Al igual que ha ocurrido durante la mayor parte de la temporada, los pequeños detalles volvieron a decantar la balanza. El Mirandés de Paris sacó petroleo en su visita a tierras extremeñas y aprovechó una cadena de errores en la última jugada para lograr una victoria que puede ser definitiva. Un choque muy parejo, con dos conjuntos que se vaciaron y excesivo castigo para un Extremadura que mereció algo más.

Ambiente de otra categoría

Almendralejo quiere fútbol profesional y así lo demostró la espectacular entrada que el Francisco de la Hera registró en la tarde de ayer. Más de diez mil personas y un escenario que recuerda demasiado al de épocas doradas. Contexto de gala a la altura de una nueva final que, en lo que a tensión e intensidad se refiere, no defraudó a nadie.

Juan Sabas mostraba su dibujo habitual, aunque introducía algunas variantes respecto al equipo que lograba la clasificación en Abegondo. Borja García y Lomotey formaban el eje de la zaga, Candelas volvía al once y Aitor a su posición natural. En el pivote, Álex Barrera era el elegido para acompañar a Zarfino en detrimento de Fran Miranda.

Al contrario de lo que ha ocurrido en los últimos choques disputados en Almendralejo, la calma imperaba durante los minutos de tanteo y ambos conjuntos evitaban cualquier tipo de concesión durante los primeros instantes. Sin embargo primer acercamiento con  peligro tenía color local y se producía en el minuto cinco. Falta botada desde la derecha por Kike Márquez y el balón se pasea por el área pequeña sin encontrar rematador.

La réplica la ponía el conjunto burgalés en el minuto 11 con un cabezazo de David Prieto que a punto estaba de sorprender a Manu García. La enorme tensión, propia de partidos de este calibre, se hacía patente en cada lance del juego y las exhibiciones de poderío físico se convertían es sustituto de profundidad y claras ocasiones.

La tuvo el Extremadura al filo del descanso. De nuevo falta lateral de Kike Márquez, Enric Gallego se anticipa a Limones dentro del área pequeña y Kijera despeja cuando ya se cantaba el gol.

Detalles que marcan diferencias

El inicio de la segunda parte coincidió con los peores minutos locales. El Extremadura se mostraba indeciso, especulando en exceso y los rojillos lo aprovechaban para adelantar líneas y llevar la iniciativa. Paris seguía haciendo de las suyas por banda derecha y tras una de sus cabalgadas, Borja Sánchez hacía emplearse a fondo a Manu García.

El signo del encuentro pudo cambiar radicalmente, si los locales llegan a materializar su mejor ocasión. Minuto 63. Balón largo de Manu García, Enric prolonga y deja sólo a Kike Márquez que falla en el mano a mano. El balón le vuelve a caer al gaditano que centra y  desencadena una extrañísima jugada: rechaces, palo y disparo final de Candelas que se va a las nubes.

El Francisco de la Hera, consciente de la importancia de adelantarse, rugía y espoleaba  a los suyos sin descanso. Sin embargo el Mirandés, se hacía fuerte atrás, mantenía el orden y dejaba en mera intención cualquier tipo de aproximación.

Cuando todo parecía abocado al 0-0, llegaba la jugada que lo cambiaba todo. Minuto 88Cabrera arriesga innecesariamente durante la salida de balón, Paris se lo roba y se marcha en diagonal hacia la meta de Manu García. Aprovechando la pasividad de la zaga local, se interna con habilidad en el área y su disparo mordido lo desvía en última instancia Yanis para anotar el 0-1 que desató la locura entre los aficionados visitantes y descomunal jarro de agua fría en la parroquia local.

No habría tiempo para mucho más. El Mirandés aprovecha la pericia del mejor jugador del encuentro para asestar el primer golpe y tomar una importantísima ventaja de cara al encuentro de vuelta. El Extremadura, por su parte, vuelve a ser víctima de sus concesiones y se complica la vida en el último suspiro. 

Pese al manotazo rojillo, aún no hay nada decidido y el partido de vuelta promete emoción a raudales. El Extremadura tiene seis días para resetear sensaciones y trazar un plan para conquistar Anduva. Hasta entonces, las expectativas son máximas de cara a una eliminatoria cuyo desenlace se antoja espectacular.