Difícil destacar a un jugador en el partido que disputó el Atlético de Madrid en Vallecas. Y no porque hicieran un partido coral de gran nivel, más bien todo lo contrario. La imagen que dio el equipo rojiblanco fue de todo menos esperanzadora tras dos derrotas consecutivas y con la Champions a la vuelta de la esquina los aficionados no deben estar tranquilos.
El Rayo lo intentó con sus armas, con el enrachado Raúl de Tomás echándose al equipo encima y creando situaciones de peligro y con el incansable ánimo de su afición. El Atlético, por su parte, se mostraba desesperadamente apático y no daba la impresión de que pudiera revolverse ante el dominio local.
Pero este guión ya lo hemos visto más veces, y el Atlético nunca está muerto. Simplemente está esperando su oportunidad para dar el zarpazo mortal de necesidad, y el que lo da casi siempre es el mismo. Para no faltar a la costumbre, Antoine Griezmann anotó el 0-1 en el minuto 74 aprovechando una segunda jugada tras cuerpeo de Morata y tuvo la fortuna de que el rebote en el pie de Jordi Amat acabó desviando el cuero al fondo de la portería defendida por Dimitrevski.
Fue lo único reseñable de un partido donde el francés, como sus demás compañeros, estuvo desaparecido, intentó crear peligro sin éxito e incluso acabó achicando balones en los minutos finales.
Porque sí, el Atlético acabó pidiendo la hora pese a que el Rayo no daba para más. Para completar un lamentable partido en el que ninguno de los dos mereció ganar, los minutos finales fueron de asedio franjirrojo, con los centrales subiendo a rematar los centros lanzados a la desesperada desde cualquier parte del campo y con los jugadores rojiblancos tratando de despejar todo lo que se acercaba a su área.
Y en este esperpento volvió a imponerse la figura del salvador esloveno. Jan Oblak se ajustó los guantes y paró lo que tuvo que parar. Realmente no fueron muchas las oportunidades que le tocó detener pero sí las suficientes para considerarle, de nuevo, héroe de su equipo. Salvó dos disparos de "RDT" y evitó el empate de Abdoulaye Ba en el último minuto con un vuelo espectacular.
El esloveno estuvo muy activo pese a que no le llegaron muchas veces y actuó con sobriedad y suficiencia siempre que tuvo que hacerlo. Parece cerca de firmar su renovación con el Atlético y bien harán en atarlo pronto porque el candado que Jan pone a su portería es un seguro de vida para el equipo.
Lo de siempre elevado a la máxima potencia. Quizás así se pueda resumir el partido del Atlético ante el Rayo. Griezmann marcando y Oblak haciendo bueno el gol a favor, algo ya habitual y que puede ser un recurso potable en días tan grises del equipo. Como decíamos al principio, era difícil elegir a un jugador destacado del choque y en vista de que el triunfo se cimentó en los guantes de uno y las botas de otro, el MVP del duelo en Vallecas es merecidamente compartido entre Jan y Antoine.