Ibra, el héroe del Tartiere

El Real Oviedo venció a Osasuna gracias al senegalés, que contagió su espíritu combativo al resto del equipo.

Ibra, el héroe del Tartiere
Ibra celebrando uno de los goles contra Osasuna. Fuente:Real Oviedo.
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Por Eduardo Losada

Ibra recaló en el Real Oviedo sin hacer ruido. Llegado del Cluj rumano, jugador olvidado por los equipos de primer nivel (llegó a formar parte de la plantilla del Atlético de Madrid), aceptó la oferta del conjunto asturiano por el proyecto que éste presentaba.

Se disputaba el partido Real Oviedo – Osasuna en el Tartiere, que pronto se complicó para los asturianos. En el minuto 3 Osasuna ponía el 0-1 en el marcador. El partido se puso cuesta arriba para los azules, y el equipo carbayón no creó peligro alguno. Las jugadas se sucedían por la banda izquierda, donde Mossa y Berjón intentaban combinar, mientras que la banda derecha parecía estar de adorno. Acostumbrado el Tartiere a las subidas de Johannesson y la electricidad de Bárcenas, no fue el día de ninguno de los dos. Joselu corría y tiraba desmarques, pero ningún compañero consiguió encontrarle. Tejera no conseguía hilar los pases.

Ibra disputando un balón. Fuente: Real Oviedo.
Ibra disputando un balón. Fuente: Real Oviedo.

El Oviedo siguió desaparecido hasta el descanso. Los 10 primeros minutos de la reanudación siguieron igual que la primera parte, hasta que Anquela movió el banquillo. El técnico carbayón se mostró atrevido, como el Tartiere reclama, y, quizás por la amenaza que la amarilla representaba para Forlín, Anquela retiró al argentino para dar entrada a Ibra, y cambiar el sistema a un 4-4-2, con el senegalés acompañando a Joselu en la delantera. El partido cambió radicalmente.

Bastaron 3 minutos desde la entrada de Ibra para que el conjunto azul lograra el empate. Un centro de Tejera buscando al ariete finalizó con un gol en propia de Unai.

Ibra provocó la tarjeta roja a Lillo. Fuente: LaLiga.
Ibra provocó la tarjeta roja a Lillo. Fuente: LaLiga.

La presencia de Ibra intimidaba a los zagueros rojillos. Su envergadura causaba demasiados problemas, y su superioridad física era demasiado para los navarros. Dicha superioridad se vio reflejada en sus compañeros de equipo, que empezaron a ganar rechaces y colgar balones. La entrada del Senegalés se convirtió en mayor presencia azul en el área navarra. Bajó balones, uno de los cuales pudo acabar en gol de Folch, pero Aridane logró despejar el disparo del catalán. Muy bien en los desmarques de ruptura, gozó de dos buenas ocasiones, pero falló en el control. No solo revolucionó al equipo, sino que también a la grada, jaleando al público y pidiendo el apoyo del Tartiere. Además, forzó la roja de Lillo.

El segundo gol del Oviedo, una obra de arte de Saúl Berjón, nunca habría existido de no ser por la entrada de Ibra. 1 remate a puerta, 2 asistencias, 2 balones recuperados y 3 faltas recibidas muestran el gran partido del senegalés.

Es la segunda victoria consecutiva del Real Oviedo, y aunque se recordará por el golazo de Berjón, el artífice de esta victoria es Ibra. Su actitud y su espíritu combativo han sido los verdaderos artífices de la remontada del Real Oviedo.