Más allá de la polémica generada en torno a la figura del portero, si algo ha demostrado Luis Enrique en su trayectoria como entrenador es que, si te quiere, en las malas rachas te querrá aún más. El asturiano siempre premia más el intento que el fallo. En su retina se graban esos momentos del partido en los que todo lo que tenía planeado, sale. Por eso, por mucho debate que haya, uno de los grandes 'plot twist' de este Mundial de Qatar sería la ausencia de Unai Simón en el once de 'La Roja'. Algo que en un futuro próximo roza lo improbable.

El fútbol es un libro con millones de páginas en las que todas están en blanco. Hay cabida para todos los estilos, gustos, planteamientos y decisiones. Todas pueden acercarte al resultado deseado, y todas pueden alejarte del éxito. Por eso, en esta diversidad de concepciones futbolísticas, se encuentra el lado más bello del deporte rey. Un lugar donde todo el mundo tiene la razón, y a su vez nadie la tiene.

  • Radiografía del rol de un portero en salida de balón

Tener un portero que sea capaz de generar ventajas en salida de balón es un éxito. Nadie puede dudar de ello. Cuando la presión del rival es efectiva, y logra emparejar a cada defensor con cada atacante, la opciones de salir de la jaula se reducen por momentos. En la eterna búsqueda de encontrar al hombre libre, y tomar la mejor decisión, siempre hay un hombre en el campo situado en condición óptima para recibir el balón: el guardameta. Que éste sea capaz de decidir la mejor opción en los segundos que tarda el rival en reajustar la presión, hay muy pocos. Si incluimos en la ecuación que además sea capaz de ejecutarlo con precisión, los podemos contar con los dedos.

Partiendo de la premisa de que no todos los equipos tienen la suerte de tener un portero que podría jugar de centrocampista si él quisiera, como es el caso de Ter Stegen, la tendencia de Unai Simón siempre ha sido la de alcanzar un alto porcentaje de acierto. Víctimas del resultadismo, el choque de percepciones tan sólo llega cuando el fallo asoma la cabeza. Como en esta última cita de España ante Japón.

Unai Simón en el partido ante Alemania | Foto: Twitter Oficial de la Selección Española de Fútbol - @SEFutbol
Unai Simón en el partido ante Alemania | Foto: Twitter Oficial de la Selección Española de Fútbol - @SEFutbol

El debate sobre esta manera de ver el fútbol se explica mejor desde las siguientes dos preguntas. ¿Qué influencia tiene en el juego cuando el portero es capaz de sacar el balón jugado y rompe la primera línea de presión? ¿Qué consecuencias puede tener cuando éste no es capaz de ejecutar la acción satisfactoriamente? Luis Enrique entiende el fútbol como un espectáculo donde el riesgo forma parte de su modelo de juego. Prefiere buscar la respuesta en la primera pregunta, que en la segunda. Y con su idea vencerá, o morirá.

A nivel estadístico, Unai es el segundo portero del Mundial en completar más pases cortos precisos (31.3) por partido, tras Onana. Aunque lo sorprendente viene en el siguiente dato. Teniendo en cuenta los porteros con mejor promedio de acierto en pases largos, Unai Simón ocupa la trigésima posición. Tan sólo hay 8 porteros con peores registros que él en esta edición. El 30 de 38. Unos datos insostenibles que dan argumentos al debate. Si el margen de éxito -traducido en goles- que tiene el primer pase que da un portero es exiguo, éste suele ser para romper, como mínimo, las dos primeras líneas de presión. Consiguiendo conectar con los interiores, los extremos o el delantero. Y Unai no lo está consiguiendo.

Los errores te dan dos veces. La primera, cuando los descubres. La segunda, si en lugar de generar un aprendizaje, vuelves a caer en sus consecuencias. Ahora le toca al seleccionador mover ficha. Analizar en qué situaciones merece la pena asumir el riesgo. Y en cuáles no. Y sobre todo, pensar si el vitoriano reúne todas las características que requiere para el rol que le tiene preparado al portero. Nadie mejor que Luis Enrique sabrá encontrarle respuesta a cada pregunta.

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