Ante 45.000 espectadores, el estadio Estadio Ibn Battuta de Tánger mostraba un lleno absoluto para presenciar un choque diferente y nunca antes visto fuera de nuestro país. La Supercopa de España entre Sevilla FC y FC Barcelona se jugaba en tierra marroquí por primera vez en la historia. 

No sería el único hito de la noche, en especial por parte del conjunto azulgrana. Con alguna que otra sorpresa en el once, Ernesto Valverde, acérrimo al 4-3-3, salió a por el trofeo con la tripleta atacante Suárez-Messi-Dembélé apoyados por Rafinha y Arthur en el centro del campo.  

Un Sevilla férreo sorprende al Barça

Manejando los tiempos, la posesión y las primeras internadas, así comenzó un Barça que se vio sorprendido en el minuto 9 con un tanto de Pablo Sarabia, que batía a Ter Stegen con su pierna izquierda. Tocaba remar, recomponerse y buscar el gol del empate. 

La efectividad del conjunto de Pablo Machín se impondría a un Barcelona poco agresivo de cara a portería. Sin embargo, iba a aparecer Leo Messi para estrellar el esférico al palo izquierdo del arquero sevillista y Gerard Piqué, el más 'pillo', cazaba el rechace para empatar la contienda (min 42). 

El obús de Ousmane Dembélé

Los azulgrana, con el empate y ya en el segundo tiempo, comenzaron a ganar terreno hasta embotellar al Sevilla en su propio campo. Aún así, los hispalenses dispusieron de varias ocasiones claras de Franco Vázquez que no acabaron en gol gracias a Ter Stegen, uno de las figuras del partido. 

Con el Sevilla cómodo en defensa y el Barcelona prácticamente sin ideas, iba a llegar el momento estelar del partido a doce minutos de un final que parecía abocado a la prórroga. Ni la entrada de Ivan RakiticArturo Vidal o Philippe Coutinho iban a ser tan determinantes como el zapatazo descomunal de Dembélé en el 78'

El francés dejó boquiabierto al estadio con un disparo potente y certero desde fuera del área que tocó el larguero antes de colarse dentro. Desde el flanco derecho, Ousmane sorprendió al arquero rival enviando el esférico al lugar donde ningún guardameta es capaz de llegar.

Un gol que supone más que un trofeo

El tanto suponía el 1-2 y media copa, pero también la euforia de ver a Dembélé triunfar en el cuadro blaugrana. Una inyección de confianza espectacular necesaria para acallar rumores de su posible salida al PSG. Un gol que pasará a la historia del club por muchas razones. Por ser el 33º título que cosecha Lionel Messi con la camiseta del Barça, siendo el jugador que más trofeos acumula en la historia del club. 

Leo pudo levantar la Supercopa como primer capitán que es tras la marcha de Andrés Iniesta, siendo la decimotercera vez que el club se proclama campeón de esta competición (el que más acumula, seguido del Real Madrid con diez). 

Arthur, buenas sensaciones

En un verano muy positivo en cuanto a fichajes para el conjunto catalán, hay un nombre que ha sobresalido en esta pretemporada y que ayer tuvo su recompensar: Arthur Melo. El carioca se ganó su primer titularidad en partido oficial y qué mejor que hacerlo con un título en juego. 

Con el escenario perfecto, Arthur salió reforzado por su más que notable actuación ejerciendo el papel de Coutinho en muchas ocasiones, apareciendo para combinar con RafinhaMessi o para desatascar el tráfico abriendo balones a los laterales. Sobre el césped, demostró tener ADN Barça y total confianza en sí mismo. 

Ter Stegen: inmenso en la portería

El Barcelona estaba celebrando el título prácticamente cuando un error en la salida de Marc André Ter Stegen iba a acabar suponiendo la pena máxima en el minuto 89 de partido. Como si del final de una película de ciencia ficción se tratara, el propio cancerbero paró el penalti chutado por Ben Yedder para alegría de los azulgrana. Al alemán se le pudo leer en los labios un "a tomar por c..." tras su acción salvadora, que supuso el triunfo definitivo sin tener que llegar a la prórroga. 

Si el bávaro sigue a este nivel, pocos le pueden hacer sombra en Europa