Apelar al espíritu de Butarque. El sentimiento de remontada, de unión y el de remar hacia un mismo lado: eso es el estadio 'pepinero'. Lugar de reunión para aquellos que creen en un objetivo y que van a dar todo lo que tengan para conseguir su objetivo principal, y no es otro que salir del atolladero en el que se encuentra el club ahora mismo. El próximo rival se antoja complicado. Es el líder de LaLiga, el FC Barcelona. Puede ser que llegue en horas bajas, pero sigue siendo un equipo peligroso en todas sus parcelas y que puede causar daño a la mínima oportunidad que tengan. 

La consolidación de Óscar

A Óscar Rodríguez seguro que le trae un buen recuerdo enfrentarse al Barça, y más aún si es en Butarque. La temporada pasada el conjunto blanquiazul tampoco estaba pasando por un buen momento cuando llegó el cuadro de Ernesto Valverde a Leganés. Más complicado aun se puso el partido cuando Coutinho abrió la lata con un auténtico golazo que hacía surgir unos presagios nefastos del partido porque parecía que aquel Barça sería arrollador frente al cuadro de Mauricio Pellegrino. 

Frente a ese inicio surgió la figura de Óscar, que aun no era muy conocido por Leganés. El canterano del Real Madrid firmó un auténtico partidazo y suyo fue el gol de la remontada del Leganés que sirvió al conjunto de Pellegrino para conseguir los que por aquellos entonces eran los primeros tres puntos de la temporada. Solo el Huesca iba peor que el Leganés. La situación se asemeja a la de ahora. Es cierto que han pasado más jornadas y que las sensaciones pueden ser diferentes, pero hay en donde basarse para creer.

El efecto Aguirre y Messi

El problema del Leganés como de todo aquel equipo que se enfrenta al Barça es el de Leo Messi. El argentino viene en racha y ya ha dejado atrás su lesión. Se perdió numerosos partidos al inicio del campeonato, pero ahora está lanzado y ya se ha convertido en el máximo asistente del campeonato y está a un gol de alcanzar el pichichi. De otra categoría. Además ha marcado dos tantos en su viaje con Argentina. Si el de Rosario está enchufado, será muy complicado pararle.

Frente a ello surge la figura de Javier Aguirre. El entrenador mejicano ha tenido dos semanas de preparación (eso sí, sin los internacionales) para afrontar el choque frente al Barça. Un partido crucial en el devenir del equipo en donde el Leganés tiene más que ganar que perder. Si consigue los tres puntos será un balón de oxígeno que le vendrá de lujo al equipo. En el caso de no puntuar, podría entrar dentro de lo comprensible al tratarse de un rival de estas categorías. Aguirre va a por todas y el vestuario está motivado. Que sea lo que Messi quiera. O lo que Aguirre quiera.