Han pasado exactamente dos años desde que uno de los mejores jugadores españoles y un histórico del Atlético de Madrid anunciase que colgaba las botas después de una carrera llena de éxitos, han pasado exactamente dos años desde que Fernando Torres anunciase su retirada y desde aquí, un pequeño homenaje a sus mejores momentos con la camiseta rojiblanca.

Como mostraba la pancarta de su despedida en el Metropolitano: "De niño a leyenda", Fernando era el reflejo de todo lo que era ser del Atlético de Madrid, ser luchador, ser diferente y sobre todo nunca rendirse. Nació en Fuenlabrada y rápidamente llegó a las categorías inferiores del Atleti. Desde la primera vez que se enfundó la camiseta del Atleti hasta la última ha ido forjando su leyenda. 

Torres ha tenido muchísimos momentos memorables con el Atlético de Madrid a lo largo de su carrera, tantos que es imposible recordarlos todos en un solo artículo, aunque hay algunos que son más especiales que otros. Si un hincha atlético tuviese que explicar quién es Torres para el Atlético de Madrid enseñaría cuatro imágenes, Torres saliendo ovacionado del antiguo Calderón en su primer partido contra el Leganés, la bandera del Atleti durante la celebración del mundial con la selección, la presentación con el estadio lleno en su vuelta y su despedida en el Metropolitano.

Fernando "El Niño" Torres debutó con el primer equipo contra el Lega en Segunda División en mayo del 2001, Torres fue para el equipo lo que un rayo de luz en la oscuridad, un chico de 17 años que desde siempre había estado en casa y que sentía esas rayas rojiblancas como cualquiera que animaba desde la grada, la representación de la afición en el campo. Fernando despertó la esperanza en un equipo hundido en la segunda categoría y se convirtió en un salvavidas para un Atleti que se ahogaba. Poco tiempo después a su debut se convirtió en la estrella y capitán de la plantilla, había nacido la leyenda del Niño.

Por causas prácticamente ajenas a él, tuvo que abandonar el club con destino a Liverpool donde agrandó su sombra, rompió varios récords y consiguió que los ingleses aprendiesen a decir Torres en vez de Tores. Probablemente allí alcanzó el pico de su carrera y gracias a eso consiguió la convocatoria para el mundial del 2010 que se disputaba en Sudáfrica. Tras compartir delantera con David Villa y crear una de las mejores ofensivas que ha visto la selección, España consiguió el mundial y Fernando decidió que aún militando en el Liverpool inglés debía celebrar la copa con su bandera del Atleti, porque su corazón era rojiblanco y se encontraba en Madrid. Con ese gesto se ganó aún más los corazones de los aficionados atléticos. 

Años después de su marcha, Torres seguía muy presente en la ribera del Manzanares y en el verano del 2015 volvió El Niño a casa. La afición quería recibir a su leyenda como merecía y se juntaron todos en el templo para darle la bienvenida —de nuevo— al hijo pródigo del Atlético de Madrid. No se ha visto ni vivido nada igual a lo que se vivió dentro del frío cemento del Calderón esa tarde, 50.000 personas con el corazón en la mano dándoselo al jugador que había llevado el Atleti como una forma de vida lejos de Madrid. Cuando se preguntaba qué había hecho para que le tuviera tanto cariño, la verdadera pregunta era que qué te quedaba aún por hacer para ganarte aún más el amor de la afición. 

Durante cuatro años más estuvo en el Atleti, consiguió goles, asistencias, partidos que sumar a su historial, algunos de los momentos más emotivos que se han visto, como la consecución de su primer y único título con la camiseta rojiblanca, pero sobre todo consiguió el verdadero adiós que necesitaba, una despedida de leyenda a la altura de su nombre. Ni un alma se movió de su asiento, ni pronunciaron palabra cuando El Niño hablaba, todos observaban, como observa un padre a su hijo marcharse de casa porque se ha hecho mayor. No hay imagen más bonita que Fernando dándole gracias a su abuelo por haberle hecho del Atlético de Madrid mientras se le cortaba la voz y las casi 70.000 camisetas rojiblancas se mojaban de lágrimas en el Metropolitano, pero todos los allí presentes sabían que era un hasta pronto y que nunca sería un adiós, nunca con él. Para la gente que aún no entiende lo que es ser del Atleti, Fernando Torres es ese sentimiento.

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