El Real Valladolid visitará tierras castellonenses para, este próximo domingo, medirse al Villarreal. Con el casillero de victorias ya estrenado, y fuera de los puestos de descenso, el Pucela afronta una salida que, en principio, parece estar muy cuesta arriba.

Sin embargo, la solidez del conjunto blanquivioleta chocará con la fragilidad del Submarino Amarillo en su estadio, y es que el Villarreal todavía no ha ganado en la Cerámica, sumando dos empates, ante Rangers, en Europa League, y Valencia, y dos derrotas, frente a la Real Sociedad y el Girona.

El Villarreal CF es un conjunto que cuenta con un variado arsenal ofensivo, pero que empieza a construir su fútbol desde la portería, donde reside un viejo conocido de la afición pucelana. Sergio Asenjo, parte de la plantilla del Valladolid hace una década, se ha ganado, y con creces, su puesto en un equipo siempre candidato a Europa.

Portero de instinto, de reflejos y con mucha seguridad en sí mismo, pese a sus numerosas y largas lesiones. No pudo brillar en el Atlético de Madrid, pero en Villarreal ya es un ídolo, e incluso ha sonado en repetidas ocasiones para ir convocado con la Selección.

La defensa amarilla es fácilmente reconocible. Dos contrastados laterales, como son Jaume Costa y Mario Gaspar, escoltan a la pareja de centrales formada por Álvaro y Víctor Ruiz. Zaga con mucha química y, claramente, la zona del campo más infravalorada. En este arranque de temporada, el Villarreal ha encajado únicamente cinco goles en siete partidos, menos de un tanto por encuentro.

Esa escasa fragilidad atrás tapa, en cierto modo, la intermitente sequía de los delanteros. Como gran fichaje para reforzar, más si cabe, esa zona defensiva llegó, procedente del Everton, Ramiro Funes Mori. Sin embargo, Javi Calleja viene apostando por él como mediocentro defensivo para darle una mayor consistencia al centro del campo y para suplir las múltiples bajas que azotan la medular.

Es el centro del campo, precisamente, el que más talento atesora. Ante el temor por la marcha de Rodrigo Hernández, un futbolista excepcional, al Atlético de Madrid, y con la prolongada baja de Bruno Soriano, ya en la recta final de su recuperación, el conjunto groguet decidió reforzarse con dos futbolistas jóvenes para seguir en la línea del proyecto.

Santiago Cáseres, procedente de Vélez, y Manu Morlanes, criado en la cantera, fueron los elegidos, a sus 21 y 19 años, para comenzar a construir el juego del Villarreal, dando ese primer pase y organizando el fútbol colectivo, siempre al lado del incombustible Manu Trigueros. Sin embargo, la dura lesión de rodilla del pivote argentino, Cáseres, obligó a Javi Calleja a adelantar al ya citado Funes Mori con la única intención de cubrir las ausencias de los dos únicos centrocampistas defensivos con los que cuenta el equipo.

Por su parte, las bandas parten con dos futbolistas altamente ofensivos, como son Pablo Fornals y Miguel Layún, dos jugadores que llevan la polivalencia por bandera, y que no tienen ningún problema en cambiar de posición. El de Castellón es puro talento, como también lo es Santi Cazorla, hombre de rotación, que dota a su banquillo de profundidad y que, ya en casa, vuelve a sentirse futbolista; por su parte, al mexicano no se le puede adjudicar una posición fija, yendo esta desde el lateral, pasando por el mediocentro y el interior, y acabando en el extremo. Jugador de recursos.

Por nombres y por recorrido, la franja de ataque, pese a estar poco poblada, puede ser la más temible en el Villarreal. La temporada en ese aspecto, con la salvedad del duelo ante el Athletic de este pasado miércoles, podría ser mejor.

Golear es un ejercicio colectivo, de equipo, pero la mayor responsabilidad recae, evidentemente, en los delanteros. Siete goles en siete partidos es el balance del Submarino Amarillo, que tiende a jugar con un claro 4-4-2 con Gerard Moreno y Carlos Bacca, dos delanteros con recorrido, en punta. De esos siete, cuatro han sido de esta dupla, que se ve complementada por un delantero rápido como Toko Ekambi, autor de un gol en San Mamés.

No hay dudas de que el tercio ofensivo pondrá en aprietos a la zaga blanquivioleta, que deberá dar el 101% en una de las salidas más complicadas de la temporada.