Melchor, Gaspar, Baltasar y Thomas

El Atlético de Madrid consiguió los tres puntos que le dan el liderato provisional. Una victoria muy trabajada que les costó y mucho a los indios. Thomas puso el único gol que valió en el marcador.

Melchor, Gaspar, Baltasar y Thomas
Foto: Mateo Villalba - VAVEL
lauhi
Por Laura Hijón

Le costó, y mucho, al Atlético de Madrid al que la suerte y el gol se empeñó en darle la espalda. El FC Barcelona empezaba el año con el pie cambiado y el Atlético debía aprovechar la oportunidad, demostrando que no hay turrón que afecte a los hombres del Cholo. Por su parte, el Levante salía con color a subrayador de esos que se utilizan para remarcar lo más importante en las clases de historia. Es precisamente eso lo que debía buscar Juan F. Ferrer: el modo de que el colista encontrara la fórmula para impedir el liderato rojiblanco y cambiar así una historia en el Vicente Calderón que atormenta a los valencianos.

Convicción sin gol

Salieron los rojiblancos convencidos a llevarse los tres puntos, con mucha intención y juego que se vio materializado con un cabezazo de Saúl que se estampó contra el larguero derecho de Mariño y varios disparos de  Jackson, Correa y Griezmann que no lograron traspasar la portería levantina. Fue entonces, en el minuto 25 de la primera mitad, cuando el Vicente Calderón, ansioso por un gol que estaba ahí, pero no llegaba, se encendía para pedir un penalti a Clos Gómez que el aragonés se negaba a pitar. Correa caía delante de la portería de Mariño y la culpa era de José Mari. El técnico colchonero vio claro que eso sólo tenía una solución: los once metros, el colegiado no estuvo de acuerdo lo que cerca estuvo de costarle la expulsión al argentino.

 El  penalti  no señalado a favor de los indios no fue un inconveniente para un Atlético que estaba empeñado en proclamarse líder a base de toque, de sacar la pelota jugada y de mimar el balón. El esférico, por su parte, no quería entrar en la portería de Mariño. Llegó el minuto 45 y el Atlético se tuvo que conformar con un cero a cero que supo a poco teniendo en cuenta las constantes embestidas de los rojiblancos.

San Thomas

Salió el Atlético de Madrid con el mismo empeño que en la segunda mitad: dispuesto a encontrar el  gol que le brindara el liderato provisional. De todos los colores las tuvieron los colchoneros, pero la suerte no sonreía a los rojiblancos y el fútbol pedía más del Atlético de Madrid. En dos ocasiones se encontró el equipo indio con el larguero, el principal elemento para que los de la rivera del Manzanares no lograran el tanto. Se convirtió en un auténtico acoso sin derribo el Vicente Calderón que no lograba hacerse con su invitado.

Cuando nadie se acordaba de que el Levante estaba vivo, cerca estuvieron los valencianos de sorprender y marcar la diana que los del Cholo no encontraban. Les faltó poco a los de Ferrer para aprovechar un desajuste en la defensa colchonera, fue Godín el encargado de evitar el primero de los granotas. Despertó así un Levante que desde el principio salió a aguantar y a buscar el error del rival.

El Atlético de Madrid se mostró cansado y el Cholo decidió tirar de su última ficha, la que últimamente parece ser el amuleto de los rojiblancos: Thomas. El número 22 salió al césped para, al fin, vencer a la suerte. Se fue de tres, su último oponente: Mariño, quien tocó la pelota y cerca estuvo de enviarla fuera de los tres palos una vez más, sin embargo, el balón con todo el empuje del Vicente Calderón rebasó finalmente la línea de cal por la que durante toda la noche se había negado a pasar.

 Así llegó el final del partido a un Atlético de Madrid al que nos Reyes Magos le han traído los regalos por adelantado: la decisión de Thomas de quedarse en el conjunto rojiblanco. Los colchoneros encabezan la clasificación pasando al Barça, con tres puntos que se convirtieron en obligados y que costaron mucho más de lo que estaba “establecido”.