Miguel Ángel Moyá es un gran portero, y lo ha demostrado con creces en la portería del Atlético de Madrid, es un portero cumplidor y con mucho recorrido y experiencia. Llegó a la rivera del Manzanares proveniente del Getafe y cuajó una grandísima primera temporada cuando Oblak llegó del Benfica y se lesionó la espalda y no consiguió los minutos que necesitaba para explotar.
El portero esloveno cogió carrerilla para la siguiente temporada y se salió, pasó a ser el indiscutible en Liga y en Champions, dejando a Moyá los partidos de la competición copera nacional. Miguel Ángel pasó a ser suplente, pero admitió su papel en el equipo y también comenzó a tener un papel muy importante dentro del vestuario, ya que su personalidad y su facilidad de palabra hicieron de él un capitán sin brazalete.
El nuevo papel del portero binisalmero, acompañado de un estado de forma espectacular y muy buenas actuaciones cuando Simeone le sacaba al terreno de juego, además de su entereza, humildad y facilidad de palabra, hicieron que la afición rojiblanca quedara prendada del portero y le brindara todo su cariño, desde entonces el portero pasó a formar parte de la gran familia colchonera.
Esta última temporada ha jugado la Copa del Rey y ha tenido algunos minutos en Liga. En este mercado invernal se especuló sobre su salida de nuevo al Getafe, pero finalmente, no se llegó a un acuerdo. El portero sigue siendo importante para el Atlético de Madrid, y Simeone ha decidido recompensar todo el esfuerzo de Moyá con el equipo con minutos en la Europa League. El primer partido lo jugó en Copenhague el pasado jueves y cuajó un gran partido, aunque recibió un gol imparable. Se espera que el partido de vuelta en el Metropolitano lo juegue también el mallorquín y se espera que se deje todo en el campo, como siempre.