La incertidumbre que ha marcado la crisis del COVID-19 en muchos aspectos diarios de la vida también para el fútbol no pasa desapercibido, ya que, además de la suspensión y aplazamiento de partidos y torneos, para los equipos conlleva problemas con la renovación de los contratos de jugadores que finalizan el 30 de junio. Y es que a pesar de que no hay partidos, los acuerdos de vinculación no sufren modificaciones en estos casos y si la Liga se prolonga más allá del mes de junio, podría haber problemas con los jugadores que finalizan contrato.
Actualmente hay siete jugadores en el Málaga CF que sus contratos vencen en junio, los que finalizan contrato desde el mes de enero pueden negociar de manera legítima y los que están cedidos finalizan sus préstamos. Los jugadores son:
El centro delantero Armando Sadiku, máximo goleador del equipo y quien se ha convertido en un referente del equipo. Luis Muñoz, el que se pensaba que iba a abandonar el equipo y que finalmente ha permanecido en la plantilla y se ha convertido en un fijo para Pellicer. El extremo derecho blanquiazul, Aarón Ñíguez, los defensas centrales Mikel Villanueva y David Lómban, Lómban llegó en setiembre 2008, firmó por dos temporadas pero en su contrato queda la opción de una tercera campaña, el delantero Sergio Buenacasa y el portero Kellyan García.
¿Qué pasará con la Liga?
Debido a la afectación actual y la evolución que he tenido el coronavirus, no se sabe cuándo volverán a la “normalidad” los campeonatos, al tener aún nueve jornadas pendientes tanto en Primera como en la Segunda división del fútbol español. Ya se han contemplado hasta cuatro panoramas probables, desde la opción que se reanude en quince días las actividades hasta la más remota que es la suspensión de lo que resta la temporada, según lo comentó sin detalles Luis Rubiales, el presidente de la RFEF. La última opción que es suspender lo que queda de la temporada y que de igual forma está en estudio con un comité, hay que analizar la entrega de títulos, plazas en las competiciones europeas y organizar los ascensos y descensos con las preocupaciones de los equipos implicados.
La suspensión será la última opción que se tome, siempre pendiente de la evolución de la propagación del coronavirus. Ya que, este escenario conllevaría grandes pérdidas económicas, de acuerdo a un informe del diario As, un total de 678,8 millones de euros sería el impacto que tendría en la Primera y Segunda división. En cambio, si se decide continuar jugando lo que resta de las jornadas a puertas cerradas, se dejaría de percibir 117 millones en Primera y 12,5 en la Liga SmartBank.