El Día de la Marmota. Esa es la sensación que transmite el Real Oviedo a sus aficionados tras volver a tropezar con la misma piedra una temporada más. Los azules llegaban a la última jornada con muy pocas opciones de entrar en playoffs, y de nuevo, esas opciones se transformaron en nada.

La jornada comenzó bien, con un gol relativamente temprano del Sporting de Gijón ante el Cádiz en el Molinón, que ponía a los carbayones por delante de los gaditanos momentáneamente, gracias al empate azul en Pamplona y la igualdad de puntos (los de Egea tenían el golaverage a favor al vencer en el Tartiere). Ese puesto, aunque no se lograse fase de ascenso, aseguraba un dinero extra para el Real Oviedo por derechos televisivos, por lo que era importante quedar por delante del Cádiz, además de que ya solo quedaba que el Deportivo perdiese su encuentro para coger la delantera.

Sin embargo, el destino fue caprichoso con el Real Oviedo. En el minuto 44 de la primera parte, el ex oviedista Borja Valle (y jugador que ha flirteado con el equipo carbayón varias veces), marcó el tanto que daba la victoria a los coruñeses, asegurando su presencia en los playoffs de ascenso a LaLiga Santander. Tras el descanso, las sensaciones no mejoraron, sino que empeoraron. El Dépor siguió aumentando la diferencia, echando por tierra las opciones ovetenses de entrar en la fase de ascenso, y en una contra, Xisco anotó el único tanto del encuentro entre Osasuna y Real Oviedo, dejando a la institución del Principado de Asturias sin la séptima plaza, condenándolo al octavo puesto.

Finalmente, el equipo entrenado por Sergio Egea volvió a quedarse a las puertas de disputar los ansiados playoffs, y la afición carbayona tiene la sensación de haber vivido la misma película otra temporada más. Los futbolistas se encuentran ya de vacaciones y a principios de julio, volverá la acción a El Requexón. Otra temporada será.