Stéphane Emaná no pierde el tiempo

Un gol de Stéphane Emaná en la recta final del partido ha contribuido al empate del Atlético de Madrid B contra el Rápido de Bouzas (1-1), lo que prolonga su vigente condición de equipo invicto hasta las nueve jornadas y le permite no alejarse en exceso de las privilegiadas posiciones de la tabla de clasificación, al mismo tiempo que mete más distancia con respecto a la zona del descenso y está cada semana más cerca de cumplir matemáticamente el único y primordial objetivo, que no es otro que el de confirmar su permanencia para la siguiente temporada. Un punto que, de primeras, no dejó buen sabor de boca al Rápido pero que a la larga le permite mantenerse una semana más entre los cuatro primeros clasificados. Y todos tan contentos.

El desenlace se explica con el gol de Stéphane Emaná, que sirvió para rendir justicia a un segundo periodo en el que el cuadro madrileño aportó todos los argumentos posibles para llevarse el botín de los tres puntos. El camerunés, que se estrenaba por primera vez en la convocatoria y debutaba dos semanas después de confirmarse su incorporación, celebró su primera diana a los diez minutos de su iniciación con la camiseta rojiblanca. En un revuelo dentro del área tras un saque de esquina botado por Toni Moya, el ex del Nàstic, desde el suelo, metió el pie para rebañar el balón y empujarlo hasta el fondo de las mallas.

Sielva acertó desde los once metros tras unas manos de Andrés Solano dentro del área

Dicha acción fue la consecución a unos segundos cuarenta y cinco minutos en los que el Atlético de Madrid B creyó hasta el final de poder darle la vuelta a un marcador que tuvo en contra al cabo de la media hora del partido. El conjunto gallego planteó un partido de igual a igual, lejano de las áreas y en el que su contrincante se esforzara en pegarle un pellizco a ver si así acusaba el desgaste de una semana que ha culminado con la disputa de tres encuentros. El rendimiento ofensivo del Rápido de Bouzas a lo largo de los noventa minutos se resumió en dos acciones, en las cuales con una de ellas probó la firme consistencia de Miguel San Román, todo un santo bajo palos, y en un cristalino penalti por manos de Andrés Solano. Sielva, desde los once metros, engañó al guardameta local e invitó al Atlético B a llevar todo el peso.

La desventaja y el catastrófico estado del terreno de juego, que con el paso de los minutos se volvió más pesado por el agua en forma de nieve, fueron un aliado para el equipo que dirige Borja Jiménez. A través de la posesión de balón, el filial colchonero trató de gobernar la contienda pero en ningún momento encontró la manera de potenciar los defectos de su rival. El mal estado del campo dificultaba la precisión en los pases y la escasa movilidad en el sector más ofensivo impedía meter mano a un Rápido bien replegado y sin fisuras en su esquema defensivo.

Manny encendió la maquinaria  

El paso por los vestuarios limpió la imagen del conjunto local. Óscar Fernández retocó ciertos aspectos en los que incidía equivocadamente su equipo e insufló de ánimos a unos jugadores que encerraron al Rápido de Bouzas en su campo. Ante la falta de espacios, el Atlético B basó su fase ofensiva en atacar desde los costados con la finalidad de generar amplitud y sacar al rival de una zona de confort. Los colchoneros bascularon todo su juego por el costado izquierdo con un diligente y voluntarioso Manny, que se vio ayudado en todo momento por Sergi González para buscar la superioridad con respecto al lateral y culminar con el centro al área.

Emaná culminó todo el esfuerzo con el que se empleó el Atlético B para rascar un punto

Era la misiva que mandaba Óscar Fernández constantemente desde su zona técnica. Y así fue cómo el Rápido se arrinconó en su mitad de campo, achichando cada balón aéreo que mandaba Manny tras pisar línea de fondo. El plan se volvió repetitivo tras la lesión de Andrés Solano, que hizo que Arona Sané, otro estilete por banda, retrasara su posición para dejar a Keidi el interior derecho.  Pero ni siquiera esa frecuencia volvió previsible a un Atlético B que, pese a tener casi asegurado el objetivo de la permanencia y demostrar una portentosa frescura tras acumular tres partidos en siete días, se esforzó y creyó en rascar un punto de suma importancia. 

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