos en su haber, tres de ellas de forma consecutiva por segunda vez en su historia. Una guinda jugosa para el rey del Olimpo.

Sin premio en Liga y Champions

Sin ningún tipo de lesión que empañara su brillante temporada, el resto de la tripulación no supo seguir los pasos del descomunal estado de forma de Leo Messi. El resumen más estrambótico decora su papel en la Liga, coronado como el máximo artillero de la competición nacional con 37 tantos, alcanzando su cuarto trofeo ‘Pichichi’ y la cuarta bota de oro de su carrera. Nadie logró finiquitar el curso con más goles en sus botines, pero ni eso sirvió para consolar a Messi tras ver levantar una Liga en manos del eterno rival. Sin embargo, no pasarán desapercibidas sus exhibiciones como la del Santiago Bernabéu. Aquel 23 de abril de 2017 el rosarino volvió a vestirse de decisivo y letal para culminar su certamen en territorio enemigo con el gol 500 en su carrera deportiva. Una hazaña desmesurada para el que es, para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos.

Leo mostrando al Camp Nou su cuarta bota de oro. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Leo conquistó por cuarta vez el trofeo Pichichi y la Bota de Oro gracias a sus 37 goles 

Tampoco se olvidó de estampar su sello en la UEFA Champions League, tocando con la yema de los dedos el registro del máximo goleador europeo. Con 11 goles en 9 partidos, Leo Messi se quedó a tan sólo un gol de alcanzar el mejor registro de la competición, situado en los 12 goles de Cristiano Ronaldo pero con cuatro partidos más que el azulgrana. El FC Barcelona, que claudicaba a manos de la Juventus de Turín en los cuartos de final, veía esfumado su sueño de levantar la sexta ‘orejona’ de su historia, y con él todas las probabilidades de consumar un nuevo oro en su palmarés individual pese a izarse como el jugador más determinante del año.

Nuevo curso, mismas ilusiones

En su decimocuarta temporada en el club catalán, uno de los capitanes del escuadrón azulgrana seguía fortaleciendo los pilares de un proyecto que, casi siempre, pasa por sus botas. Con la espina clavada de la temporada anterior y la derrota en la Supercopa de España frente al Real Madrid, el inicio del nuevo curso sucumbió ante el Leo Messi más determinante. Ataviado con mochila nueva y dispuesto a convertirse en el alumno más aventajado de la clase, Leo culminó el mejor arranque de su historia con doce goles en las once jornadas disputadas en el campeonato regular.

Messi celebrando un gol en el Camp Nou. Foto: Ernesto Aradilla, VAVEL

Messi cumplió 600 partidos con el Barça el 4 de noviembre ante el Sevilla FC

Renovado de por vida con el club que le dio todo, Leo quiere más con la elástica azulgrana. Un extraterrestre del deporte rey, el Dios del Olimpo no necesita corona que le encarame a los cielos. Con Argentina a sus pies tras sellar con un ‘hat-trick’ ante Perú el billete hacia el Mundial de Rusia 2018, el mundo del fútbol sigue sin reconocer la determinación del que es para la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol) el mejor creador de juego de este 2017. Un premio sin reconocimiento para una travesía hacia el dorado con demasiada controversia.

Elegante y determinante, Leo tampoco se olvidó de superar en los últimos compases del año a una leyenda del fútbol como Gerd Müller, conviertiéndose en el máximo goleador histórico en un solo club con 526 goles con el FC Barcelona. El alemán, que logró la hazaña con el Bayern de Múnich, cedió el nuevo trono al astro argentino. Así clausuró el 2017 un tal Leo Messi, exhibiendo de nuevo su arte en el Santigo Bernabéu (0-3) y cerciorando que el trono sigue llevando su nombre.