Se ha disputado ese envite entre rivales directos que se suspendió el pasado 4 de febrero por la nieve. En esta ocasión, las condiciones metereológicas tampoco eran las idóneas, pero al menos el equipo arbitral sí permitió que se jugara el encuentro (aunque no corriera la pelota por el agua). En dichas condiciones, el juego se vio damnificado hasta influir en el estilo de juego de ambos conjuntos. Para empezar, el Toledo ante las dificultades que presentaba el terreno de juego, optó por una defensa compuesta por 5 hombres para protegerse con un mayor número de efectivos de los botes del esférico en aquella superficie mojada. Esto le prejudicó al cuadro visitante a la hora de salir al ataque, y también dificultó a la Segoviana a la hora de crear ocasiones, pese a sentirse más cómodos en el transcurso del partido.

Los primeros minutos del encuentro arrancaban con unas ganas incesantes de derribar la portería rival por parte de la Gimnástica. Sin embargo, se encontraron con el muro de la defensa toledana, cada jornada que pasa más contundente. Cualquiera lo diría hace unos meses. El césped daba motivos de sobra para que no se jugase el partido sobre él, pero el cronómetro ya había comenzado su carrera hasta los 90 minutos. El Toledo estaba bien colocado en el terreno de juego y no presentaba signos de recibir excesivo peligro en su área. Lo peor para ellos serían los intentos para salir al contraataque, pues el equipo verdiblanco no está acostumbrado al juego directo, sino al de combinación, uno impracticable en aquella piscina improvisada de La Albuera. Avanzaban los minutos y el partido no encontraba dominador, los centros del campo no existían, por lo que las ocasiones llegaron dentro de balones largos y jugadas aisladas. La primera clara del partido, y una de las más importantes del encuentro fue para el Toledo a los 20 minutos de juego. Jony Montiel buscó la carrera de Figueroa al espacio con un pase largo que, entre el agua y el guardameta Ackerman acabaron por derribar al ariete toledano. Y lejos de una posible falta, el balón al margen de la jugada se quedó muerto en la frontal del área para que Sergio García disparara a placer sin presencia alguna en la portería. Por sorpresa para todos los espectadores de La  Albuera, el delantero verdiblanco falló en su disparo a puerta vacía cuando no tenía presión alguna en la defensa. Esta ocasión, rápidamente vería la réplica por parte del equipo local. Dani Calleja, probablemente el jugador más activo del encuentro, se inventó un disparo con rosca desde la banda izquierda que llevaba la trayectoria perfecta para convertirse en golazo. Sin embargo, por allí apareció la inmensa figura de Pablo Alcolea, el guardameta del Toledo, que se estiró a grandes logros e intervino en el disparo con una brillante parada a mano cambiada. 

La lluvia seguía sin cesar en esos primeros 45 minutos y el fútbol brillaba por su ausencia. El partido se había convertido en un puro duelo de ida y vuelta en el que el balón siquiera llegaba a la portería rival. Por suerte, para los jugadores que estaban empapados, el diluvio frenó en la segunda mitad pero el resultado que se vio desde la grada prácticamente fue el mismo. El Toledo tuvo que mover pronto sus filas debido a una lesión de Jony Montiel. Cuando el club verdiblanco atacaba en exceso por esa banda derecha, el fichaje invernal verdiblanco pedía el cambio por una fea lesión en su rodilla. Aparentemente, muy dolido, Montiel dejó su lugar en el terreno de juego a Charly Rodríguez, el cual aportó las mejores decisiones en área contraria hasta el momento en los visitantes. Esos primeros minutos con el jugador mexicano sobre el césped dieron vida a un Toledo que parecía enseñar los dientes. El Toledo llegó en varias ocasiones hasta línea de fondo sin suerte para que alguien recogiera los pases de la muerte que venían por las bandas. Poco a poco el Toledo fue perdiendo lucidez y fue la Segoviana la que intentaría ir a por el encuentro. La ocasión más clara para los locales se produjo después de que Aarón Galindo, incrustado en el centro del campo como una nueva variante táctica, fallara en un balón aéreo que dejaba a Agus Alonso solo entrando al área rival. El delantero uruguayo se precipitó y disparó desde la frontal pero su disparo se fue desviado por muy poco de la protería de Pablo Alcolea. 

Ambos entrenadores movían el banquillo intentando otorgar velocidad a los suyos, pero el campo no estaba siquiera para correr. Sin suerte alguna, los dos equipos lo intentaron hasta el final con jugadas a balón parado y se firmaría el resultado con el que empezó el encuentro. De haberlo sabido, más de uno habría firmado el empate y se habría quedado en casa antes de protagonizar aquella batalla insípida bajo la lluvia. Finalmente, este partido más de waterpolo que de fútbol, deja un empate que parece más positivo para el Toledo por la situación en la tabla clasificatoria, y por el triunfo en el golaverage ante todo un rival directo

Puntuaciones

Dani Calleja 3 puntos
Pablo Alcolea 2 puntos
Charly Rodríguez 1 punto

 

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