Los de Garitano han logrado meterse en la final de la Copa del rey 5 años después, pero en una temporada en la que se han dado de bruces con la realidad al no clasificarse para la Europa League. A pesar de que el técnico vasco ha renovado recientemente y que todos tenemos en la retina la consecución de la permanencia en uno de los peores años del club de los últimos tiempos, no es un entrenador que convenza por su idea de juego y la calculadora tampoco demuestra unos resultados por los que deba ser aclamado. En las dos temporadas al frente del banquillo rojiblanco, Garitano se ha quedado a las puertas de Europa con un estilo de juego basado en la robustez defensiva, pero que no ha ido acompañado del mínimo de goles exigible a un club aspirante a ocupar la 5ª, la 6ª o la 7ª plaza.

Lo positivo

La solidez defensiva del Athletic es incontestable, ha erigido una línea trasera muy difícil de penetrar con, tan sólo, 38 goles encajados, los mismos que el Barcelona. Simón, una de las revelaciones de la temporada, se ha destapado como un portero de presente y futuro para el equipo, habiendo realizado paradas espectaculares y decisivas como las de la eliminatoria de Copa ante los de Messi. Por otro lado, Iñigo Martínez y Yeray han dejado una gran sensación de seguridad y compenetración sobre el terreno de juego. En cuanto a los laterales, han sido un descubrimiento y la principal vía de ataque del Athletic, cuajando, tanto Capa como Yuri una gran temporada.

Otra de las alegrías de la temporada han sido las buenas actuaciones de los canteranos durante el año. Uno de los nombres más destacados de los últimos tiempos había sido el de Oihan Sancet, que este año se ha asentado en la convocatoria bilbaína. Además, Unai Vencedor también ha respondido magníficamente durante los minutos que le ha otorgado el entrenador.

Lo negativo

Si antes destacábamos la defensa por lo bueno, es necesario ahora resaltar el ataque por lo malo. El Athletic tiene una evidente carencia goleadora desde hace ya unos años y este no ha sido una excepción. Aduriz ya había comenzado a acusar el paso del tiempo en su brillantez de cara a puerta y la falta de sus goles dejará una huella difícilmente borrable en los próximos años. Si bien es cierto que jugadores como Raúl García han dado un paso adelante incrementando su registro goleador, los tantos del navarro no han sido suficientes para maquillar lo evidente, no hay gol. Williams lleva muchísimos partidos seguidos jugando, pero sin embargo, no alcanza el número de goles asociados a su posición.

Otra de las carencias del equipo reside en los partidos lejos de San Mamés, donde el Athletic ha perdido 7 partidos y ha empatado 8. Esta sangría de puntos resulta muy perjudicial para escalar puestos en la tabla. Por último, aunque Garitano ha dado con un 11 tipo que le ha dado buenos resultados, se ha limitado a mantener en el campo a los mismos en gran parte de los encuentros. La falta de rotación ha sido notoria en el último tramo de la temporada, donde el calendario se ha visto reducido dejando una gran carga de encuentros en un periodo muy corto. Si el técnico no ha decidido dar descanso a los titulares ha sido, nada más y nada menos, porque no tiene suficiente confianza en la segunda unidad, aunque jugadores como Villalibre, Sancet o Vencedor han dado el callo cuando se les ha requerido.