El Real Madrid ha anunciado los resultados económicos correspondientes al ejercicio 2020-21, con una relativa sorpresa a tenor de los malos presagios pregonados por su presidente, Florentino Pérez, en los últimos meses. Cierra el curso con unos beneficios de 874.000 euros, cifra muy inferior respecto de los últimos años, pero evita las pérdidas, como ha ocurrido en el FC Barcelona sin ir más lejos.
Las cifras estimadas de pérdida de ingresos por la pandemia se estiman en torno a los 300 millones, compensados fundamentalmente por la bajada salarial en todos los departamentos del club, de 58 millones de euros y por la venta de activos (futbolistas) que han conseguido ahorrar otros 175.
En donde presenta unos mejores datos es en la disminución de deuda neta, que pasa de 240 a 46 millones, una reducción de más de un 80%. La disponibilidad de liquidez y la reducción en la inversión ha hecho que la entidad no tenga que acudir a un mayor endeudamiento. De hecho, este apartado va a sufrir un aumento considerable una vez entre en vigor en 2022 tras tres años de carencia, el préstamo del estadio que es de 575 millones.
Un presupuesto al alza
La incertidumbre por el fin de la pandemia hace que el Real Madrid tenga unas previsiones para el 2021-22 bastante contenidas, ya que la asistencia a los estadios será de manera progresiva, sin tener claro cuando se volverá a recuperar la normalidad. La remodelación del estadio provocará un aumento en las visitas del museo que ha permanecido cerrado desde el inicio de las obras, ingreso importante en las cuentas.
En contrapartida, la inversión en un crack mundial si finalmente se produce este año obliga a ir con mucha precaución para no entrar en pérdidas, por lo que los fichajes van a ser estudiados minuciosamente, nunca pagando más de la cuenta. Es por eso que el club no pretende hacer locuras por Mbappé, Haaland o cualquier galáctico que se le ponga a tiro.