La Champions está de vuelta aunque no de la forma que le habría gustado al Atleti. Un partido mediocre del equipo madrileño deja a los rojiblancos con un punto por detrás del Liverpool, que si hizo los deberes contra el Milán y venció por tres a dos.

Diferentes objetivos, mismos métodos

El Atleti salió con ganas de demostrar por qué es el campeón de la liga española, pero rápidamente el equipo portugués dio un paso al frente y cortó de raíz el juego de los locales. Los dragones azules tenían muy claro que un empate era un resultado válido hoy y así lo iban a buscar, una defensa férrea y un juego muy agresivo —provocando que el juego se frenase a cada minuto— dejaron al Atleti totalmente fuera de juego, que en ningún momento encontró la clave para llevarse el partido. 

El equipo rojiblanco quería llevarse la victoria, mientras que el Oporto buscaba cualquier mínima ocasión para sacar ventaja de ella, por eso el Atleti empezó a impacientarse y, como se suele decir normalmente: las prisas no son buenas. El equipo madrileño empezó a fallar pases y a precipitarse en las jugadas por su necesidad de encontrarse con el gol. Fueron muy pocas las ocasiones ofensivas de los dos equipos, es decir, a los nervios del Atleti hay que sumarle la increíble defensa del Oporto y con eso tenemos una primera parte totalmente igualada en la que los rojiblancos se chocaron constantemente contra un muro.

Lemar pone el freno de mano

Lemar tuvo que marcharse antes de finalizar la primera parte porque empezó a sentir molestias en el muslo, le sustituyó Rodrigo de Paul que no hizo mal partido, pero la realidad es que el cambio del francés fue un golpe para el Atleti que le dejó muy dolido para el resto del partido. Lemar estaba siendo uno de los mejores jugadores del equipo en lo que llevamos de temporada, la calma y el juego en el mediocampo, y con su salida los rojiblancos perdieron las pocas ideas que tenían.

Esta vez la segunda parte no fue buena

La segunda parte empezó de la misma manera, un equipo plantado en defensa y otro con intenciones de romperla, pero sin tener idea de como hacerlo. El Atleti chocó y chocó contra la muralla que habían formado los portugueses en defensa esperando romperla en alguna ocasión, pero nada más lejos de la realidad, la defensa azul y blanca no sufrió ni la más mínima fractura. Simeone, al ver que todo seguía igual y que poco a poco el equipo portugués estaba presionando más arriba decidió que un triple cambio solucionaría las cosas. Lodi, Correa y Griezmann fueron los jugadores encargados de darle la vuelta a la situación y así lo consiguieron... durante unos pocos minutos. La salida de Correa y Griezmann dieron mucha más libertad arriba, el francés funcionó como nexo en el mediocampo entre defensa y delantera mientras que el argentino acompañó a Suárez —que sigue sin encontrarse— en el final de la zaga. Actualmente, con el nivel de Suárez y viendo los partidos que está logrando Correa, el argentino debería ser titular por delante de cualquier otro delantero, ya que el Atleti no termina de habituarse a esta nueva temporada y necesita a sus mejores al máximo nivel.

Bienvenido Griezmann

Griezmann debutó en el Metropolitano ante la afición y como era de esperar, había división de opiniones. Se escucharon pitos y aplausos ya cuando se presentó en megafonía, pero cuando este salió al cambio ambos retumbaron mucho más. Es imposible decantarse por cuál fue más ruidoso que el otro, pero lo que deja claro es que la afición del Atlético de Madrid aún recuerda al francés y no se lo va a poner demasiado fácil.

Los últimos minutos del partido tuvieron todo lo que le faltó al resto, velocidad, juego y sobre todo, ataque —aunque sin mucha precisión—. El Atleti empezó a encontrar espacios, pero que al final no llevaban a ninguna parte, y empezó a cosechar jugadas a balón parado, que tenían el mismo destino que las jugadas durante el juego. En el minuto 80 los dragones azules se pusieron por delante en el marcador tras un increíble fallo en defensa por parte del Atlético de Madrid, pero tras revisar la jugada y observar que el jugador del equipo portugués empuja el balón con la mano antes de que el balón acabe en la portería, el árbitro decidió que ese gol no subiá al marcador. En el minuto 95 y tras una buena jugada, Mbemba derribó a Griezmann, que tras zafarse de él podía encarar la portería rival, por lo tanto, el árbitro le sancionó con una roja directa y tuvo que acabar el partido antes de tiempo. 

Equipo y afición, Atleti campeón

La única buena noticia del partido fue la actuación de la afición rojiblanca, que sumado al aumento de aforo dentro del estadio del 60 al 80%, decidió ponerse a la altura de la ocasión y demostrar por qué se la considera una de las mejores del mundo.

El Atlético de Madrid se va a dormir insatisfecho con el trabajo de hoy, pero esto acaba de empezar, no hay rivales fáciles en la Champions y queda mucho trabajo por delante para darle la vuelta al mal inicio europeo de los rojiblancos.  

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