El año 2017 de Osasuna se resume en dos palabras: montaña rusa. Los aficionados de Osasuna sufrieron, y vieron a su equipo descender, para luego armar un equipo a base de fichajes con el objetivo de ascender, como si fuera la Primera Orden renaciendo de las cenizas del Imperio Galáctico. Sin embargo, en Osasuna no hay emperador o Darth Vader, y sí rebeldes, gente de la casa que se mantiene en el club, aún pasando años y temporadas.

Descenso esperado

Osasuna afrontó el año 2017 ya sin esperanzas, tras haber despedido al mítico Martín, artífice del milagro de Sabadell, y del ascenso al año siguiente. Pues lo primero que hizo Osasuna nada más entrar en el nuevo año fue echar a Joaquín Caparrós, una solución que no solucionó nada, y así se confirmaba la segunda víctima del banquillo osasunista.

El relevo lo tomó, no exento de polémica, el director deportivo, Petar Vasiljevic, a quien la afición señaló como uno de los mayores responsables del mal rendimiento del equipo debido a la planificación deportiva.

El equipo no funcionó ni arriba ni abajo los primeros partidos, pero Vasiljevic optó por una opción, morir atacando. Por un momento, Osasuna parecía que podía lograr el enésimo milagro, y conseguir salvar una temporada en la que se daba por descendido al equipo desde diciembre.

Sin embargo, no fue así y Osasuna sucumbió, pese al esfuerzo de una afición entregada al equipo, y de unos jugadores que querían redimirse de sus errores durante la temporada.

Asalto desesperado

Pero como el poblado galo de Astérix y Obélix, la gente resistió a los golpes anímicos, y se batió el número de socios. Y así empezó una nueva temporada, nuevo director deportivo, nuevo entrenador, y un montón de fichajes.

Osasuna ingresó bastante dinero, las ventas de Álex Berenguer y Sergio León a Torino y Real Betis, respectivamente, algo más de diez millones sacó Osasuna por tales ventas. También salieron del equipo gente como Oriol Riera, Causic, Jaime Romero o Salvatore Sirigu. Sin duda, una revolución.

Esa revolución generó un ligero recelo entre los aficionados, que veían un Osasuna repleto de fichajes, y no de canteranos ni gente del club, un sentimiento de abandono del sentimiento por jugar. Aparte de que los primeros partidos del equipo de Diego Martínez no ayudaron a disipar ese sentimiento.

Eso sí, cuando los de Diego Martínez lograron engrasar la máquina entraron en una dinámica de victorias, que parecía que el equipo no tendría rival en liga, y que el ascenso estaba hecho. Sin embargo eso fue solo un espejismo. Unas jornadas sin ganar, y el famoso partido aplazado con el Nàstic, devolvió a Osasuna a la realidad, una Segunda División muy competida, y en que nada se decide en diciembre.

Sólo lo extradeportivo tapó el rendimiento deportivo del equipo, en la temporada 2016/17, con ya en el cargo de entrenador, Petar Vasiljevic . El técnico afrontaba deudas personales, y fue el propio club quién pagó esas deudas, según fuentes, quitándolo de su sueldo. Ese pago enfureció a una afición que pasó muchos sinsabores durante el año.

Lo siguiente fue el nombramiento de Javier Tebas como persona non grata. Una decisión concebida en junta, y de la cual Osasuna quedó exento de polémica.

Y finalmente las elecciones, Osasuna convocó elecciones, las cuales no se llegaron a producir, pues un rechace de los preavales presentados por las otras candidaturas.

En general Osasuna ha sido un equipo de luces y sombras, quizás de un tono grisáceo aún por definir. Pero seguro que Osasuna volverá a lucir de color, y más concretamente el color rojo, tal y como dice el himno "De tu blusa y tu bandera, fuerte y rojo es el color".

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Jose Diaz Basarte
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