Takefusa Kubo es una de las grandes apuestas futuras que el Real Madrid ha hecho en los últimos años. Junto a consolidados en la plantilla como Rodrygo o Vinicius o a cedidos como Odegaard, Brahim o Reinier, se espera que marque la década madridista. El nipón encadena tres cesiones desde su fichaje en Mallorca, Villarreal y Getafe y es probable que necesite una cuarta este verano antes de asentarse en la primera plantilla.

En la temporada 2020-21 comenzó a los mandos de Unai Emery, pero el entrenador vasco no confió en él y prefirió a canteranos groguets como Yéremi Pino, que ha respondido con una gran campaña. Salió de la población castellonense en cuanto se abrió el mercado de invierno con 19 partidos jugados y con siete titularidades, pero solo dos en LaLiga, con un balance de un gol y una asistencia.

En Getafe le recibieron con los brazos abiertos, ya que necesitaban a alguien de un perfil muy creativo. Bordalás le dio galones en enero, saliendo en el once inicial cuatro veces seguidas, pero la falta de resultados positivos del equipo le devolvió al banquillo. No desapareció del once, pero el técnico alicantino lo consideró un revulsivo. Su momento de brillantez llegó en la penúltima jornada, cuando un golazo ante el Levante dio la permanencia al cuadro getafense.

Futuro en el Real Madrid

La renuncia de Zidane al banquillo madridista le puede abrir las puertas del primer equipo, si bien desde el club se estima que necesita más rodaje para formar parte del equipo. No han perdido las esperanzas con Take y consideran un acierto su fichaje al Tokyo F.C. con solo 18 años, solamente esperan una buena temporada con muchos minutos que permitan su progreso.

Ex canterano del Barcelona, que se obligó a desprender por el caso de fichaje de menores, su gusto por el juego de balón inclina a buscar una escuadra que opte por la posesión y el juego de ataque, además de jugar competiciones europeas, por lo que en España, la Real Sociedad o sobre todo, el Betis, podrían ser perfectos para el futbolista.